Tradic
ionalmente el mes de las flores lo es también de cuatro carreras cargadas de simbología, tradición y fervor. Dos de ellas se disputan en nuestro país casi al inicio del mes, incluso a caballo con el precedente Abril, son los GP de España de Motos y de F-1 que tienen esa pizca de orgullo patrio que tanto se agradece en estos tiempos. Las otras dos, Mónaco e Indianápolis, forman parte de la mitología de las carreras, troika que completan las celebérrimas 24 horas de Le Mans que se asientan a mediados de Junio desde su inicio y que tan sólo dejaron de celebrarse el sexto mes del año en 1968, tras los sucesos bien conocidos del Mayo francés. Dada la enjundia de las cuatro carreras de Mayo dividiremos en entregas la glosa de cada una de ellas atendiendo a su inmediatez.
G.P. DE ESPAÑA DE MOTOCICLISMO
La magia de esta carrera ha residido, desde los años sesenta en su carácter de gran congregación de los moteros nacionales que peregrinan por primera vez en el año a un circuito de carreras para contemplar a sus ídolos tumbando y acelerando en motos puras de competición. Primera vez en el año, actualmente, dada la existencia de cuatro GP´s puntuables en suelo patrio: Cataluña, Aragón y Comunidad Valenciana.
Disputado por primera vez en 1950, en el circuito urbano de Montjuich, cuando no fue puntuable para el Mundial, se corre ininterrumpidamente desde entonces, aunque también salió del calendario entre los años 1956 a 1960; pero es a finales de la década de los sesenta, con los primeros títulos de Nieto, Tormo y compañía, así como la construcción del circuito permanente del Jarama, cercano a Madrid, cuando la carrera empieza a tener esa condición casi mística entre los “bikers”. La prueba se alternó entre Jarama y Montjuich desde 1968 a 1976, correspondiendo los años pares al circuito catalán y los impares al madrileño que, una vez cancelado el bello trazado urbano barcelonés, monopolizó la disputa del Gran Premio durante una década hasta la irrupción del circuito permanente de Jerez que celebró la edición de 1987 y que, desde 1989 se ha erigido como el templo del motociclismo nacional, muy a pesar de Montmeló, y Cheste, dos de las otras tres carreras en suelo patrio.
JEREZ
Construido en 1986 gracias a la insistencia del entonces primer edil jerezano, el populista Pedro Pacheco, la pista andaluza fue, casi desde el inicio, el “sancta sanctorum” de las ruedas no sólo en España, sino en el resto de Europa, discutiendo la soberanía continental al circuito holandés de Assen (la catedral). La semana previa del GP, es decir ésta, la procesión motera que confluye en la Autovía de Andalucía (antes N-IV) es de una densidad y colorido indescriptibles: todas las motos, con todas la formas y todos los tripulantes practican la religión de la motocicleta para pasar un fin de semana que mezcla la gasolina, el marisco, la manzanilla de Sanlúcar, la goma quemada y la diversión extrema en proporciones no siempre simétricas. 
Si bien la excusa es la asistencia a las carreras en un circuito estupendamente equipado de zonas de acampada, lo que emula las concentraciones moteras habituales, tipo “Pingüinos”, no todo el mundo acaba en las laderas del circuito el domingo por la mañana: los efectos de la alta graduación de líquido ingeridos, o las circunstanciales compañías tipo “aquí te pillo, aquí te mato”, hacen que muchos de los viajeros hacia el sur, acaben viendo las carreras en la “tele” del apartamento, previamente alquilado en El Puerto de Santa María, Sanlúcar o el mismo Jerez de la Frontera. La afluencia es tal que las televisiones nacionales ofrecen en sus telediarios las oportunas noticias sobre el evento, sazonándolas de consejos paternalistas acerca del comedimiento necesario para evitar daños más severos. Al mismo tiempo, la DGT siempre efectúa su control sobre las motos en esta semana. ¿No hay motos en las carreteras en todo el año? ¿Sólo se necesita vigilancia y control en el triángulo Jerez-Puerto-Sanlúcar? Queda políticamente correcto y económicamente rentable hacerlo cómo, cuándo y dónde se hace, porque seguir hablando de los guardarraíles que decapitan moteros es molesto ¿vale?
Pero volvamos a Jerez, al Gran Premio, a esas gradas a rebosar, a esa traca en peluqui (heredero directo del super-siete del Jarama), a esas carreras en cada categoría que justifican la existencia de un circuito poco visitado por el resto de competiciones, pero que gracias a su situación geográfica, vive casi todo el año de pruebas de trabajo y no de carreras en sí mismo.
El último ganador, Casey Stoner (Honda),no estará sobre el asfalto este próximo fin de semana, sí lo hará el “recordman” de victorias en Moto GP/500, Valentino Rossi (6 ediciones) que precede en el “ranking” a Mike Doohan con cuatro victorias y Álex Crivillé con tres. Sobre la pista también estarán otros vencedores recientes como Loranzo (2010 y 2011) y Pedrosa (2008). A pesar del dominio de los nuestros en las tres categorías, sólo se ha producido un triplete, en el año 2010, cuando a la victoria ya citada de Lorenzo, se unieron Pol Espargaró en la categoría pequeña y Toni Elías en la mediana, pilotos que también serán de la partida este fin de semana.
Juanma Núñez
