Una de las posibilidades más dramáticas y preocupantes de los venideros informes y dictámenes que puedan producirse y conocerse, por parte del recién creado Consell per la Transició Nacional catalana, tiene que ver con la continuidad activa y liguera del Fútbol Club Barcelona. Que por algo oculto, es ‘més que un club’, como quería Agustí Montal y el nacionalismo futbolístico moderado; o como quería Joan Laporta y el separatismo intransigente y tribarrado. Y que por ello, la presente liga de 2012-2013, pueda ser una de las últimas, o la última oportunidad, para adornar el palmarés de la Masía con el título de la Liga de Fútbol española.
Informes preocupantes y conclusiones preocupadas, que tienen que ver además, con esa suerte de Comisión de Sabios o de Sanedrín de la Independencia, creada por obra y gracia del mánager Artur Mas y del experto ayudante Francesc Homs. Comisión elevada y complicada, que en número de 15 miembros, parece esconder una pretendida alineación futbolística, con los suplentes de rigor: once jugadores de campo, tres de banquillo y el portero reserva. Una alineación comandada por el capitán Carles Vives Pi-Sunyer, en la que aún se ignora el papel a desempeñar por Pilar Rahola: si extremo de banda o interior buscando las diagonales centrales.
Es decir, y a juicio de algunos observadores, la elevada nómina de expertos incluidos en el Consell per la Transició Nacional, no esconde la incapacidad para obtener resultados desde un grupo reducido de trabajo, o la profunda y compleja problemática catalana que demanda número altos, sino la evidente traslación a la Política de esquemas y principios futbolísticos. Esquemas exitosos en los últimos años, en los que parecía sustentarse el fundamento de cierta hegemonía balompédica catalana ante España y ante Europa. Aunque esa hegemonía, se debilita desde la huída, primero a USA y luego a la Bundesliga, del Filósofo Pep Guardiola, rey del ‘toque corto y de la posesión’ y padre de ciertas esencias combinadas de Rinus Michel, Johan Cruyf, Vázquez Montalbán y Terry Venables. Esencias de dos holandeses, un charnego y un inglés, para constituir el auténtico queso futbolístico catalán, ya que no la nueva ‘Naranja mecánica’; un queso catalán de sabor criollo, tras los aportes del último Maradona y del primer Messi.
Vamos, que los informes que preocupan a la Generalitat, no tienen que ver con la solvencia económica del Principado, ni siquiera con su autonomía energética o hidráulica, ni tampoco con su nivel de endeudamiento y su déficit crónico en la balanza fiscal con el Estado español; ni siquiera con la viabilidad del modelo lingüístico. Lo que de verdad preocupa a la sociedad catalana, aunque lo callen los alineados miembros del Consell per la Transició Nacional, es qué ocurrirá en una hipotética Catalunya independiente con el consabido Barça, que siendo hasta ahora ‘mes que un club’, puede quedar siendo sólo un club en la Lliga de Futbol Catalá. Por que los demás equipos contendientes serán rivales menores y algo empequeñecidos
¿Será, por ello el Barça, apartado de la Liga AFB, llamada Liga de las Estrellas?, o ¿tendrá que conformarse con competir con el vacilante Espanyol, el industrial Sabadell y el modesto Tarragona? ¿Podrá continuar disputando pompa y grandeza a su rival mesetario y centralista, el Real Madrid; aunque fuera como artista extranjero invitado? Y si disputa de continuo la Champions League, ¿no será una participación devaluada por la facilidad de conquistar de continuo el ‘Títol de Lliga catalana’, al estar la Lliga de Futbol Catalá a la altura de las ligas de Chipre y Malta?
Hondo problema para el equipo de pensadores fichados por la Generalitat, muy presionados por el ambiente de desafección que comienza a respirarse en la Font de Canaletas.