Manuel Valero.- Antes de que lo recomendase el ministro Soria, muchos españoles han veraneado este año en el interior del país, y muchos han ido a dar una vuelta al pueblo. No por engordar las divisas municipales, sino por el asunto de la crisis. La casa de padre además de fresca es gratis. Es cierto que la invitación del ministro evoca imágenes chuscas, los mosquitos y eso. Y como siempre, la reacción maniquea que entiende la antropológica conseja de Soria, un apellido muy interior el suyo, como la vuelta al españolismo cañí, a las esencias patrias, como en España en ningún sitio…, y todo eso.
Borges no viajó apenas y no era paleto. Tan paleto es quien no sale del corral como quien se va de crucero y no para de contarlo. El paleto alardea de donde viaja, el cosmopolita o trotamundos lo tiene como rutina. Generalmente el viajero vacacional o findesemanasantero se queda en la superficie consumista de las cosas. También los hay culturales que van a París a ver una obra de teatro o El Louvre pero hay que tener un bolsillo con pelo en pecho, y además, no creo que fuera a éstos a quienes se dirigió el ministro Soria cuando dijo que allí fuera hace mucha caló y hay demasiados insectos.
Lo que dijo el ministro clon de Aznar con su bigotito -es necesario destacar esa leve semejanza para dar consistencia a la crítica- fue invitar a conocer intensiva y extensivamente lo propio con los beneficios económicos colaterales, en cuyo caso no veo yo paletismo por ningún lado.
Sin embargo, sí, el viaje al exterior debería ser actividad obligada escolar con un trabajo pedagógico posterior que puntúe: además del arte, la arquitectura, el paisaje, las costumbres, la gastronomía, el idioma… los estudiantes podrían cotejar in situ el tiempo que tarda un político corrupto o incompetente en dimitir en España y allende los lares.
Los españoles, como clase media viajanta, que es donde está el hueso del jamón, llevamos mucho tiempo yendo en plan vacacional y findesemanasantero a la Gran Bretaña o a Holanda. Praga es parada obligada. Pero a la hora de transferir a la sociedad civil española la buena praxis democrática de sus naturales, nos quedamos en la cita con los amigos para enseñarles las fotos, o el video -mas hortera, todavía- o la instantánea evitando la caída de la torre de Pisa, en una asombrosa síntesis de paletismo internacional.
Viajar enriquece el espíritu, ensancha la mente, abre perspectivas… dicen. Pero según y cómo: en esta España de españoles viajados siguen ocurriendo sainetes como el de Gordillo, (¿ha viajado mucho Gordillo Jiménez?) o espectáculos políticamente cochambrosos como el fiasco de la comisión de investigación de los Eres,s, la trama del Bigotes-Gürtell, (éste sí ha viajado…de negocios), las ruinas de comunidades como Valencia o Castilla-La Mancha (muy viajadas con cargo a usted), imposibles de concebir en el extrajero vecino, tan a mano, tan visitado.
En definitiva, viajar siempre es enriquecedor pero no manoseemos el tópico. Aquí llevamos más de 30 años de garbeos y seguimos estando a considerable distancia cívica, política, y democrática de nuestros socios de la UE. Larra se pegó un tiro no por amor sino por incapacidad para soportar la indolencia hispana después de haber viajado.
Hay que viajar más. En viajes organizados desde la escuela y a ser posible gratis, y cerrar así el ciclo, tratando de importar aquí esas pautas que todos, ya tan viajados, conocemos: que cuando un ministro inglés mete la mano, le dan una patada o se cocea él mismo. Porque cuando un cargo político dimite a la mínima no se engrandece a sí mismo sino a la sociedad que lo eligió, que por cierto suele viajar mucho a España, un país tristemente exótico. Todavía.
Magnífico artículo, Sr. Valero. Suscribo casi todo lo que dice.
Lo peor que te puede pasar en verano no es quedarte sin vacaciones o sin viaje al extranjero, ni que tus amigos|AS te den la brasa con las incidencias de sus viajes a Praga , Yemen o Líbano, porque si es un buen narrador lo puedes disfrutar como si fuera un relato oral contado por un cuentacuentos. Lo peor que te puede ocurrir en verano es que tu amigo se presente en tu casa (cuando tú te encuentras en pleno éxtasis releyendo A sangre fría ,de Capote)con un book conteniendo tropecientas fotos ilustrando el viaje a Yemen y describiendo durante varios minutos cada una de ellas. El tedio y el fastidio se apoderan de una del mismo modo que si te mostraran las mil y una fotos de la boda de tu vecino. Los edificios civiles de Yemen son hermosísimos,pero con 10 fotos quedo bien servida, por Dios.
No sólo Borges. Kant no salió jamás de su ciudad natal y ahí tenemos los más lúcidos tratados de filosofía, etíca y política que se hayan escrito nunca.