Jesús Millán Muñoz.- Según Internet, a día de hoy, en activo existen cinco millones de artistas en el mundo. E, indica si cada uno hace entre 25/50 obras de arte al año, cada año se hacen cien millones.
Debo confesar que este es uno de las cuestiones que no están resueltas. No sé si esta cifra de Internet, se refiere a artistas plásticos o a todo tipo de artistas. Se dice que en Estados Unidos existen dos millones de artistas –según Internet, pero la duda anterior sigue, solo este número es de artistas plásticos o de todas las artes-. ArtPrice cuenta con datos de 845.000 artistas de todo el mundo y de todos los tiempos –datos de obras de esos artistas que tienen un reflejo en el mercado del arte plástico-.
En España según Escritores.org existen ciento dos mil escritores y artistas, el 0,5% del empleo total, que copia las cifras de Eurostat. En Europa existen 1,5 millones de artistas. Según Internet, en Estados Unidos hay cuarenta y nueve mil escritores –cifra que me parece pequeña-, pero según dicho vientre de la ballena, en el mundo existen 2,5 millones de escritores.
Lo primero que viene a los ojos es que nadie sabe cuántas personas se dedican a la escritura literaria o escritura en general, cuántos viven de ello, cuántos no viven de ella, cuántos son publicados por editoriales privadas o institucionales, cuántos se autopublican ellos a sí mismos… Y, lo mismo sucede en cada una de las artes y de los saberes…
Por lo cual, lo primero que habría que hacer, es intentar hacer directorios de personas que por territorios se dedican a ello, sean autores profesionales, que obtienen beneficios o no, o que solo parcialmente, se autopubliquen o no. Creo que si de verdad interesa tanto la cultura, y, si de verdad se piensa que la cultura es un sector que produce beneficios sociales o culturales o ideológicos, pues lo primero habría que hacer, son directorios por provincias y por regiones de las distintas ramas del saber y de las artes… Algunos dicen que no es conveniente, mejor dejarlo en esta “anarquía cultural”, porque si se realizan directorios, después es muy fácil cazar a los conejos en sus madrigueras, si vienen etapas no democráticas, o, y, empezarían a pensar en algún impuesto, al principio muy pequeño, o, quién sabe qué…
Pero también la realidad, es que por la misma razón, millones de obras, entre todas las artes, cada año se fabrican o se hacen, y, por la misma razón, millones de obras cada generación se pierden…
Es cierto que alguien puede pensar, que es muy difícil competir en literatura o pintura con los grandes que los siglos han producido, lo mismo en filosofía o ensayo o en cualquier otra rama del saber o de las artes. Pero también, es cierto que cada generación debe buscar su expresión y encontrar razones y argumentos y datos y motivos y finalidades nuevas. Que hay que sembrar cada año trigo para poder recolectarlo en julio o agosto. ¿Porque ya que este texto es un artículo de opinión, cuántos articulistas o columnistas de opinión existen en su localidad, profesionales o no, cuántos en su provincia, cuántos en su región…?
Todos los que han dedicado a estas actividades culturales, diez o cincuenta años. Que la mayoría han tenido que compatibilizarlo con otras actividades, se percatan, llega un momento, que son conscientes total y completamente, que “no tendrán ningún lugar en el mundo de la cultura, quizás, alguna presencia a nivel de su provincia o su región”, y, que “posiblemente sus obras producidas durante años y años, a lo largo de las décadas siguientes, se irán perdiendo y desdibujando, porque los mismos herederos, pues tendrán muchas otras obligaciones, y, no solo salvar las obras de sus abuelos o bisabuelas…”.
Esta es la tragedia cultural, que pocas personas quieren indicar. Por un lado, no existen directorios, que serían la base esencial, para que si existen cien o mil poetas en una provincia, pues al menos, todos y todas tengan un lugar donde estar. Digamos de cada uno, solo una página de curriculum y enlaces a sus páginas. Así, si alguien se interesa por este campo de la cultura, tenga un lugar a dónde ir y mirar y beber y nadar. Así, exista una posibilidad de análisis y estudio real de un fenómeno.
En segundo lugar, que exista la posibilidad de que las obras realizadas, pasadas al menos en papel, o las que estén en papel, para que ocupen poco espacio, puedan existir en Algún Lugar Físico o al menos Virtual. De tal modo, que exista la esperanza y la posibilidad, de que si alguien, sigamos con el ejemplo, de los poetas y la poesía, alguien ha escrito en diez o cincuenta años, mil poemas o cinco mil poemas. Puedan quedar para el futuro, para dentro de dos o tres siglos… Y, así sea una base documental para el futuro… para cada presente… sin selecciones previas, sino todas las voces que quieran y deseen estar en esos Archivos…
La tragedia porque no es comedia, independiente del valor que a un trabajo cultural se le otorgue, la realidad trágica, es que alguien que haya estado diez o cincuenta años, produciendo cultura, sea alta o baja o media, en un campo cultural, llega un momento que se dan cuenta, que su obra, quizás ya en parte se haya perdido –en caso de la pintura-, y, si es literatura, que posiblemente en el futuro, en las próximas décadas lo hará y se irá perdiendo y destruyendo y deteriorando… Es como, si todas las ermitas de los pueblos, que en sí, no tienen grandes valores estéticos, ninguna de ellas, fuese capaz de sobrevivir en el tiempo dos o tres o cinco siglos…
Todo en el mundo quiere reconvertir, aprovechar materiales de todo tipo, reutilizar, darles una segunda vida, como poéticamente se indica. Menos las producciones culturales, que cada siglo se van perdiendo por millones de obras en el mundo –de todas las artes y de todos los saberes-, también en Europa, en cada país, en cada región, en cada provincia, en cada localidad…