Tomás Ballesteros Escudero.- Leo, muy de mañana, en la prensa local:”El ayuntamiento de Villamayor de Calatrava va a instalar una gran pantalla en la Plaza de la Constitución, frente al edificio municipal, invitando a los vecinos a unirse en la plaza para ver el partido, vestidos con la camiseta de la Selección.
Además, el ayuntamiento pide a los vecinos que engalanen los balcones con la bandera nacional, como si de una gran fiesta se tratase”. Es el mismo consistorio que aprueba en un pleno extraordinario y urgente –con el voto de calidad del Alcalde- dedicarle una plazuela a la selección española de fútbol, mientras retira el nombre de varias calles, como Pablo Iglesias, Pablo Neruda o Enrique Tierno Galván porque son personas «no conocidas» y que «no han hecho nada por el pueblo».
Me veo obligado a recurrir a Jovellanos al que se le atribuyó aquel artículo en 1812 Oración apologética en defensa del estado floreciente de España donde escribía en su último párrafo: “Haya pan y haya toros, y más que no haya otra cosa. Gobierno ilustrado: pan y toros pide el pueblo. Pan y toros es la comidilla de España. Pan y toros debes proporcionarla para hacer en lo demás cuanto se te antoje in secula seculorum. Amen”. También escribió Unamuno: “¡Pan y toros, y mañana será otro día! Cuando hay, saquemos tripa de mal año, luego… ¡no importa!”.
Ambos pensadores afortunadamente no conocidos en Villamayor para regocijo de su Alcalde. El afán de populismo trasnochado, del bárbaro –en su tercera acepción del DRAE- Callejas es el rumbo perfecto para adormecernos y atontarnos, para que no pensemos por nosotros mismos y, aunque al pueblo nos gusta el circo y no es cuestión de reprochárnoslo, durante estos días no habrá crisis, incrementaremos la vena patria, exhibiremos banderas, aquellas que ocultamos el día de la fiesta nacional, y una multitud de pobres ignorantes nos sentiremos, gracias a unos chavales y a gobernantes ilustrados superiores a alemanes, franceses o italianos en cualquier cosa que se nos antoje.
Durante estos días nuestro dios –ese que es uno y trino- será español y católico castigando a infieles luteranos. Y si no podemos endeudarnos con un buen televisor nos arrodillamos ante ese Alcalde que nos pone pantalla gigante y al que no afecta recorte alguno escondiéndonos la cruel realidad que es otra. El mismo regidor de un pueblo que no ha rechistado cuando le han quitado maestros, médicos y servicios sociales ha convocado a sus ciudadanos a la plaza para que olviden sus derechos perdidos, jaleen a futbolistas que cobrarán 300.000€ por ganar, mientras a sus padres y madres se les niega la Ley de Dependencia, han de repagar los medicamentos, tendrán que recorrer kilómetros cuando tengan una urgencia médica y sus hijos recibirán una educación más precaria en aulas hacinadas.
Durante las horas del partido no estaremos intervenidos, las castas peperas, inútiles e incompetentes, seguirán en sus poltronas, tronos y catedrales mientras la ciudadanía liberará frustraciones cuando la pelota alcance la red. Qué España, que triste España, ¿retornaremos al lugar al que nos pertenece por herencia histórica y humana? Pero eso será después del partido. En el presente y en el futuro es mejor no pensar.