Como manda la ancestral tradición ciudadrealita, los fieles a Topu conmemoraron el popular «Día de Topu» durante el primer sábado de mayo, mes de las flores y de las adoraciones primaverales.
La Hermandad Topusita de Ciudad Real celebró un año más la tradicional ingesta de caldo de pollo con picatostes alrededor del tabernáculo en honor de Topu, deidad primigenia de gran arraigo entre los ciudadrealitas. Con tal motivo, la Hermandad ha levantado un florido monumento que compite con las Cruces de Mayo de reciente implantación en la ciudad.
Topu es una deidad convenenciera, esto es, a la que se le muestra sumisión parcial y condicionada según convenga y así satisfaga o no las expectativas de sus acólitos. Esto la ubica en la categoría del resto de deidades e ídolos de nuestra cultura más cercana. Así pues, puede decirse que Topu es una deidad que se mimetiza perfectamente con los mitos y ritualidades de las religiones paganas y mistéricas, como la cristiana. Topu es una deidad prepradina, esto es, previa a la instalación de la religión cristiana en Ciudad Real. No en vano, según algunos vestigios, los primeros ciudadrealitas adoraban a Topu, como puede verse en algunos frescos del templo.
El Día de Topu o Topu’s Day es una fiesta que se pierde en la memoria del tiempo, y es una tradición bien asentada en Ciudad Real. Lo más característico es que existe una especie de oficiante al que, según la tradición, se llama Topusardo y está encargado de convidar a los acólitos a una jarrilla de caldo de pollo con picatostes. No olvidemos que Topu es una deidad aviar de estirpe gallinácea. Esto se viene haciendo desde no se sabe cuándo. La tradición va a más cada año. Existen asimismo cánticos propios, si bien la letra es confusa y contradictoria, y muy difícil de interpretar ya que requiere emitir sonidos guturales y primigenios de difícil ejecución. Se celebra el primer sábado de mayo coincidiendo con el mes de las flores y las cruces de mayo, tradición de reciente creación.
Fue sin duda una tarde sublime, gloriosa…