Días de celebraciones: «Alegría en los libros alrededor del mundo»

Clarisa Leal inaugura hoy en Miciudadreal.es su nueva sección dedicada a los libros y la literatura. Según sus propias palabras, «El laberinto del VERBO» será  un espacio «donde perderse por los infinitos caminos de la literatura. Vagar, para descubrir o reinventar nuevos textos; caminar por el pasado y el presente de las palabras y su historia; conocer a quienes escriben y sorprendernos con la libertad que da la escritura; dar voz a los curiosos que utilizan los libros como el pan de cada día y crear un futuro plagado de versos y letras».

Hoy os ofrecemos el primer artículo de Clarisa, Días de celebraciones: «Alegría en los libros alrededor del mundo»

Estos meses, además de una lluvia insistente, nos ha dejado unos cuantos días para celebrar que la literatura sigue más viva que nunca. Si el pasado mes de marzo, la poesía (21) y el teatro (27) se internacionalizaban con sendos días mundiales, ahora le toca a la literatura infantil y juvenil.

Desde el 2 de abril, se vienen poniendo en marcha diferentes actividades que nos llevan a conocer a multitud de autores, ilustradores, editoriales y organizaciones que tienen como objetivo común dar a conocer aquellos trabajos dirigidos a los lectores más jóvenes. Lectores que, pese a su corta edad, no dejan de ser uno de los colectivos más exigentes.

Y es que este día no ha sido elegido al azar o por mera casualidad. El día 2 de abril de 1805, nacía en Odense (Dinamarca) el escritor, Hans Christian Andersen. El autor de cuentos tan conocidos como “El patito feo”, “Las zapatillas rojas”, “El sastrecillo valiente” o “La sirenita”. Y en honor a su onomástica, desde 1967, se viene celebrando cada dos de abril el Día Internacional del libro Infantil y Juvenil promovido por el IBBY (The International Board on Books for Young People), una organización sin fines de lucro, incorporada a UNESCO y UNICEF, que pretende unir a todas aquellas personas del mundo que trabajan en pro de la literatura infantil y hacer llegar a todos los niños, especialmente aquellos que viven en países en desarrollo, el máximo de libros posibles.

Cada año, uno de los países asociados a la organización es el encargado de preparar el cartel ilustrador y el mensaje que lo acompañará. Esta vez ha sido el turno de Estados Unidos que bajo el lema: “Alegría en los libros alrededor del mundo” y con el poema de la escritora, Pat Mora y el dibujo del ilustrador, Ashley Bryan, han conformado el mensaje traducido a multitud de lenguas.

“Leemos juntos, tú y yo.
Vemos que las letras forman palabras
y las palabras se convierten en libros
que estrechamos en nuestras manos.
Oímos susurros
y ríos bulliciosos en sus páginas,
osos que cantan
graciosas melodías a la luna.
Entramos en misteriosos castillos
y de nuestras manos suben hasta las nubes
árboles florecidos. Vemos niñas valientes que
vuelan
y niños que atrapan las estrellas.
Leemos juntos, tú y yo, dando vueltas y vueltas,
recorriendo el mundo con la alegría en los libro”

(Poema de Pat Mora)

Días en los que la literatura se promociona a través de múltiples actividades. Las bibliotecas y los colegios se afanan por crear ambientes idóneos en las que trabajar textos infantiles. Las editoriales sacan nuevos libros, atrayentes y originales, para ser los primeros en las listas de venta. Los cuentacuentos gozan de unas de las semanas con más trabajo del año.

Pero yo me pregunto: ¿Basta sólo con dar importancia a la lectura en unos días concretos? ¿Con dejar a nuestros hijos y sobrinos en una institución para que el resto, profesionales del sector, les inculquen el amor a los libros? ¿Regalar, de vez en cuando, un cuento con motivo de un cumpleaños o una primera comunión? Aún recuerdo aquel spot televisivo que nos animaba a leer diciéndonos: “Si tú lees, ellos leen”. Hay grandes lectores autodidactas, por supuesto, pero también los hay “de cuna”. Son aquellos que, desde bien pequeños, han tenido a su disposición una pequeña estantería llena de libros en un rincón de su casa. Aquellos que han visto a sus padres y hermanos leer en un momento determinado del día. Como decía la mística Teresa de Jesús: “Lee y conducirás, no leas y serás conducido”.