Paula Fernández.– Más de 160 millones de niños y niñas de todo el mundo se ven obligados a trabajar, Ir a la escuela y jugar es algo que todos los menores deberían poder hacer. Sin embargo, muchos niños y niñas alrededor del mundo son víctimas del trabajo infantil, lo que pone en peligro los derechos de los menores a tener una infancia libre de violencia y cualquier tipo de abuso.
La OIT define el” trabajo infantil” como “todo trabajo que priva a los niños y niñas de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”. El trabajo infantil, además, suele interferir en la escolarización de los menores, que se ven obligados a abandonar la escuela a edades muy tempranas.
Las normas sobre la edad mínima elaboradas durante los dos primeros decenios de la OIT fueron las primeras de una serie de normas internacionales del trabajo sobre los derechos de la infancia. Las organizaciones de trabajadores continuaron desempeñando un papel central durante el siglo XX en la negociación de nuevas normas sobre el trabajo infantil.
La explotación infantil vulnera los derechos de las personas menores de edad y su desarrollo personal y emocional. Por este motivo, los Estados deberían generar políticas de prevención y erradicación del trabajo infantil, tal y como se recoge en diferentes tratados internacionales como La convención sobre los derechos del niño, que en su artículo 1º recoge explícitamente “ se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”.
Y en su artículo Artículo 28 1. “Los Estados Parte reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho, deberán en particular:
- Implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos; b) Fomentar el desarrollo, en sus distintas formas, de la enseñanza secundaria, c) Hacer la enseñanza superior accesible a todos, sobre la base de la capacidad, por cuantos medios sean apropiados.
Artículo 32 1. Los Estados Parte reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación.
Hasta ahora asociábamos el trabajo infantil con los países más pobres, sobre todo en el África Subsahariana, el Sureste Asiático, América Latina y el Caribe, pero la llegada a los gobiernos de los “ultraliberales” están cambiando este paradigma.
Cuando creíamos que estos derechos reconocidos para los niños y niñas estaban bien consolidados, al menos en la sociedad que creíamos más civilizada, nos encontramos con situaciones que nos demuestran que estos ultraliberales de la extrema derecha no van a detenerse ante nada.
Muchas veces las hojas no nos dejan ver el bosque, y ante las mil barbaridades que oímos cada día de Trump y sus secuaces ,ha pasado desapercibido también en nuestro país un hecho a mi entender muy, muy grave.
Se trata de un proyecto de ley que va a debatirse en Florida y cuyo objetivo es flexibilizar la legislación laboral infantil para permitir a los adolescentes a partir de 14 años trabajar en turnos nocturnos durante los días lectivos. ¿En que condiciones van a ejercer el derecho a la educación estos menores? ¿Qué adolescentes se van a ver obligados a trabajar en las peores condiciones?
La ley actual, ya muy grave de por sí, les prohíbe hacerlo antes de las 6,30 horas de la mañana y después de las once de la noche. Además, van a debatir si acaban con los descansos de comida que tenían garantizados los chicos y chicas de 16 a 17 años. Soy abuela de varios adolescentes y tal vez por eso me ha preocupado especialmente porque no quiero ni imaginarme qué sería encontrarse en esa situación.
Justificación del Sr. Gobernador de Florida, Sr. DeSantis: “¿Por qué decimos que necesitamos importar extranjeros, incluso importarlos ilegalmente, cuando, como saben, los adolescentes antes solían trabajar?”
También antes vivíamos sin luz eléctrica, sin medios de transporte de última generación, sin teléfono ni fijo ni móvil, ni internet y desde luego ni soñábamos con la IA. ¿También añora el Sr. DeSantis volver a esos tiempos?
La ley que impulsa el gobernador de Florida, igual que toda la política Trump, busca crear un país a su medida a partir de una ingeniería social perversa para muchos de sus ciudadanos, porque saben qué menores son los que van a sustituir a esos inmigrantes, mano de obra barata, condiciones humillantes, los más desfavorecidos entre los desfavorecidos que como en el inicio de la industrialización tuvieron que aceptar la explotación laboral para aportar un salario que permitiera subsistir a la familia.
Deberíamos alzar la voz en el nombre de todos esos adolescentes, pero también nuestro propio nombre y en el de nuestros hijos y nietos, porque no solo allí hay políticos dispuestos a implementar este darwinismo laboral, porque los políticos españoles que callan ante esta tropelía son cómplices de la misma, porque sus hijos seguirán recibiendo formación, seguirán sin acceder al trabajo a los 14 años y seguirán por tanto perteneciendo a esa élite económica y social que se pregunta como el Sr. De Santis, ¿ por qué no pueden trabajar los menores si antes lo hacían?.
Me gustaría saber qué opina el Sr. Abascal y todos aquellos que están luchando con todos los medios de que disponen en contra de la inmigración, sabiendo que la mano de obra que proporciona es necesaria, me gustaría saber si es que están pensando en medidas como la de Florida, con la tranquilidad de que a sus hijos nunca va a afectarles.
Casi dos siglos de lucha y reivindicación a la basura para satisfacer la ambición y el egoísmo de las personas como Trump, DeSantis, Musk y sus socios necesarios como VOX en nuestro país.