Semilla de barro y ternura

Hay una verdad que se nos escapa entre tanto murmullo: el valor de una persona no se mide por su oficio, por su nombre en una placa, ni por las huellas que deja en la vitrina del mundo.

El verdadero valor… habita en lo invisible. En el gesto silencioso, en la mirada que sostiene, en las heridas que no se ven y sin embargo no impiden amar.

Este vídeo no rinde homenaje al éxito, sino a la esencia.

A esa luz que cada ser humano lleva dentro, aunque nadie la premie, aunque el mundo pase de largo.

Porque somos mucho más que lo que hacemos o representamos: somos presencia, historia, ternura, dignidad inquebrantable.
Julián García Gallego -Sin palabras mudas-

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