Invitada por el AMPA del centro, Eva Saavedra, ha repasado las malas conductas más frecuentes y las medidas sancionadoras aparejadas, tanto penales como económicas. «Siempre hay consecuencias y más graves si se perturba la convivencia del centro educativo», recalcaba.
Daimiel Noticias.- La jueza de Menores de Ciudad Real, Eva Saavedra, ha explicado este miércoles a los alumnos de 1º y 2º de la ESO del IES Juan D´Opazo las consecuencias legales de los actos vandálicos, agresiones y robos que cada día trata en su labor profesional. Invitada por el AMPA del centro, y con la presencia de profesores y de técnicos municipales que trabajan con esa franja de edad, Saavedra ha insistido en que los insultos en las redes sociales, las pintadas, las peleas y los hurtos o robos derivan en medidas que pueden ir desde una amonestación hasta la privación de libertad en un centro de internamiento que, subrayaba, «desafortunadamente siempre están llenos».
En ese repaso, les informaba de que esas malas conductas pueden traducirse por ejemplo en lo que se conoce como «libertad vigilada» y que consiste en que «aunque el menor sigue viviendo en su caso, el equipo técnico del juzgado impone unos horarios al menor para que no entre y salga cuando quiere de casa y le obliga a que vaya a clase y rinda en los estudios».
A esta medida le siguen en gravedad la obligación de tareas socio-educativas (los trabajos a la comunidad); el alejamiento que, en algunos casos, «ha obligado a menores a ir al instituto de otro pueblo»; la permanencia en centros de reforma los fines de semana y la más grave de todas; la inclusión permanente en dichos centros.
Además a ello se suma la responsabilidad civil, es decir, la compensación económica por el daño causado. Aquí también aportaba datos concretos y les hacía ver que una pintada suele castigarse con «entre 200 y 300 euros» y que «ponerle el ojo morado a alguien» se mide por los días que dure esa lesión y oscila entre 30 y 50 euros al día.
La jueza ha recalcado que siempre los actos tiene consecuencias y que «si se hacen dentro de un centro educativo, perturbando su convivencia normal, hay una gravedad específica».
Tras las palabras de Saavedra, se abrió un turno de preguntas entre los chavales que se interesaron por las diferencias entre falta o delito, o por la forma de denunciar que han sufrido un robo.