La actualidad más candente en el recién iniciado Mundial de Fórmula Uno está marcada por esa, siempre latente, intención de los pilotos por imponerse a sus compañeros de equipo para, más tarde, intentar asaltar el título a final de temporada. Esta actitud no es sino un instinto ancestral, básico del depredador que, como en los leones en la sabana, marcan el territorio donde viven y cazan. La diferencia está en que los animales suelen hacer esta limitación a base de orín, que deja un rastro de feromonas, mientras que los conductores de F-1 lo determinan batiendo cruelmente a su compañero (nunca amigo) de equipo. Estaría bueno que viéramos a Vettel, Alonso y compañía ir echando “meadillas” por todo el “paddock” para decirle a los otros quién manda ahí.
Este es mi sitio ¿sabes?
El caso es que, y ya fuera de la coña tipo Nacional Geographic, el pasado Gran Premio de Malasia ofreció todo un catálogo de “señales territoriales” para que el personal quedara suficientemente advertido. La primera de ellas fue rápida, breve, centesimal, y además, no ha habido prensa tras la maniobra: Alonso parte 3º en la parrilla, mientras que su compañero Massa lo hace un puesto más arriba y, nada más ponerse el semáforo en verde, el español hace una sutil maniobra a su izquierda para que el brasileño no ocupe esa ventajosa zona que favorecería su primer giro a derechas. Luego, pasó lo que pasó, Fernando rozó la rueda trasera derecha de Vettel y estropeó su alerón delantero y su carrera, pero la acción de preponderancia estaba hecha. Segunda trifulca: Hamilton-Rosberg. El británico y el alemán se enzarzaron en un repertorio de pasadas uno a otro durante la mayor parte de la prueba que hizo que su jefe Ross Brawn intentara poner orden entre ellos por radio para evitar una catástrofe de los coches plateados. En la post-carrera, Brawn recibió todo tipo de críticas por parte de los “jefazos” de Mercedes (Wolf y Lauda) que hubieran deseado a Rosberg en el podium en lugar del díscolo británico. Hamilton, ajeno a las quejas que siempre le han caracterizado llegó a decir “con la boca chica” que él mismo hubiera preferido ver al hijo de “Keke” en el tercer escalón de Malasia. Rosberg encajó como un caballero las órdenes de su jefe que, ahora, tiene una posición más que endeble como gestor de la autoridad en carrera. En próximas carreras seguro que Hamilton no va a ser tan modosito y el clan germano Haug-Wolff-Lauda añadirá buen picante a una ensalada ya de por sí bastante sazonada.
Lo de siempre, de otra manera
Pero con toda la importancia relativa que quiera darse a estos episodios propios de inicio de temporada en los equipos, cuando teóricamente cada piloto espera ser tratado de igual a igual con su rival de escudería, la bomba informativa se la llevó la maniobra de acoso y derribo de Sebastián Vettel a su co-equipier Mark Webber, al que arrebató la victoria en contra de ciertas presunciones que, conociendo como conocemos al equipo Red-Bull no dejan de sonar a un estudiado plan de relaciones públicas y lavado de imagen. Todos sabemos que el tri-campeón alemán es el niño mimado del equipo energético y que, para más señas, su brillantísimo palmarés le da todas las prioridades que desee haciendo que Horner & Marko (los “barandas” de Red-Bull) jamás le hayan quitado un capricho, pero lo del domingo es dejarlos en mal lugar después de que esta pareja cargase contra Ferrari por la evidente predilección que sienten por Alonso en detrimento de Massa. Y aquí estamos una vez más con la consabida película de las órdenes de equipo: que si son buenas, que si son malas, que si deben existir, que si deben regularse bla,bla,bla…Caras largas en el podio, reprimenda pública a Vettel, “peineta” televisada de Webber. ¿Órdenes de equipo o desórdenes de estrategia?
Depredadores
El caso es que “Seb” Vettel es ahora el “macho-alfa” de la manada de veintidós predadores que conducen bólidos de F-1 y cada uno de sus gestos tiene la intención manifiesta de perpetuarse en su posición hasta que, la ley de la selva, lo destrone para poner a otro en su lugar. La voracidad de Vettel la hemos visto ya muchas veces: la tuvo Alonso en la caza de sus títulos donde se llevó por delante a sus compañeros Fisichella y Trulli; volvimos a contemplarla entre el asturiano y un debutante Hamilton en los tristes episodios de la temporada 2007 y, si nos remitimos al pasado (indefinido o diferido), hay tantos casos como sal en los mares: Prosa-Senna, Mansell-Piquet, Jones-Reutemann, Peterson-Fittipaldi, Brabham-Hulme y así hasta 1950: Farina-Fangio en Alfa Romeo. Lo que ocurre es que, en el imaginario hispánico, Vettel es un “niñato” mientras a Webber le asignamos el papel de “gentleman” y claro, puestos a tomar partido, todos lo caballeros andantes nos ponemos de parte del más débil y desasistido para erosionar poco a poco la imagen de un tipo que no cae bien porque ha ganado dos de sus tres títulos consecutivos a nuestro querido Alonso; un “nene” que saca el dedo índice al viento cada vez que hace una de las suyas (y viene haciendo muchas desde el subcampeonato de 2009); un alemán, para más señas comparte las vocales del apellido con Dña. Ángela, que va camino de emular, si no superar, al otro no menos insolente germano, apellidado Zapatero, mira por donde. Vettel en un depredador como el león, un caza recompensas como Clint Eastwood en la trilogía de Almería, un “killer” despiadado que vive por y para las victorias pero, insisto, hubo otros antes y habrá otros después que puede que sean o no españoles (seguid los pasos de Juncadella y Sainz Jr.) pero que seguirán haciendo grande esta pasión llamada Fórmula Uno. Creo, sin faltarle al respeto, que Mr. Webber no está señalado para tamaña épica.
El domingo 7 de Abril más carne para los leones
Esta fecha del calendario marca el inicio del mundial de Motociclismo con dos parejas de pilotos que emularán las cuestiones de las que acabamos de hablar. Sobre Yamaha y Honda, Lorenzo, Rossi, Pedrosa y Márquez van a marcar sus propios territorios en una lucha que, en Moto GP, suele hacerse cuerpo a cuerpo. La cita, Qatar, 21:00, hora de Madrid.
Bienvenido al club, amigo Juanma, contigo en el plantel miciudarrealeño (yo siempre le quito la d que se ve horrible), tanto los aficionados al motor como los que no, tendrán puntualmente su dosis de noticias y comentarios bien lubricadito todo. Y este MICR, mejora con ello. Gracias.
este tio sabe
Es posible que me equivoque en todo lo que voy a decir, pero lo hago; así que, quien quiera corregirme que lo haga, para eso estamos en este espacio de libertad llamado «MiCiudadReal»
No me gustan las carreras de coches porque las veo como un «deporte» total y absolutamente competitivo. No veo el compañerismo por ningún lado y todos van a ganar a costa de lo que sea. Imagino que habrá reglas escritas y tácitas que todos deben aceptar pero que no siempre se cumplen.
Además veo estas competiciones como inhumanas. En un partido de futbol si un jugador cae, casi se para el partido; en las carreras, no, a no ser que la desgracia sea mortal.
Además es un «deporte» machista o no conozco pilotos femeninas.
Y medioambientalmente hablando antiecológico en todos los sentidos.
Y por último diré algo «a favor». Dicen los entendidos que muchas marcas utilizan la experiencia de sus coches en las carreras para testar sus nuevos modelos. Puede que sea cierto, no lo voy a discutir, pero ¿no hay una forma mas barata y más ecológica de hacer esto?
Y por último, último y para mi querido «MiCiudadReal», admito esta nueva sección y le deseo suerte al nuevo compañero cuyo artículo está muy bien redactado, pero por favor… ¡no pongais nunca una sección taurina!. Me «daría de baja».
Luis Mario, con todos los respetos, te has caido de la bici y te has dado un golpazo, de no ser asi no es entendible el mundo que reclamas, tienes para todo y para casi todos, comentarios quiero decir,conoces bastante gente de tu juventud, (san juan de avila), que ocupan buenos y acomodados puestos que han tenido que ver en este mundo que tanto te desagrada, cuentaselo a ellos.
Te contesto con todos los respetos.
Sí, efectivamente me he caido de la bici alguna vez pero por culpa de algún bache, fisura, hueco o suelo resbaladizo en alguna que otra calle.
El mundo que reclamo es sencillamente un mundo más sostenible y más democrático que el que tenemos. No estoy pidiendo ninguna utopía.
Por tu mención a S.Juan de Avila (aparte de lo de la bici) veo que me conoces pero yo no se quien eres tú y me gustaría saberlo. Yo tuve una época en que me gustaba usar pseudónimo hasta que alguien – por cierto, también con pseudónimo – me convenció de que no lo hiciera; pues como te iba diciendo no se a quienes te refieres cuando dices que la culpa de lo que critico la tienen esas personas de mi época de S.Juan de Avila. Si me lo dices te garantizo que lo haré.
Recibe, Paker, un cordial saludo y dime quien eres. Te aseguro que estoy mejor desde que no soy «anónimo».
PD: …y repito que aunque no me gusten las carreras de coches, me gusta la pluralidad.
Genial el artículo, el autor y Miciudadreal, espero seguir este año las competiciones con vuestra nueva mirada.
Alucinante el análisis de la situación que vivió Red Bull en Malasai y sobre todo destacando el hambre insaciable que Sebastian Vettel tiene.Este año será su cuarto.Me encanta la nueva sección , un pasote!!!gracias Mi ciudad Real
Muy buen articulo,muy bien escrito y sobretodo se nota que el periodista sabe de lo que habla , no como otros que hacen sus comentarios después.
Las bicicletas también utilizan fibra de carbono , caucho y todo eso que los que están en contra del progreso enarbolando una bandera ecológica,les parece fatal cuando en vez de en una bicicleta se montan en un vehículo a motor.
En mi época se escribía con tinta y plumilla y ahora gracias a «tanto cable por el campo y tanto satélite» lo hago por aquí y me parece genial.