Se insiste en que la vida, la vida de todos, mi vida, no es monótona; en que somos tan únicos e imprescindibles como cualquier producto publicitario y no lágrimas en la lluvia; que no somos de usar y tirar por un ere, esposo, abuelo o hijo cualesquiera. Pero veo la vida repetida cada día, veo las mismas películas y los mismos programas de televisión una y otra vez, compro los mismos productos, consumo los mismos políticos con distinto disfraz y el sol sale cada día con la misma cara ardiente e insoportable (quizá un poco más pálida); incluso los psicólogos (qué justo que empiecen con psé) repiten siempre el mismo mantra: vuelva usted mañana, como en Atrapado en el tiempo. Hasta nuestra muerte es la misma que la de muchos otros y nos ponen siempre cruzados de brazos cuando cierran la caja. Si esto no es eterno retorno, que venga Brahma y lo vea. O Buda: como vivo cerca de una iglesia, me suelo topar con entierros, mendigos y viejos. Ya más entierros que bodas; morirse se ha vuelto a poner de moda.
Romera, pásese a la escritura de ficción y viva otras historias, y cárguese a los malos cuando le dé la gana. Y no se corte con los personajes sexuales. Combine a placer historias románticas, viajes a paraísos exóticos (si no hay, se los inventa). Reencarne a sus héroes favoritos y tómese una copa con ellos. Póngase música religiosa (ahora, en semana santa, una pasioncita de Bach) y experimente sensaciones paranormales ( a los abundantes subnormales, que les den). Venga, anímese, seguro que lo hace bien. Yo le leo y seguro que me gusta.
La vida es breve; el arte, largo; la ocasión, fugaz; la experiencia, engañosa; el juicio, difícil…
C´est la vie, como dice la canción. De todas maneras, no hay que desanimarse. No hay situación por mala que sea que no sea susceptible de empeorar.
Un saludo.
El sol casi nunca es insoportable, ansío que salga y se lleve consigo la insoportable lluvia; que salga monótona y diariamente. Esa monotonía es la única soportable.