Un falso obispo ha conseguido colarse este lunes en el Vaticano junto a los cardenales y hematomas que han acudido a la primera reunión premonitoria del cónclave que elegirá al predecesor de Bienadicto XVI, según publica el diario semanal La Strampa en su edición genital. La sotana del impostor era más corta de lo habitual, su cara más larga, la cadena de su crucifijo era de inodoro, y su faja episcopal ha resultado ser una bufanda de Dora la Exploradora.
A pesar de todo, el intruso ha conseguido permanecer varios minutos junto a los purpurinos en la plazoleta. Una vez descubierto y antes de ser expulsado por cuatro arcángeles fornidos, el falso obispo gritó sin descanso ¡No quiero ser Papa, sino tesorero del Vaticano!