La agencia de calificación crediticia Moody’s ha situado la nota de Castilla-La Mancha en el nivel Ba3 desde su anterior nivel en Ba2, debido al «deterioro en sus posiciones de liquidez». El Gobierno regional sostiene que la agencia ha basado su decisión en la solicitud de su adhesión al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) puesto en marcha por el Gobierno central para atender las necesidades de liquidez de las regiones.
Moody’s reconoce que el dinero del FLA “reduce el riesgo de impago a corto plazo”, pero como efecto negativo incluye la dependencia del Gobierno central para la financiación regional. Al mismo tiempo, indica que Castilla-La Mancha, entre otras regiones a las que se ha rebajado la calificación (Andalucía, Cataluña y Murcia), mantiene una «perspectiva negativa».
El Gobierno de Castilla-La Mancha no comparte la decisión de Moody’s. El Ejecutivo autonómico tomó la decisión de acudir al FLA el pasado 27 de septiembre, «debido a las dificultades para atender los vencimientos de la abultada deuda de 10.800 millones de euros que arrastra la región».
Según el ejecutivo regional, Castilla-La Mancha no tiene cerrado el acceso a los mercados financieros, «aunque las condiciones que se exigen para conceder créditos, debido a un contexto generalizado de crisis económica, exigen tipos de interés muy altos». El Fondo de Liquidez, por el contrario, ofrece tipos mucho más ventajosos para la región de los que conceden los bancos, por lo que el Gobierno de Castilla-La Mancha considera que «hubiera sido irresponsable no solicitar la ayuda».