El doctor José Ángel Obeso Inchausti, facultativo especialista en Neurología de la Clínica Universidad de Navarra prevé grandes avances en los próximos años para frenar la progresión de la enfermedad de Parkinson, aunque en su intervención aseguró que es difícil prever cuándo se acabará definitivamente con ella.
Así lo indicó en el transcurso de la conferencia “¿Cuándo y dónde comienza la enfermedad de Parkinson?”, que impartió, dentro de los Seminarios de Investigación organizados por el Hospital General Universitario de Ciudad Real, centro dependiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, y en los que colabora la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha. El Dr. Obeso Inchausti es además director de la Unidad de Trastornos del Movimiento, Área de Neurociencias del Centro de Investigación de Medicina Aplicada de la Universidad de Navarra (CIMA)
El doctor Obeso Inchausti se refirió en su intervención a los cambios que ocurren en el cerebro antes de que las manifestaciones clínicas permitan un diagnóstico certero de la enfermedad de Parkinson. Un tema de suma importancia, según indica el neurólogo, ya que los procesos neurodegenerativos comienzan años antes de que se haga el diagnóstico.
El especialista en Neurología destacaba que el cambio principal que se da en esta enfermedad es la falta de dopamina, definida por Obeso Inchausti como “un neurotransmisor, una molécula que une una neurona con otra químicamente, y es segregada en relación con una gran gama de actividades que van desde el aprendizaje hasta las emociones, pasando por los placeres.
El doctor Obeso Inchausti señalaba que actualmente sus investigaciones se centran en los cambios adaptativos que sufre el cerebro antes de que se diagnostique la enfermedad, con el fin de amplificar los mecanismos propios de cerebro para que ésta no se desarrolle.
Enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central cuya principal característica es la muerte progresiva de neuronas en una parte del cerebro denominada sustancia negra. Esta enfermedad origina una disfunción en la regulación de las principales estructuras cerebrales implicadas en el control del movimiento.
Los síntomas de la enfermedad de Parkinson son la lentitud, la rigidez o el temblor. Manifestaciones típicas son la inexpresividad facial, la escasez de movimientos automáticos, como el parpadeo o el braceo al caminar, o la inclinación del tronco hacia delante durante la marcha.
La mayor incidencia del Parkinson se da a partir de los 60 años, aumentando progresivamente hasta los 80, afectando por igual a hombres y mujeres. Se han dado casos de presentación a edades más tempranas.
Es una enfermedad de diagnóstico clínico, lo que indica que es el neurólogo quien la diagnostica. Su tratamiento fundamental es la reposición de dopamina cerebral mediante la administración de fármacos. En los casos en los que las medidas farmacológicas no consigan controlar los problemas del paciente, el tratamiento quirúrgico es otra posibilidad terapéutica.