Llega la Semana Santa y ya huele a torrija, uno de los manjares de la gastronomía española que además evoca a la familia, a la infancia, y a todas aquellas cosas que una vez nos hicieron felices. Ahora no es tan fácil encontrar el tiempo y la paciencia necesarias para ponerse manos a la obra en casa, pero tampoco hay excusas para no disfrutar de este preciado dulce porque Mercadona lo ofrece en bandeja, nunca mejor dicho, con todo el sabor de siempre y listo para ser consumido en pocos minutos.

En efecto, Mercadona vuelve a traer a los lineales de sus tiendas uno de los dulces más esperados para celebrar la Semana Santa, y pone las torrijas a disposición de sus jefes, como llama a los clientes, bandejas de cuatro unidades en las zonas, como Castilla-La Mancha, donde existe una fuerte tradición de consumo como parte del llamado “surtido local”. En Mercadona, este dulce típico, que forma parte del recetario tradicional de muchas familias, se elabora siguiendo un proceso que, aunque adaptado a una escala industrial, respeta los mismos pasos que la preparación casera.
El objetivo es ofrecer una solución sencilla, de calidad y fiel al sabor de siempre. La receta, el formato y la presentación de este producto se han desarrollado de la mano del proveedor especialista Mercapastry (Vircar Panificación SL), ubicado en Talamanca del Jarama (Madrid), con el que Mercadona lleva trabajando desde el año 2016.
Detrás de cada bandeja hay un trabajo preciso que empieza mucho antes de que el producto llegue a tienda, y el resultado es sorprendente. Todo comienza con un pan tipo brioche, horneado exclusivamente para esta preparación. Se trata de un pan trabajado para conseguir una textura densa pero esponjosa, lo que permite un buen calado sin deshacerse.

Una vez cortado en rebanadas gruesas, el pan se baña en una base de leche, piel de limón natural y canela en rama. Esta mezcla se emulsiona justo antes de verterla sobre las bandejas con el pan. Después, cada rebanada se gira manualmente, una a una, para asegurar que la impregnación sea uniforme por ambos lados, tal como se haría en casa.
El siguiente paso es el rebozado en huevo batido y la fritura en aceite vegetal limpio, controlando cuidadosamente la temperatura para conseguir el punto óptimo de dorado exterior y jugosidad interior. Tras escurrirse, se dejan enfriar y se impregnan en azúcar para su posterior envasado.
A continuación, se colocan en bandejas de cuatro unidades y se congelan rápidamente. Para disfrutar de ellas, basta con dejarlas descongelar unas horas en el frigorífico y sacarlas media hora antes de consumirlas.
Durante la campaña de este año, que se extiende aproximadamente del 21 de marzo al 19 de abril, la compañía prevé la producción de unas 160.000 bandejas, lo que equivale a 640.000 torrijas.
Estas torrijas, perfectas para aquellos que tienen poco tiempo para hacer elaboraciones en casa, forman parte del llamado “surtido local” de Mercadona, una estrategia que adapta parte del surtido a los gustos y costumbres de cada zona. Por este motivo, solo se comercializan en aquellas comunidades autónomas donde existe una tradición consolidada de consumo: Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía, y algunos puntos concretos de Alicante, Murcia y Huelva.