Daimiel Noticias.- El presidente de la comunidad de regantes de Daimiel y su comarca cree que la situación del Acuífero 23 es propicia para resolver este asunto. Pozuelo matizaba que esos derechos «no pueden ser iguales» que los de los pozos que siempre han estado regularizados, pero que de reconocerse servirían para «sacar menos agua».
El presidente de la comunidad de regantes de Daimiel y su comarca, Jesús Pozuelo, cree que la situación actual del Acuífero 23 es propicia «para coger el toro por los cuernos y después de 30 años resolver el problema de los pozos sin documentación». En opinión de Pozuelo, «ponerse de acuerdo en situaciones de abundancia es más fácil que en situaciones de escasez» por lo que insistía en que «ahora es el momento para otorgar y controlar» los derechos de los pozos ilegales.
Unos derechos, matizaba, que «no pueden ser iguales» que los de los pozos que siempre han estado regularizados, pero que de reconocerse servirían para «sacar menos agua». Consciente de la dificultad del acuerdo, por lo «impopular» que podría ser esta medida, recalcaba su disposición de sentarse en una mesa con políticos y asociaciones conservacionistas y demostrarles que «el grado de concienciación» entre los regantes sobre el uso del agua «no es el de hace años atrás».
Jesús Pozuelo indicaba que el porcentaje de pozos irregulares en Daimiel «es muy bajo» y que aunque él no puede dar una cifra global exacta porque la desconoce, «la administración sí la sabe porque encargó un estudio sobre esto en el 2002».
Un posicionamiento que el presidente de los regantes basa en las «condiciones impensables» que está registrando el Acuífero 23 gracias a las espectaculares lluvias que arrancaron en el invierno de 2010. Un cambio de escenario que se comprueba con la proliferación de afloramientos cada vez más cercanos a los Ojos del Guadiana, «a unos dos kilómetros», y que, a diferencia del pasado año, Pozuelo entiende se van a mantener porque «la recarga del año hidrológico es mayor y los riegos van a empezar más tarde».
Como ejemplo de todo esto, Jesús Pozuelo comentaba que el sábado por la noche, en esos parajes donde está resurgiendo el Guadiana, se escuchaba «un impresionante ruido de ranas cantando, parecía que estabas en las mismas Tablas». «Eso tiene un valor incalculable y, si somos prudentes, podemos compatibilizar esta naturaleza viva con el riego», concluía.