Más de 1.600 alumnos de Infantil y Primaria se incorporaban a clase este lunes. Los padres acogían con ganas que regresen unos horarios más controlados y con preocupación el aumento del dinero que tendrán que destinar a este año a la vuelta al cole. En los centros confirmaban que la ratio de alumnos se mantendrá en similares cifras a las del pasado curso
El curso escolar arrancó en Daimiel con los habituales nervios entre los alumnos y con las ganas de los padres de que sus hijos vuelvan retomar la rutina de horarios que rompe el verano. «Cuando llega junio necesitan las vacaciones y ahora también necesitaban ya algo de orden», comentaba una madre. A estos habituales comentarios se unía este año la preocupación por el aumento del gasto que supondrá este inicio de curso, debido la subida del IVA y, sobre todo, a la desaparición de la gratuidad total de los libros de texto en algunas etapas educativas. Un desembolso mayor que varios padres cifraban en «unos 200 euros más» y que, decían, les obligará a apretarse de nuevo el cinturón.
Más de 1.600 alumnos de Infantil y Primaria se han incorporado este lunes a clase, entre los cinco colegios públicos y el único concertado que existe en el municipio. Prácticamente la mitad se los reparten a partes iguales entre el colegio Infante Don Felipe y el colegio Calatrava, que este curso compartirán la profesora de apoyo en Infantil. Además, dentro de las reducciones de la plantilla de profesionales, desde el colegio Calatrava se indicaba que contarán con menos horas en el servicio logopedia. No obstante, la ratio de alumnos, se mantendrá en similares cifras a las del pasado curso, según confirmaban tanto desde estos dos centros como en el resto.
Así, el colegio Albuera concentrará 196 alumnos que estarán atendidos por 12 profesores, uno menos que el curso pasado; el colegio San Isidro tiene 180 alumnos para un claustro de 20 profesores a la espera de que puedan incorporar dos más y la fisioterapeuta del aula de Educación Especial que alberga este centro; y el colegio de La Espinosa-Pósito cuenta con 280 alumnos y 25 profesores, dos menos que el pasado curso. En este centro, no ha podido abrir sus puertas el comedor escolar, tras la suspensión de las becas de comedor. Para su puesta en funcionamiento se necesita un mínimo de 20 alumnos y de momento sólo se cuenta con 16, con lo que, según informaba la dirección del centro, se estudia abrirlo al resto de colegios de la localidad. El curso pasado este comedor contaba con 70 alumnos, 50 de ellos becados.
Por su parte, en el colegio concertado Divina Pastora el total de matriculados ha sido de 206 para un claustro que no ha sufrido cambio alguno.