Cyntia Cerrato ofrece un viaje por la imaginación, el protagonismo femenino, la inocencia, la fantasía, los colores y ciudades europeas en la exposición “Los 1001 cielos de Penélope» hasta el 31 de enero en el Museo Cristina García Rodero.
La concejala de educación, Marian Martín-Albo, subrayó que estamos ante una exposición llena de color y de explosión de imaginación de un mundo onírico de esta licenciada en Bellas Artes, que desarrolla su actividad profesional en un instituto de Madrid y que es la cuarta vez que expone en Puertollano, tras el paso de su obra por la academia “Gema Pérez Pinto”, que ha cedido tres obras, el Centro Cultural, y el establecimiento de joyería “Carbono Puro”.
Martín-Albo incidió en que se notan las etapas por la que la artista ha transcurrido y de una creatividad que calificó de inquieta, desde los viajes, los cuentos al mundo fantástico y que ahora se adentra en la incorporación de los bordados a sus acuarelas.
Cuarenta obras
Desde la historia de los cuentos infantiles, a las ciudades, a un momento histórico con los cielos del confinamiento a las mujeres de las leyendas son algunas de las temáticas que se pueden descubrir en esta muestra que reúne a cuarenta y tres obras elaboradas con acrílico, acuarela y bordados.
La pintora desvela que todas sus obras parten de una frase “Estamos hechos de historias”, de esos cuentos que nos leen cuando somos pequeños por nuestra abuela o nuestro tío en ese momento de irte a dormir y “con eso te quedas”.
Todos tenemos muchos momentos y muchas historias, dice Cyntia Cerrato, y todo se evoca aquí en las leyendas propias de nuestro imaginario colectivo, como las de esas mujeres fuertes y olvidadas, que cuidaban la casa cuando el marinero se iba, mujeres que fueron reales, y que tienen como punto de referencia en la narración clásica que tiene como protagonista a Penélope, que bordaba y bordaba, mientras le obligaban a casarse a la marcha de su marido. “La imagen de la mujer bordando en el hogar generacionalmente se va olvidando y es importante rescatarla y los últimos cuadros incluye el bordado de estas leyendas”, apuntó la pintora.
Una invitación a soñar
Una muestra que invita al espectador a sumergirse en un universo onírico de cuentos, leyendas y mitos, a través de una serie de manchas intensas y bordados que cobran vida con historias universales y figuras olvidadas.
Inspirada en la eterna espera de Penélope, cada obra de esta muestra se convierte en un reflejo de las múltiples realidades que habitan los cielos de nuestras mentes, esas que se despliegan infinitos, llenos de color, emoción, y que tanta falta nos hicieron.
La inocencia
La exposición se nutre de cuentos populares que, como «El Principito», exploran la inocencia, la búsqueda de lo esencial y la conexión entre el ser humano y el cosmos. En estas piezas, las manchas de color crean paisajes oníricos y abstractos que, a través de su fluidez, nos llevan a ciudades dibujadas estáticas y vacías de gente pero llenas de momentos. La textura y los matices de cada obra sugieren no sólo la vastedad del universo, sino también la fragilidad de la memoria al recordar ese cuento infantil, ese viaje familiar o aquella leyenda griega que estudiamos hace tiempo.
Mujeres de leyenda
La última parte de la muestra toma un giro hacia la representación de mujeres de leyenda, como la guerrera Boudica, cuyo rostro se plasma en bordados intrincados que parecen cantar con hilos dorados la historia de su resistencia. O la eterna espera de las mujeres de marineros en los puertos cargando con los sueños de un hogar. Mujeres que han dado pie a canciones, mitos y leyendas, a menudo olvidadas. Estas imágenes bordadas, llenas de fuerza y delicadeza, emergen como símbolos de poder y lucha, tejidas con hilos de memoria, soledad y valentía.
Viaje visual
«Los 1001 cielos de Penélope» se convierte así en un viaje visual que explora no solo los mitos y leyendas que habitan en nuestro imaginario colectivo, sino también las mujeres que, a pesar de ser despojadas de su protagonismo histórico, continúan siendo el tejido invisible de la resistencia a lo largo del tiempo.
Con una paleta vibrante, abstracta y a la vez poética, la exposición invita a sumergirse en un espacio de reflexión donde el arte y la historia se entrelazan para dar vida a los relatos que aún nos habitan, suspendidos entre el sueño y la memoria.