La Pasión Calatrava, cohesión social y sentido de pertenencia

Julia Yébenes Alberca*.- Dicen que la excelencia es el resultado de la apuesta por ser mejor. Hay quienes lo enfocan como una aspiración de sus vidas, incluso quienes elevan este propósito a un nivel superior, y consiguen imbricarlo en el tejido social de una comunidad.

Es el caso de la comarca del Campo de Calatrava, un territorio cargado de historia y tradición, que, a lo largo de los siglos, ha conseguido enraizar los hechos más universales de la tradición cristiana como emblema de su idiosincrasia cultural. Se trata de la Pasión Calatrava, un espectáculo colectivo con diversas manifestaciones culturales que transciende el sentimiento religioso y se muestra como una seña de identidad singular. Sobre todo, por la cohesión social que crea en torno a un mismo sentimiento y que se convierte en un ejemplo de fraternidad vecinal, único y sublime.

Son varias representaciones en torno a la muerte y resurrección de Jesucristo que, en su conjunto, presentan un lienzo de hechos bíblicos que dan sentido de pertenencia a la ciudadanía de este territorio de origen volcánico situado en el centro sur de la provincia de Ciudad Real. Destacan convocatorias como la procesión del silencio (Vía Crucis) en Pozuelo de Calatrava, el Vía Crucis de Nuestro Padre Jesús Nazareno en Calzada de Calatrava, la Venta de Judas en Aldea del Rey, el Prendimiento en Bolaños de Calatrava, la procesión de La Soledad -de las Mantillas. en Almagro o La Sentencia en Granátula de Calatrava, además de los imponentes ‘armaos’ en distintos municipios.

Esta fiesta inigualable de la Semana Santa funde celebraciones cristianas y profanas con un marcado carácter teatral y social, además de vertebrar un producto que enriquece el acervo cultural de la zona, y es motor clave para la dinamización de la comarca. Porque la tradición tiene un claro impacto en la economía. 

Pero más huella tiene la participación ciudadana, perdida en la memoria de los tiempos, que se mantiene como hierro fundido a base de arraigo y compromiso personal, tanto en la organización de los eventos como en la ejecución sonidista de las impecables corporaciones musicales o la preparación de platos típicos y dulces. Son acciones que no solo fortalecen los lazos familiares y entre los miembros de unos pueblos marcados por la herencia y disciplina de la Orden de Calatrava, sino que también fomentan un sentido de pertenencia y orgullo por las tradiciones locales.

Es un claro ejemplo de cómo una festividad puede unir a las personas, fortalecer la comunidad y celebrar la identidad compartida, como ya sentenciara Aristóteles, varios siglos antes de Cristo, en su aforismo más conocido sobre que ‘El hombre es un ser social por naturaleza’. Pero la experiencia es más enriquecedora si atrae a visitantes de otras tierras y países, y promueve el intercambio cultural.

Así lo siente el público, propio y foráneo, cuando contempla la implicación de los vecinos en la encarnación de personajes históricos y bíblicos en escenarios naturales para realzar el dramatismo de las universales escenas.

Son los lazos sociales que se afianzan y promueven la transmisión de valores y conocimientos entre generaciones.

Impulso turístico

Del mismo modo, esta alianza cultural tiene reflejo en el turismo. La afluencia de visitantes crece cada año en cifras de miles, y los hoteles, restaurantes, comercios y pequeños negocios se benefician del aumento de la actividad, especialmente en una época del año que, de otro modo, podría ser menos dinámica por la estación todavía fría.

Todos estos aspectos en torno a la Pasión de Calatrava son merecedores de recibir el título de Fiesta de Interés Turístico Internacional, a los que se suma la atracción de posibles nuevos residentes y emprendedores que ven en la comarca un lugar con historia, cultura y oportunidades.

Es claro que la fiesta juega un papel clave en la revitalización del territorio porque es mucho más que una tradición religiosa; es un símbolo de identidad, una herramienta de cohesión social y un motor de desarrollo económico.

Apostar por la Pasión Calatrava y otras iniciativas culturales de esos pueblos ciudarrealeños no solo preserva la historia y el legado de los mismos, sino que también ofrece una esperanza para su futuro, haciendo del Campo de Calatrava un lugar vivo, y con un gran potencial por descubrir.

*Julia Yébenes Alberca es licenciada en Ciencias de la Información, rama Periodismo, por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ha desarrollado casi toda su vida profesional en el diario Lanza, ahora www.lanzadigital.com, que dirige desde enero de 2024. Fue presidenta de la Federación de Asociaciones de la Prensa de Castilla-La Mancha. 11 de junio de 2005- junio 2009, presidenta de la Asociación de la Prensa de Ciudad Real (APCR). Febrero 2000- junio de 2008, secretaria de la Comisión de Asuntos Profesionales y Deontológicos (AAPP) de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE). 2001-2006.

Realizó estudios de Doctorado del área Investigación en Humanidades, Artes y Educación de la UCLM sobre el asociacionismo de periodistas en Ciudad Rea; Máster en prevención y tratamiento de la violencia familiar: un enfoque intrafamiliar (UCLM) y el Máster en Educación (UCLM). Ha publicado el artículo científico ‘La prensa provincial de Castilla-La Mancha’ sobre el libro ‘Ciudades sin periódico. Auge y declive de la prensa provincial de Castilla-La Mancha’ (Revista Internacional de Historia de la Comunicación (RIHC).

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