Invitados por AMPACE, ‘Oretania de Cultura’ conoce de primera mano el Museo Palmero en Almodóvar del Campo

Aprovechando la presentación de la tercera edición de la revista ‘Oretania de Cultura’ —el pasado 23 de enero en Argamasilla de Calatrava—, miembros del equipo editorial de la revista cultural, invitados por Asociación de Amigos del Museo Palmero y Centro Cervantino, visitaron el Museo Palmero de Almodóvar del Campo, donde fueron atendidos en persona por la directora de dicho museo, Carmen Cervera, quien estuvo acompañada por la escritora Aurora Rey. Aunque el museo fue inaugurado en 1960, es ahora con la labor de AMPACE cuando se está poniendo en valor este centro de arte, dándose a conocer más allá del extrarradio de la localidad almodovareña.

Nacido en Almodóvar del Campo, Ciudad Real, Alfredo Palmero se convirtió en uno de los pintores más admirados del siglo XX. Tras su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y su carrera como profesor, el ‘Maestro Palmero’ obtuvo un gran éxito internacional con sus exposiciones en Madrid, Barcelona, Bruselas, Nueva York, Luxemburgo, Caracas, París, Múnich, Japón… El manchego ‘Maestro Palmero’ se consolidó, pues, como pintor de tradiciones y toros, de la Belle Époque, de los caballos de la Luna, de los cafés de los años 20, su legado consiste en una multitud de obras repartidas por todo el mundo.

El grupo, entre los que se encontraban el editor Julio Criado, dos de los coordinadores de la publicación Luis Díaz-Cacho y Ventura Huertas, además del presidente de la ACAZ, Luis Romero de Ávila; el poeta Juan José Guardia Polaino y el fotógrafo J.C. Gallego, iniciaba su visita en la propia fachada del museo, donde los visitantes admiraron sus peculiaridades artísticas y donde empezaron a conocer las singularidades del maestro Alfredo Palmero de Gregorio, gracias al encanto explicativo de Carmen Cervera.

Una vez pasado el dintel de entrada a la casa de nacimiento del pintor, una bella casa de dos alturas, donde se ha instalado una colección privada que contiene algunos de sus cuadros más queridos e intimistas, como el retrato de su madre. Y donde también destacan otras obras de pintores de gran valía como Tiziano, Miró o Solana. Incluso pudieron conocer sus objetos personales y su estudio de trabajo.

El Museo dedica una sala a su Primera época, donde muestra sus inicios y trabajos mientras se formaba como artista, siendo discípulo de Don Luís Menéndez Pidal. Sus múltiples viajes de juventud configuraron un estilo muy personal, que podemos ver más desarrollado en el espacio dedicado a su Segunda época -desde el fin de la guerra hasta 1958-. En esta etapa, Palmero se instala en Barcelona y comienza a estar presente en exposiciones. 

La sala principal del Museo está dedicada a la Tercera época, y exhibe una valiosa colección de obras representativas de los temas que le otorgaron su fama internacional. En ellas se percibe la huella de París, sus ambientes, y representa los felices años 20. En esta época, el Maestro dedica, en gran parte, su obra creativa a la mujer.

Por otra parte, el museo dedica una sala a obras de artistas coetáneos a Alfredo Palmero de Gregorio que influyeron en su estilo y su obra. También se dedica parte de esta estancia a obras de la Saga Palmero: su hijo Miguel Ángel y su nieto Alfredo Palmero.

Además, en el Museo del Maestro Palmero el visitante puede conocer el Estudio del pintor, donde se recrea el taller en el que el artista realizó sus primeras tablas, dibujos y encargos. Esta recreación ayuda al espectador a comprender en profundidad al artista, su época y la forma de trabajar la creación artística en la España de épocas pasadas.

Entre los cuadros, destacan algunos detalles que Carmen Cervera desveló a los visitantes, en uno de ellos “una muy buena amiga del pintor”, destacando por su “más fresca manera en el vestir”, brillando con luz propia que la hace resaltar frente al resto de personajes de la escena, de la alta sociedad madrileña, que aparecen en tonos más oscuros, incluso en la sombra.

Seguidamente las anfitrionas en esta visita, llevaron al grupo a la cercana capilla de la Trinidad, restaurada hace unos años, con una bóveda que es toda una joya y que encierra, entre sus referentes, la figura del legendario clérigo almodovareño Francisco de Pareja. El icónico enclave es, además ahora, hogar de la impresionante talla del ‘Cristo de Marfil’, una pieza única traída desde las colonias españolas en Filipinas y que, tras distintas vicisitudes, está depositado en esta capilla.

La construcción de la ermita de la Trinidad de Almodóvar del Campo comienza con traza gótica en el siglo XV, y finaliza en el siglo XVI como capilla destinada al culto de la Santísima Trinidad, por lo que se la conoce también como la Antigua Ermita de la Trinidad. Su decoración barroca interior se realiza en el siglo XVII y la decoración pictórica de la cúpula es de Manuel Santos, en 1950. Y que según explicó Aurora Rey, formaba parte de un conjunto de capillas que existían en esa manzana en torno a la Casa Natal de San Juan de Ávila, siendo la única, junto con la casa del santo que se conserva en la actualidad. 

La siguiente parada de los miembros de Oretania de Cultura, tuvo un cierto sabor a dulce, con la visita al Monasterio de Nuestra Señora de las Mercedes, conocidas como Las Jerónimas, donde adquirieron los productos que elaboran estas religiosas, que el poco tiempo que les queda entre rezo y rezo lo dedican en parte a elaborar los dulces cuyos ingresos, en la mayoría de los casos, se destinan íntegramente al sostenimiento del convento. Así pudieron elegir entre hojas de almendra, merceditas, paulitas, jerónimos, magdalenas y coquitos, entre otros, con ingredientes naturales, con materia prima de primera calidad y completamente artesanales.

Justo enfrente se encuentra ‘La Casa de la Marquesa’, espacio cultural que alberga una muestra que recoge cuadros relacionados con el libro de Miguel de Cervantes,Don Quijote de la Mancha, más una muestra de la colección de diferentes ediciones del Quijote, que la familia Palmero tienen depositada entre este centro cultural y el Mesón Gallardo Vizcaino. Una colección de ediciones de Palmero, que comprende 500 ejemplares de la inmortal obra. Entre ambos espacios expositivos se pueden observar obras en miniaturas, en gran formato, una segunda edición en francés, ediciones fáciles de encontrar o difíciles, un quijote erótico, otro ilustrado por Segrelles otro por Dalí, según afirmaba Carmen Cervera, además de ediciones en diferentes lenguas como el Hebrero, Aramero, inglés, francés, alemán, etc.

Precisamente en el Mesón ‘Gallardo Vizcaíno’ y con José Alarcón Sánchez de Cicerone, finalizaba el tour turísticocultural, donde bajaron hasta la cueva que recrea la celda donde Miguel de Cervantes daba rienda suelta a su ingenio creativo en su obra cumbre, terminando con un refrigerio acompañado por un típico plato de gastronomía manchega.

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