Seguir viviendo

“Nunca olvides que el amor y la esperanza son infinitamente más poderosos que el odio y la furia”
PALOMA SÁNCHEZ-GARNICA
(Últimos días en Berlín)

“Últimos días en Berlin”, finalista del Premio Planeta 2021, ha sido una de las lecturas más emocionantes que he tenido en los últimos meses. Leer “Victoria”, premio Planeta 2024, me ha acercado a su autora, Paloma Sánchez-Garnica, y a este relato recomendado por un amigo que conoce los temas que me apasionan. En ambas obras hay una coincidencia del espacio temporal y de los escenarios en los que se desarrollan ambas tramas.  

Aunque lo lógico hubiera sido leer primero esta novela y después la premiada, hacerlo al revés no le ha restado emoción, ya que los personajes y las situaciones que se desarrollan en una y otra son muy distintos, aunque coinciden en el mismo contexto político. El de dos regímenes totalitarios europeos en los que prevalece el partido único durante la primera mitad del siglo pasado. El nazismo en Alemania y el estalinismo en la Unión Soviética.

Esta obra nos cuenta una gran historia de amor y guerra, de lucha y supervivencia. Nos relata el infierno vivido por muchísimas personas debido a la presencia de estos regímenes en los años treinta y cuarenta del siglo pasado, tanto en Alemania, como en la Unión Soviética. Pese a vivir en un periodo difícil de devastación y de terror, en la población de ambos países surge la esperanza que permite a los personajes de la novela seguir viviendo

Lo llamativo es que pese a estar en las antípodas ideológicas, uno y otro régimen utilizan instrumentos y métodos similares para el control de la vida más personal de sus ciudadanos provocando el temor en toda la población. Por otra parte, se quiere analizar qué fue lo que falló en la Europa de entonces para que se viera envuelta en una nueva guerra mundial cuando apenas hacía veinte años que había finalizado la anterior.

Cabe destacar de este relato, tan intenso como atractivo, que el amor está presente en todas sus vertientes. El pasional reflejado a través de un triángulo amoroso entre un hombre y dos mujeres; el de la madre hacia sus hijos y viceversa; el fraternal; o el de la amistad entre personas muy diferentes. Es tratado como el sentimiento más poderoso y capaz de proporcionar la fuerza necesaria para acometer cualquier situación.

Es una novela en la que se manifiestan con toda crudeza, el hambre, el miedo y la culpa que tienen los personajes de este extenso relato. Pero también el de la manipulación política, el del odio al diferente, o el control de la propaganda que los poderosos dirigentes de estos totalitarismos imponen a sus ciudadanos. Y en ella se nos van a mostrar las dos caras de una misma moneda. La del ascenso del nazismo y la del porvenir del estalinismo.

Se trata con meridiana claridad el trascendental papel de las mujeres de aquella época. De cómo fueron ellas quienes reconstruyeron el país. Nos habla de la violencia que ejercieron sobre ellas las tropas rusas cuando entraron en Berlín. De las violaciones y de todo tipo de agresiones sufridas. Pero también de cómo asumieron y normalizaron aquellas despiadadas agresiones. Y lo peor de todo fue tener que ocultar lo vivido a su propia familia.

El reto para muchas de ellas era, simplemente, seguir viviendo. Ese era casi el único objetivo de muchas mujeres debido a la precariedad que había en un país invadido por la coalición internacional que había derrotado a los alemanes.

Por otra parte, la autora nos plantea cómo una población culta y con recursos, —como era la Alemania de entonces—, en muy poco tiempo se transformó en un estado terrorífico y represor que limitaba derechos básicos a una parte importante de su población.

También nos cuenta cómo funcionaba la Unión Soviética en aquellos años. Un régimen teóricamente nuevo que propugnaba la llegada del futuro y del socialismo, pero que, después de veinticinco años, parecía que aquello no les iba a llegar nunca. 

El protagonista de la novela, Yuri Santacruz, —hijo de padre español y de madre rusa— llega a Madrid con doce años huyendo con su familia de la revolución rusa. Destacará como estudiante aunque vive aislado en una excelsa biblioteca. De adulto se traslada a Berlín donde continuará con la actividad de su padre en la embajada española. Allí verá el ascenso de Hitler al poder y los cambios que esa situación va a producir en la sociedad alemana.

Conocerá a dos mujeres berlinesas muy distintas en su forma de ser y pensar con las que formará el triángulo amoroso que se mantiene hasta el desenlace de la novela. Su vida ajetreada y en algunos momentos de extrema dureza la podrá soportar gracias al estímulo que le proporciona ese amor y por su voluntad irrenunciable de supervivencia.

Pero en aquellos tiempos difíciles seguir viviendo era lo más importante.

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