José Ignacio Echániz. Consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de Castilla-La Mancha.- La semana pasada tuve la fortuna de escuchar en vivo el testimonio de Juan Carlos, un trasplantado de riñón. Su historia personal es el mejor ejemplo de la importancia de la donación. Es difícil ponerse en la piel de quien vive gracias a la generosidad de otra persona. Pero es evidente que su agradecimiento y su afán por fomentar las donaciones no tienen límites.
Juan Carlos, junto a Pedro y Claudio, en representación de asociaciones de pacientes, me acompañaron la semana pasada en un evento para promocionar la donación de órganos en Castilla-La Mancha. Un acto emotivo, en el que recordé que el año pasado 141 personas de nuestra región salvaron la vida gracias a la generosidad de otras personas.
Como responsable público tengo que agradecer la solidaridad de todos los donantes de Castilla-La Mancha. Pero me veo también en la obligación de hacer un llamamiento a que demos un ejemplo de magnanimidad a toda España, mejorando unos datos que están a día de hoy por debajo de la media nacional.
Mi objetivo, al celebrar este 6 de marzo el Día Nacional del Trasplante, es que entre todos mejoremos la cifra de donantes. Y nada mejor para conseguirlo que hacerse el carné de donante y manifestarlo públicamente a los familiares más cercanos. Es esencial que los seres queridos conozcan nuestra voluntad de donar los órganos en caso de fallecimiento, ya que son ellos quienes tomarán la decisión en el momento oportuno.
Desde la semana pasada, junto a responsables de asociaciones de pacientes y la coordinadora de trasplantes, hemos puesto en marcha una campaña en redes sociales con este objetivo. El lema de Twitter #CLMSíDona supone un llamamiento a no quedarnos atrás en solidaridad, a que aumentemos la donación de órganos y lo manifestemos a nuestros amigos y seguidores en la red.
Antes que político soy médico y plenamente consciente de lo que supone el sufrimiento y la ansiedad de quienes esperan la donación de un órgano. A día de hoy hay 250 personas en nuestra Comunidad que esperan el trasplante de un órgano para sobrevivir o mejorar su calidad de vida. Son 250 historias que espero que tengan un final tan feliz como la de Juan Carlos.
Cuento con todos los castellano-manchegos de bien para darle la vuelta a las cifras, para devolver la esperanza a los pacientes. Tenemos un personal sanitario de primer nivel para atender y coordinar los trasplantes. Entre todos, con el ejemplo en primer lugar de quienes tenemos una función pública, podemos hacer que nuestra región sea un ejemplo de generosidad.