Jorge Sánchez-Manjavacas Mellado.- Hace casi 3 años que el libro de Stéphane Hessel “Indignaos” llegó con viento fresco a las sociedades europeas, quienes veían una y otra vez los varapalos que la crisis económica, social y existencial hacía de la ciudadanía: Políticos que besan los pies de las grandes empresas que acaban por controlar el mercado mundial y olvidan al ciudadano y sus preocupaciones.
Constituciones que han sido prostituídas, obviadas e incluso modificadas para hacer más difícil empoderamiento de las sociedades y colectivos, legitimando así el derecho a participar en las políticas a los grandes propietarios de grandes empresas. Ciudadanos que sienten una desafección profunda por todo lo que tiene ver con la palabra “política” viendo como nada de lo que el ciudadano propone es ni escuchado. Todo se mueve por intereses “superiores” al ciudadano.
“El poder del dinero, no ha sido nunca tan grande, insolente, egoísta, con sus propios servidores hasta en las más altas esferas del Estado. Los bancos, privatizados, se preocupan ante todo de sus dividendo y de los altos salarios de sus dirigentes, pero no del interés general” Indignaos, Stéphane Hessel
En definitiva una brecha peligrosa entre ciudadanos y políticos que se abría en esta Democracia pasivo-representativa. Y que hoy muestra sus efectos con la visión colectiva que tenemos de la política y sus dirigentes.
Ante esto Stéphane Hessel escribía “Nos compete que todos juntos velemos para que nuestra sociedad sea una sociedad de la que podamos sentirnos orgullosos…”. Nos devolvía la pelota a nuestro campo ¡Tenemos que hacer algo!
Su objetivo, cual Sócrates paseaba por Atenas, los jóvenes. Aquellas personas que aun están conformando su carácter y su ideario. Personas que viven en una constante lucha por un mundo que es violento per se y que se tienen unas expectativas para ellos: Comprad y sed indiferentes. Y considera que la indignación debe comenzar por dejar de ser indiferentes. Esta es la peor actitud que puede tomar cualquier persona.
Además, su propuesta no es la de actuar violentamente contra las injusticias sino que su propuesta nace desde la esperanza: “Hay que tener en cuenta que la violencia da la espalda a la esperanza. Es necesario preferir la esperanza, la esperanza de la no violencia”. Muchos podrían percibir sus propuestas como idílicas o utópicas y que no pertenecen a este mundo. Son más bien para una sociedad pseudo-hippie o naif. Pero basta salir a la calle, mirar los medios de comunicación para darse cuenta que algo está cambiando lentamente y que las semillas del cambio fueron puestas en parte por la lectura de este librito.
Cada vez son más las personas que forman colectivos o mareas para organizar sus propuestas y sus acciones. En algunos países, la segunda fuerza política es un movimiento pro-ciudadano que trata de vencer el anterior paradigma político.
Hoy tenemos que dar la triste noticia de la muerte de Stéphane Hessel. Sin embargo no es un día triste por su pérdida sino que el día debe ser de satisfacción porque sus ideas han calado en la sociedad y ahora solo queda proseguir con sus imperativos sociales e intelectuales dando el siguiente paso a “¡Comprometeos!”, para que todo esto no haya sido un mal sueño en el que al despertar sintamos que nuestro enfado no sirvió para nada porque solo ha sido una “pataleta infantil”.
Sirva este escrito no solo como despedida sino como recordatorio para la sociedad indignada y comprometida con el cambio de paradigma, para que no se pierdan en infértiles batallas internas o diferencias anodinas. Las cosas cambian, pero lentamente.
Hasta luego Sr. Hessel, estaremos indignados y comprometidos.
He leido algunas críticas a Hessel llamándole: progre-burgués, anarco-progresista, antisistema-sistemizado, y otra serie de «lindezas» por gente que se define de izquierdas (¿?).
Hay gente – por desgracia – que no ha entendido nada de la vida de este gran hombre.
¡Que la tierra te sea leve!
progre-burgués me parece un buen termino. «Iluminados» como este, escriben demagogia barata, mientras se echan su copa de whisky de 80 años con un buen habano, en un apartamento en los campos Eliseos en Paris mientras se rie de que haya gente que se trague las chorradas que acaba de escribir.
Tienes razón, es mejor que se haya muerto. Una cabeza pensando menos. Total si al final todo es Marca España porque no dejamos de «creer» o no lo que nos dicen.
…Pobre España…
Por cierto alfredoperezrubalcalva(fake) has cometido una falacia ad hominem te dejo el enlace por si apetece aprender a diferenciarlas y evitarlas en tus futuros «Argumentos». (es.wikipedia.org/wiki/Argumento_ad_hominem)