Carta abierta a José María Barreda

Manuel Fuentes Muñoz (Presidente de la Asociación de Usuarios de Alta Velocidad)

  

Como usted bien sabe, a partir del próximo mes de enero, RENFE va a cambiar el actual servicio de lanzaderas que viene funcionando desde 1992. El nuevo sistema de gestión que se va a utilizar, creemos que constituye un paso atrás, tal vez definitivo, para la mayoría de usuarios actuales y, sobre todo, limitante para las expectativas de futuros usuarios, lo que condicionará, de alguna manera, el desarrollo socioeconómico de nuestra provincia, y por ende el de nuestra región. Los problemas que se nos plantean, principalmente, son los siguientes:

1.   El nuevo abono, el de la tarjeta plus, es mucho más rígido para el usuario habitual que debe utilizar diariamente este servicio. Los abonados utilizamos estos trenes para acudir a nuestro lugar de trabajo y la accesibilidad que tenemos en estos momentos la perdemos con este nuevo servicio de plazas cerradas. Además, va a suponer, en la práctica, que se aumente considerablemente el tiempo total empleado por cada usuario, al tener que formalizar, no solo cada reserva, sino cualquier cambio de tren, lo que desgraciadamente ocurre más veces de las que todos quisiéramos. Y, lo que es peor, no se va a garantizar ni la salida ni el regreso de un pasajero de abono.

2.   Restringe, drásticamente, los derechos actuales. La oferta de plazas para la clase turista, utilizada por la mayoría de usuarios, se reduce, en la práctica, en más de un 10%, mientras que las plazas de clase club se aumentan entre un 18 y un 50%. Los horarios son inadecuados, pese a una pequeña modificación que han introducido a petición nuestra. Especialmente grave, aunque no el único, nos parece el déficit de 166 plazas que se produce en los dos primeros trenes de la mañana en el trayecto de Puertollano a Madrid, en relación con el aforo de los actuales servicios, lo que impedirá llegar en horario normal de trabajo a muchos usuarios. Se elimina la generación de puntos en las actuales tarjetas de fidelización, en sus dos modalidades, clásica y oro, con lo que se pierden los descuentos que proporcionaban y la posibilidad de mantener su posesión y los servicios complementarios que prestaban, como la utilización del parking.

3.   El nuevo sistema supone un incremento real de los costes de utilización de este servicio. El coste actual incluye el precio del abono, menos los descuentos y las prestaciones que tenemos con las tarjetas AVE, clásica y oro. El nuevo sistema solo incluye el precio del abono, sin descuentos ni prestaciones complementarias. Pues bien, solo contando el precio y los descuentos, el coste final para un usuario que tiene 21 ó 22 días laborables al mes, le supone un incremento de entre el 2,42 y el 9,22%, sobre el coste actual, según el tipo de tarjeta que posea. A quienes utilizan el parking, que lo hacen principalmente por no existir servicios públicos de transporte de enlace con las estaciones ferroviarias, les va a suponer entre un 15 y un 25% de aumento.

4.   La absoluta indefensión de los usuarios ante una organización que, no siendo capaz de dar respuesta en tiempo real a problemas cotidianos que surgen con el actual servicio, pone en funcionamiento un nuevo sistema para el que no dispone de los medios técnicos adecuados. Ante la necesidad de un cambio de reservas, RENFE solo cuenta con las taquillas habilitadas en las estaciones, lo que puede llevar, en el caso de que esta operación se tenga que realizar en Madrid, más de una hora de espera. Este tipo de operaciones, en estos momentos, no se pueden realizar telefónicamente, ni por internet, ni con máquinas como las que vemos en los aeropuertos, ni por cualquier otro sistema que agilice la gestión, lo que si ocurre en muchos países europeos. Por otra parte, según la compañía ferroviaria, ante la mayor demanda de plazas no habrá problemas porque ahora hay posibilidades de ampliar la oferta. ¿por qué, entonces, no establece una doble composición en los primeros trenes de la mañana? seguramente porque espera que el disciplinado usuario de abono cambie sus actuales condiciones laborales, para adaptarse a los nuevos horarios de trenes, aunque en algunos casos y, dada la precariedad del mercado laboral, ello pueda suponer la pérdida del puesto de trabajo. Dada su rigidez operativa, la gestora pública de ferrocarriles, necesita un tiempo mínimo de varios días para poner en funcionamiento una doble composición. Dudamos que, de esa forma, se pueda dar una respuesta ágil a las necesidades de los usuarios habituales de abono.

   Por todo ello, Señor Presidente, y desde la convicción de que no eludirá defender nuestros legítimos intereses ante las instituciones públicas de la administración central que correspondan, le pedimos su intervención para que, se mantengan las actuales condiciones de accesibilidad, no se reduzcan los derechos actuales, se amplíe la oferta real de plazas, especialmente las de clase turista, se adecuen los horarios a las necesidades de los usuarios y se rebaje el precio, de forma significativa o, por lo menos, en la proporción que se reducen los costes de los nuevos trenes, dado que se trata de un servicio de público de transporte utilizado por trabajadores.

   Con todo lo cual creemos que se mantendrían, mínimamente, los actuales derechos que con tanto esfuerzo se consiguieron para que Ciudad Real y su provincia tuvieran parada del AVE en 1992, y que hoy son, entendemos, una necesidad vital para el desarrollo de Castilla la Mancha con la ampliación prevista de este servicio a otras ciudades de la Comunidad Autónoma y, de forma más inmediata, con la puesta en servicio de la línea Madrid – Toledo.

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