Daimiel Noticias.- Cuatro agrupaciones procedentes de Madridejos, Baena, Puertollano y Daimiel participaron el jueves en un desfile que arrancó a las 10:00 horas desde distintos puntos de la localidad. Todas ellas se encontraron pasadas las 11:00 horas en la Plaza de España. 
El IV Certamen Provincial de Bandas de Cornetas y Tambores “Nuestro Padre Jesús Nazareno” daba la bienvenida al Jueves Santo en Daimiel. Un total de cuatro agrupaciones procedentes de Madridejos, Baena, Puertollano y Daimiel participaron en este recorrido que inundó la localidad de música cofrade desde las 10:00 horas hasta las 11:15 horas, momento en el que las cuatro bandas, que habían comenzado sus desfiles desde diferentes puntos del municipio, se unieron en un emotivo encuentro en la Plaza de España.
La agrupación Musical San Juan de Jerusalén, de Madridejos, inició su recorrido en el Paseo del Carmen; La Banda de Cornetas y Tambores La Unión, de Baena (Córdoba), hizo lo propio desde la calle Escoplillo; La Agrupación Musical Discípulos de San Juan, de Puertollano, partió desde la Ermita del Cristo de la Luz y finalmente la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Columna y Nuestra Señora de la Amargura, de Daimiel, emprendió su desfile desde la calle Estación. Tras el encuentro de éstas en la Plaza, los desfiles continuaron en dirección a la Iglesia de Nuestra Señora de la Paz. Allí, la imagen de Jesús de Nazareno recibió a las agrupaciones que interpretaron algunas de sus marchas en el petril, frente a una de las imágenes más emblemáticas de la Semana Santa daimieleña.
Con un ojo en este multitudinario encuentro que reunió a varios cientos de curiosos y devotos daimieleños, pero con el otro puesto en el cielo, el presidente de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Andrés Márquez Reguillos, atendió este acto en el que la lluvia, al menos por un rato, dio tregua a los protagonistas.
Sold out de La Banda Municipal de Música en el concierto de Semana Santa
El Teatro Ayala acogía en la mañana del jueves un recital lleno de novedades entre las que destacó un montaje de imágenes realizado por el fotógrafo Río Rojo. Éste se acompañó de los comentarios de Francisco Javier García Simal.
La Banda Municipal de Música volvía a llenar las más de 300 butacas del Teatro Ayala en su tradicional concierto de Semana Santa, celebrado en la mañana del jueves. Los asistentes pudieron disfrutar de una novedosa propuesta dividida en dos partes que este año ha contado con un montaje de imágenes elaborado por el daimieleño José Miguel Baeza, Río Rojo. Este trabajo, a su vez, se acompañó de las anécdotas e información que aportaron los comentarios de Francisco García Simal.
“Hay quienes no la consideran marcha de procesión, sin embargo, por sus ritmos y el sonido de su caja, está claro que sí lo es”, detalló segundos antes de que la banda, con Pedro Francisco Sánchez-Valdepeñas Pozo a la cabeza, tocase “Elisheba”, pieza escrita por Miguel Sánchez Ruzafa basada en la canción de los cuatro muleros. Gracias a estos comentarios, el respetable pudo adentrarse un poco más en la cultura de las marchas procesionales y atender a una manera distinta de enfocar este tradicional concierto de Semana Santa de la Banda Municipal, que a su alineación habitual, incorporó en algún tema el sonido de la guitarra española.
Entre las piezas ofrecidas destacó “Concha”, de extremado carácter andaluz y dedicada a la Santísima Concepción de Granada, como apuntó García Simal. “No es excesivamente difícil de tocar, pero aún así destaca por su elegancia”, concluyó el comentarista. Pero además, el concierto contó con marchas dedicadas a Daimiel. La primera de ellas “Muerte y Resurrección”, de Luis C. Martín Martín, con un oboe como hilo conductor. La segunda de esas marchas se correspondió con el “Cristo de la Buena Muerte”, pieza dedicada al Cristo de la Buena Muerte, de Daimiel, escrita por el propio director de la Banda de Música.
El concierto de casi dos horas concluyó su segunda parte con “La Madrugá”, marcha fúnebre compuesta por Abel Moreno y que se puede considerar como un antecesor al fervor del Viernes Santo en Daimiel.
