Estanislao Z.Navas.- En el año 1396 la casa destinada a las cosas del común era presa de las llamas, propiciando que las reuniones del concejo municipal dieran con sus huesos en el trascoro de la Iglesia de San Pedro durante casi toda una centuria. En la última veintena del siglo XV, las envidias que suscitaba el poder de los judeoconversos propició el caldo de cultivo para que se pusiese en marcha el Tribunal del Santo Oficio y fuesen estos los mayores objetos de deseo por parte de los inquisidores. Tanto es así que en 1484 con motivo de la visita de la reina Isabel la Católica a esta nuestra ciudad, los miembros del concejo le solicitarán una sede donde poder celebrar sus sesiones, siendo la opción elegida la casa – tienda del lencero Álvar Dias situada en la calle Correhería, o lo que es lo mismo, lo que todos en la actualidad conocemos como Casa del Arco (“La casa del judío” de nuestro primer artículo). Esta sede municipal lo sería hasta 1866 y a partir de ese momento su nueva ubicación se hallaría en el otro extremo de la conocida Plaza Mayor.
Así, en 1869 se terminó la Casa Consistorial según el proyecto del arquitecto don Cirilo Vara y Soria, edificio que sería sustituido por el actual.
Tal y como señala en su tesis doctoral Geografía Urbana de Ciudad Real, don Félix Pillet: “A los cien años justos de haberse construido el edificio para Casa Consistorial y después de haberse realizado algunas reformas en los primeros años del 60, el Arquitecto Municipal declaraba en diciembre de 1968 que “se inicia su ruina (ruina incipiente)”; ante esto, la Corporación decide la necesidad de llevar a efecto la construcción de uno nuevo, aprobando por unanimidad, en marzo de 1969, que se construya en el lugar que ocupa el actual, procurando que mantenga un estilo castellano. … pero al final sería concedido, después de un año y fuera del concurso, al proyecto presentado por D. Fernando Higueras y D. Ildefonso Prieto”. Aún se conserva en su parte posterior un recuerdo del carillón del antiguo edificio decimonónico. (ver fotografía).
Este Ayuntamiento de Ciudad Real es un edificio construido el año 1976, y su diseño, no exento de polémica, es obra del arquitecto madrileño Fernando Higueras, quien se inspiró en una arquitectura neogótica, muy similar a los Ayuntamientos típicos de los Países Bajos.
Todos se preguntan el por qué de este cambio de imagen tan radical que se dio a la nueva edificación del Consistorio. No se trata de una cuestión meramente cultural sino más bien de cómo quería ser aprovechado el espacio en la década de los sesenta del siglo pasado, dada la coyuntura de expansión económica que se daba en dicha década. Es así que el papel de la arquitectura abandera más bien las estrategias económicas de producción de espacio más que la perspectiva cultural, siendo su primer ámbito de expresión la producción de alojamiento a partir de la creación de nuevas viviendas. A ello habría que unir ciertas operaciones urbanísticas de microcirugías y de edilicia institucional, siendo ésta donde se aprecian los mayores esfuerzos de representación formal.
En esta década la innovación se realizará desde varios frentes, ya sea mediante nuevos lenguajes tecnológicos, ya sea a partir de la revisión histórica o bien mediante la masividad formal. Ejemplos de todo ello los tenemos en la Casa Sindical de García del Castillo, de 1969; el Colegio Universitario, de Burgos Cid, de 1971; el edificio de Servicios Múltiples de Villamartín García, de 1971, el referido Ayuntamiento de Ciudad Real de Higueras de 1971; el Museo Provincial de Luca de Tena de 1974; o la Audiencia Provincial, de Velasco Viejo, de 1976. Edificios todos ellos que constituyen la representación de las renovaciones edificatorias que tanto chocaron con el acervo cultural de las gentes que la habitan pues mostraban a todas luces una incipiente modernidad.
Así pues, el Ayuntamiento fue un diseño rechazado, en su momento, por la ciudadanía, pero, ¿quién es el arquitecto de este diseño tan impopular?
Fernando Higueras Díaz fue un arquitecto español nacido en Madrid en 1930. Licenciado en 1959 por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de esta ciudad, dentro de una promoción caracterizada por su distanciamiento del racionalismo y su aproximación a las corrientes organicistas, que tenían como referencia la obra de Frank Lloyd Wright, obteniendo la Beca Acha Urioste. Fue un gran aficionado a la música (fue primer tenor dramático del coro de la Universidad, recorriendo diversos países de Europa y Africa, y Andrés Segovia lo propuso para la beca de guitarra en sus cursos de la academia Chigiana de Siena), a la pintura (Medalla de la Asociación de Acuarelistas en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954, medalla de la República del Uruguay en la Bienal Hispanoamericana de arte de 1955 y en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1957), a la escultura (Accésit en los Concursos Nacionales de 1958) y a la fotografía (Medalla de Oro y Primer Premio en la Exposición San Raimundo Peñafort de 1959). Fue seleccionado en 1983 por el Colegio de Arquitectos de España, para acceder al Premio Pritzker y en 1987 propuesto al premio Worf de las Artes. Su proyecto para Urbanización de Lanzarote figura en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Entre sus edificios destacan, el Colegio-Estudio de Aravaca (1964), el Instituto del Patrimonio Artístico Español de la Universidad de Madrid, también llamado La corona de espinas (1965), el proyecto de un edificio Polivalente en Montecarlo (1969) –proyecto con el cual adquirió gran fama internacional-, el Hotel Las Salinas de Lanzarote (1973), las viviendas para militares de la Plaza San Bernardo en Madrid (1975), el Ayuntamiento de Ciudad Real (1976) –edificio cuya singularidad generó mucha polémica por la ruptura que supuso con el enclave en el que se situó, la Plaza Mayor de Ciudad Real-, el Museo Antonio López Torres de Tomelloso (1986) y la Parroquia de Santa María de Canaá en Pozuelo de Alarcón (1999).
En suma, los rasgos que definen al arquitecto Higueras hacen referencia a la conjunción de rigor constructivo con la adaptación al medio físico y natural y del entendimiento de la arquitectrua popular desde planteamientos contemporáneos. Sus soluciones estructurales son sencillas y espectaculares y, sumado a sus bóvedas tabicadas, ejercen gran influencia en arquitectos posteriores. Así, su riqueza arquitectónica viene a representar tanto la continuidad española del constructivismo ruso, de la mejor tradición constructiva de Wright, siendo incluso considerado como un precursor del informalismo en la arquitectura.
A la edad de 77 años, fallecía en Madrid el 30 de enero de 2008.
Vaya por delante mi deseo de que descanse en paz y dicho esto vuelvo a repetir lo que contesto cuando me preguntan «¿Que te parece el nuevo Ayuntamiento»?
La respuesta sigue siendo la misma: El estilo me gusta pero…su ubicación es nefasta, ya que rompe totalmente la armonía de…lo que queda de Plaza Mayor.
QUERIDO LUIS. COMO HAS PODIDO OBSERVAR, ESTOY EN TOTAL ACUERDO CONTIGO, BUEN ESTILO PERO NO BUENA UBICACIÓN.
UN SALUDO
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