El Bosque de Puertollano: Un pasito adelante, por favor

Manuel Valero.- La prueba del interés que suscita cualquier información relacionada con las obras de El Bosque es la cantidad de lecturas y comentarios que cosecha en cualquier digital local abierto que no son todos. No es crítica hacia los medios colegas. No soy partidario de los comentarios anónimos que convierten en valientes a los  cobardes.

Que las obras de El Bosque se han convertido en la obra electoral por antonomasia no lo digo yo, lo saben quiénes se sientan en el plenario municipal, de ahí que de vez en cuando se tengan cambiadas de ritmo y disparidad de criterios. Puertollano afronta un futuro prometedor si los proyectos que hay sobre la mesa acaban consolidados y materializados en la realidad, con permiso del orate Trump que nadie sabe cómo se levantará mañana.

Asuntos como la reactivación industrial de una ciudad que lo fue con vigor en el pasado reciente, (y que aún lo es con menos músculo por las crisis encadenadas), y como consecuencia  de esa reactivación, el empleo, el crecimiento económico, el aumento de población, y cuanta sinergia social queramos sumar, son mucho más importantes a la corta y la larga que la reforma de El Bosque.

Pero las obras de El Bosque no dejan por ello ser de urgente reinicio y conclusión, entre otras cosas por la indeseable evidencia de tener en nuestra ciudad una buen pedazo del gran centro urbano del que disfrutamos -perdón, disfrutábamos- secuestrado debido a los vaivenes políticos y estrategias que se vuelven igual de indeseables. Matizo, para no ponerme estupendo. La política tiene sus reglas y es absolutamente necesaria, y los políticos pugnan por el poder democrático y eso le lleva a mover fichas para conseguirlo o permanecer en él. En eso consiste la democracia parlamentaria. Ahora bien, cuando las estrategias se sobreponen al interés general es cuando se produce el choque y en consecuencia el descrédito. Si hay un problema evidente que hay que atajar con urgencia y decisión, el ciudadano quiere entendimiento y soluciones. Por eso hubo un momento en que la gente se hacía sus cuentas sobre las obras de El Bosque, si iba todo bien, si la letra chica y el fárrago técnico administrativo era utilizado por la Junta para dilatar plazos y obstaculizar el acabado, o si es el equipo de gobierno quien tira por la trocha de en medio (hay que tener en cuenta que hay un alto funcionario del Ayuntamiento sancionado de empleo y sueldo en concreto, la arquitecta, sin que se sepa a ciencia cierta su posicionamiento respecto a las polémicas obras de El Bosque).

Sea como fuere y partiendo de la evidencia  de la naturaleza electoral de unas obras que pueden influir definitivamente en el resultado de las elecciones municipales, el asunto ya no da más de sí: hay que acabar El Bosque y dejarlo tal y como quedó en el proyecto ganador del concurso o con los cambios que sean necesarios para mejorarlo. La opinión pública de Puertollano ya no hace cábalas, lo que hace es demostrar que ha tenido una gran tolerancia ante la forma en que se ha desarrollado todo el proceso, desde que se decidió reforrmarlo, se iniciaron los trabajos, aparecieron los problemas entre técnicos sobre la seguridad del parquing, y se pararon las obras y así hasta hoy.

Ahora ha habido un proceso limpio de adjudicación cuyo resultado ha recaído en la empresa  AFC Construcciones y Contratas cuyo proyecto supone un ahorro sustantivo al Ayuntamiento. Cómo estará la cosa, no solo aquí sino a nivel nacional, que cuando hay un concurso para adjudicar obra siempre se piensa que ha recaído a una empresa dispuesta a pagar al político que pone la mano vuelta hacia atrás con un buen hueco para que caiga el porcentaje pactado. Casi siempre ha sido así, lo cual no quiere decir que haya sido en esta ocasión. Yo creo en el actual equipo de gobierno hasta que deje de creer. Bueno, lo de creer es verbo potente. Digamos, confiar.

Buen sábado.

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