La privatización de servicios públicos es una cuestión recurrente en los medios privados que dan al público información y otras ambrosías. Resulta que lo privado es eficiente per se, obviando al que gestiona lo público, incluso cuando la incapacidad privada de éste sea de dominio público. Aseveración tan simplista y privada de razones adquiere el rango de fe pública ante un público al que le priva la liturgia populista.
Un consistorio, diputación u otro organismo público que haga causa pública de satisfacer intereses privados está privado de legitimidad pública. La Casa de lo público no es casa pública que sirva en privado a privados placeres.
Para todo regidor público (convidado): es del todo soez y maloliente descargar públicamente en el privado. Y al que defienda lo público, ahí están la fuerza pública y la opinión pública privada al servicio de los poderes públicos, próceres de lo privado.
Lo privado es, por definición, generador de déficit público. Son, los que no se privan ni en público de hacer uso privado de lo público, quienes pretender privarnos de lo público. ¿Y qué sistema es éste en el que lo público es privativo, en el que el público es privado del gobierno de lo público y en el que dicho gobierno siempre alterna entre manos privadas? En fin, paradojas público–privadas.
ME PARECE MUY ACERTADO ESTE ARTÍCULO CON LOS TIEMPOS QUE CORREN, PUES EL HECHO DE QUE HAYA MUCHAS PERSONAS PENDIENTES DE UN DESAHUCIO Y DE AJUSTARSE EL PRESUPUESTO PARA VER SI LLEGAN A FIN DE AÑO (RECORDEMOS LA DESAPARECIDA PAGA DE NAVIDAD PARA EL FUNCIONARIADO, CLIENTE MUY HABITUAL EN ESTAS FECHAS Y DE FORMA CONSTANTE), ES VERGONZOSO SI TENEMOS EN CUENTA LAS AYUDAS RECIBIDAS POR LOS PREBOSTES DEL MUNDO FINANCIERO-EMPRESARIO-POLÍTICO, OSEA LA OLIGARQUÍA