Un año más, la Virgen de Alarcos regresa a su hogar, al cerro del mismo nombre donde pasa casi todo el año, después de una breve estancia de días en la Iglesia de San Pedro. Y un año más, devoción, religiosidad, tradición, costumbre y fiesta… se dan la mano en una romería que goza de una buena salud por la gente que concita y reúne en el cerro. Lugar donde también dormita un Parque Arqueológico que a punto ha estado de la baja censitaria por mor de la crisis, aunque ha sido retomado para la continuación de las actividades por la Junta y el Ayuntamiento de Ciudad Real, después del amago del Ayuntamiento de Poblete. No obstante, no se descarta la gestión público-privada para el futuro.
Pero volvamos a ponernos el pañuelo y sombrero de romeros que es de lo que se trata. Todos los años la Virgen de Alarcos es llevada en una reata de mulas desde la iglesia de San Pedro hasta la finca Las Barracas que es la frontera que separa la tradición mulera de Ciudad Real (una tradición retomada del olvido por el que fuera alcalde Lorenzo Selas) y la tradición costalera de Valverde.
La romería partió de la Iglesia de San Pedro donde se concentraron varios centenares de romeros que cargaron la imagen en el carro, bien anclada para que no se caiga como ya ha ocurrido, y desde allí enfilaron el tramo urbano por Ramón y Cajal, Plaza del Pilar, Bernardo Balbuena, Ronda del Parque, hasta la carretera de Piedrabuena.
En ese momento los romeros, los muleros, las mulas y la mismísima Madre de Dios se encontraron con los trabajadores de la Residencia Universitaria El Dondel que protestaban por la privatización del centro, en una feliz coincidencia que engrosó el número de firmas que los trabajadores pedían. Luego siguieron la senda hasta tocar camino rural por el camino de las Huertas, camino del Campillo, del Arzollar y las Barracas.
Y quietos paraos tos, porque en ese punto la Virgen es de los valverdeños, que han estado celebrando la romería de toda la vida y no desde los años 80 que se empezaron a retomar las tradiciones de la capitaleja. Eso dicen los valverdeños, alto y claro, para que conste en acta periodística. La virgen sube desde Las Barracas hasta la ermita en lo alto del cerro… haga frío, calor, aire, llueva o truene o venga en mala compostura por los pecados y la torpeza de los hombres. La imagen.
Como ocurrió el año en que la Virgen se soltó de los anclajes del carro y cuando llegó a Las Barracas, hubo sus más y sus menos, porque había quien decía que la Virgen no subía. ¿Que no subía? Vamos a ver si sube o no sube que la cosa es seria, ¿eh? La cosa se puso fea pero como no era cuestión de liarse a mamporros y montar un Cristo delante de la madre de Cristo, subió. Un romero llamado Paco Aceña y otro Clodovaldo Fernández, conocido por “Corales” se subieron a la capilla portátil, sujetaron a la Virgen y fueron llevados en volandas con todo el pueblo de Valverde, debajo. Vamos que si lo ve el mismísimo García Márquez, no se lo cree, o lo escribe, que hubiera sido lo más normal.
Y hoy mismo se ha vuelto a repetir la procesión y la ascensión: al trote, mirando para Ciudad Real, Poblete y Valverde, y luego la misa romera, con las autoriades locales presididas por la alcaldesa de Ciudad Real, después la procesión alrededor de la ermita, y hoy y mañana, romería y trasnoche con un puntito medieval. Y así hasta el año que viene.
Buen reportaje, buen video y buenas imágenes y bien – como no – ese toque reivindicativo y de protesta laboral.
Echo en falta a la ministra Báñez… aquí tiene otra virgen a quien pedirle ayuda, ó es que la de Alarcos es menos que la del Rocío… eeenga hombre.
¡Muy buena tu apreciación!
El humor nunca debe faltar y menos en tiempos…revueltos.
Cómo me gustaría que tanto el Ayuntamiento de esta ciudad, como sus ciudadanos pusieran tanto empeño en dar salida a la crisis, como en organizar estos saraos, con todo el respeto a los que les guste.
Haces una movilización contra el paro, los desahucios, las preferentes etc etc y no va ni Dios y, encima, te mandan a los municipales y los nacionales y aquí va la gente como si les fuera la vida en ello. Felices como si todo fuera maravilloso.
Qué raro es todo. Ayer veía el interior de la ermita, lleno de velas, y no sabía si estaba en una oficina del Sepecam o en una iglesia. Lo digo por aquello de que ya no sabes qué es lo público y lo privado, qué es lo religioso y lo civil y qué es lo lógico y lo supersticioso.
Qué raro es todo. Sobre todo, a la hora de valorar los esfuerzos que se deben hacer en cada tema.
Perdonar una puntualizacion. La virgen sale de San Pedro a hombros hasta la iglesia de Santo Tomás , donde ya si es subida en la carreta