De Jorge Mario Bergoglio a Francisco I, el Papa de la reforma y el diálogo (II)

Eduardo Muñoz Martínez.- Tres sínodos, 47 viajes apostólicos, 4 encíclicas, 3 motus proprios, 7 exhortaciones apostólicas, 10 consistorios para la creación de cardenales…, son parte de la «herencia» que ha dejado a la Iglesia el Papa Francisco I. Los antecedentes de su elección podemos decir que tienen como base un documento con la ponencia de Jorge Mario Bergoglio, que consta de 4 puntos. «La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las geográficas, sino también las existenciales, las del misterio del pecado, del dolor, de la injusticia, de la ignorancia y prescindencia religiosa, del pensamiento, de toda miseria…, dando cómo resultado la elección como Sumo Pontífice a las 19:06 horas del 13 de marzo de 2013. En lo que se refiere al nombre y a los emblemas hay que decir que eligió el de Francisco por San Francisco de Asís, y el escudo recoge el emblema de la Compañía de Jesús, en su parte superior, y en la inferior una estrella, símbolo de la Virgen María, y una flor de nardo, que representa a San José, patrón de la Iglesia Universal. El lema, «Miserando atque eligendo», – lo miró con misericordia y lo eligió -, procede de una homilía de San Beda el Venerable.

Respecto a los títulos y tratamientos indicar que el título completo, usado en raras ocasiones es: «Su Santidad el Papa, Obispo de Roma, Vicario de Cristo, Sucesor del Príncipe de los Apóstoles, Sumo Pontífice de la Iglesia Universal, Primado de Italia, Arzobispo Metropolitano de la Provincia Romana, Soberano del Estado de Ciudad del Vaticano, Siervo de los siervos de Dios y, desde 2024, – estaba anulado -, Patriarca de Occidente», viendo su tratamiento el de Su Santidad, o Santo Padre.

Siguiendo un orden cronológico de su papado, los primeros actos fueron su primera Misa en la Capilla Sixtina, la audiencia con todos los cardenales, la audiencia con los periodistas que cubrieron el cónclave, el rezo del Ángelus, – el día 17 -, desde el balcón de su apartamento, la recepción de la primera autoridad extranjera, la Presidenta de Argentina, la inauguración oficial de su papado con una Eucaristía el día 19 de marzo, festividad de San José, a la que asistieron delegaciones de 132 países y líderes de otras confesiones religiosas.

Acerca del desarrollo inicial de su pontificado, decir que algunos eventos coincidieron con la Semana Santa. El Domingo de Ramos denunció, entre otras cosas, las guerras, los conflictos económicos, el ansia de dinero y de poder, la corrupción y los crímenes contra la vida humana y contra la creación; inició el Jueves Santo con la Misa Crismal, en la que adelantó la beatificación de varios mártires de la Segunda Guerra Mundial, la Eurocopa comunista y la Guerra Civil Española; el Viernes Santo tuvo un tiempo de oración en silencio, y participó en el Vía Crucis, con textos en torno a las injusticias en Oriente Medio; el Domingo de Resurrección lanzó un mensaje de paz para todas las naciones en situación de conflicto y dio la Bendición «Urbi et Orbi».

A estas reseñas hay que añadir que el 6 de abril hizo el primer nombramiento en la Curia Romana, el día 7 se celebró su acto de investidura, el día 9 se reunió con el Secretario General de las Naciones Unidas, el día 2 de mayo recibe a su antecesor, el día 10 recibió la visita del Papa copto Teodoro II, con el objetivo de acercamiento recíproco hacia la unidad del Cristianismo. Debemos también al Papa Francisco la creación del Consejo de Cardenales, y como consecuencia la reforma de la Curia Romana, creado el 13 de abril de 2013, algo totalmente necesario a su juicio, revisando la Constitución Apostólica «Pastor Bonus», cuyo principal objetivo es el asesoramiento del gobierno de la Iglesia Universal.

Cómo continuación del Sínodo Extraordinario de 2014 se celebró la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo, – asamblea o reunión de obispos, a veces acompañados de otros eclesiásticos y laicos -, (4-25 de octubre de 2015), que versó sobre el tema de la vocación y la misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo, y de aquí surgirían el sínodo sobre los jóvenes, entre el 3 y el 28 de octubre de 2018; el sínodo de la Amazonía, del 6 al 27 de octubre de 2019; y el sínodo de la sinodalidad, entre 2021 y 2024.

Sin duda alguna, al Papa Francisco le preocupó el mundo y quiso vivir de cerca su realidad. Por eso realizó, sin contar los desarrollados en la Diócesis de Roma y en Italia, 47 viajes apostólicos que le han llevado a 66 naciones. Aparte de a Lampedusa y a Brasil, XXVIII Jornada Mundial de la Juventud -, ha visitado Myammar, Emiratos Árabes de Estados Unidos, Irak, Bareim, Sudán del Sur, Mongolia, Timor Oriental, Abu Dabi, Península Arábiga…

Escribió 4 encíclicas, tales que «Lumen fidei», «Laudato sí», «Fratelli Tutti» y «Asiexilados»; 3 Motu proprios», uno sobre la competencia de las autoridades judiciales de la Ciudad del Vaticano en materia penal, otro sobre la prevención y contraste de las actividades de blanqueo, la financiación del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva, ambos en 2013, y los «Estis lux mundi», en 2019, aparte de 7 exhortaciones apostólicas, «Evangelli Gaudium», «Amoris laetitia», «Gaudem et Exultate», «Christus vivit», «Querida Amazonía», «Laudate Deum» y «C’est la confiance».

No solamente engrosó la nómina de cardenales, que lo hizo en 165 a través de diez consistorios para la creación de éstos; canonizó a más de 900 personas; hizo más de 500 beatificaciones; ha declarado a 2 nuevos doctores de la Iglesia, San Gregorio de Narek y San Ireneo de Lyon, ha concedido dos jubileos: el extraordinario de la Misericordia, en 2016, y el ordinario de 2025.

Se implicó a tope en la pandemia COVID-19; se disculpó por los abusos hacia los pueblos indígenas de Canadá en las Escuelas Presidenciales administradas por la Iglesia y criticó la mentalidad de superioridad con la que se mató a los indígenas en la conquista de América. Y todo esto lo podía hacer en distintos idiomas, como Castellano, Italiano, Alemán, Francés, Latín o Alemán, lenguas que hablaba con mayor o menor fluidez.

Cerraré este segundo capítulo diciendo que, por humildad, cambió el Palacio Apostólico Vaticano, – residencia papal desde 1903 -, por la Casa de Santa Marta, y que al menos en 8 ocasiones ha sufrido dolencias y percances de consideración médica. En el ultimo capítulo de este trabajo me centraré en las posiciones morales, sobre su papel diplomático, sobre controversias, escritos, y su lugar en la cultura popular.

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