Multimedia.- Trabajadores del Consorcio de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) de Ciudad Real han aportado dinero de sus nóminas a favor de Beatriz Peláez, una niña de 5 años que padece atrofia muscular espinal. Se da la circunstancia de que toda la provincia está recogiendo tapones de envases, pues, con cada tonelada de éstos, le dan 300 euros para poder comprar una silla de ruedas especial que necesita, cuyo importe suponen unos 14.000 euros.
De esta manera, se suman a las iniciativas de solidaridad llevadas a cabo por numerosos colectivos y personalidades en beneficio de Beatriz.
Esta acción se enmarca en la iniciativa llevada a cabo por los trabajadores del Consorcio RSU, denominada “Haciendo Equipo”, que consiste en que aquellos trabajadores que, voluntariamente se adscriben, donan un euro al mes que se descuenta directamente de su nómina.
Así, a lo largo del año se va generando un fondo colectivo. Al finalizar el año, los trabajadores proponen distintas alternativas de carácter social para destinar los fondos recaudados y, finalmente, votan para determinar cual de esas alternativas va a resultar la destinataria de la recaudación, que este año ha recaído en la mencionada Beatriz Peláez.
Se me ocurren tres comentarios:
En primer lugar alabar la solidaridad de estos trabajadores y demás colectivos implicados en ayudar a Beatriz.
En segundo lugar criticar a la administración que en un caso como este (entre otros muchos) de auténtica necesidad de esa silla de ruedas no la concede a Beatriz cuya familia tiene que recurrir a la solidaridad ajena y al esperpéntico tema de los tapones que para conseguir 300€ simplemente haya que recoger nada menos que una tonelada de ellos.
En tercer lugar, ¡ánimo Beatriz! algún día acabaremos con estas injusticias sociales.