Luces del año

 “El éxito es tropezar de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”
WINSTON CHURCHILL

Cuando finaliza un año es habitual hacer balance de todo lo importante que ha ocurrido durante ese periodo, resaltando los acontecimientos más importantes que han ocurrido.  Principalmente, nos referimos a las catástrofes que se han producido, sean estas de origen natural, —volcanes, terremotos, inundaciones o sequías—, o aquellas otras en las que interviene la mano del hombre, como accidentes graves, guerras o atentados, entre otras.

Lo acontecido en lo político, económico o social en los ámbitos local, regional, nacional o internacional, también son objeto de esa valoración resumida del periodo que termina. Pero este año, tan apasionante en todos esos ámbitos, han estado presente ad nauseam, —hasta la saciedad—, todas estas cuestiones, por lo que creo necesario buscar aquellos descubrimientos que tienen especial relevancia para el futuro del conjunto de la humanidad.

Teniendo en cuenta la información facilitada por fuentes de acreditada solvencia en distintos ámbitos de la ciencia, la tecnología, la arqueología o la historia, utilizando, entre otras, la potente herramienta informática que utiliza la Inteligencia Artificial, —IA—, se han conseguido importantes avances científicos o técnicos y buenos o excelentes descubrimientos en numerosos campos durante el último año. 

Todos ellos pueden contribuir a la mejora de la calidad de vida de la humanidad; o permiten conocer mejor la historia de la vida en nuestro planeta y del universo; o las distintas civilizaciones que lo han poblado; así como los avances que nos ofrecen determinados instrumentos técnicos, incluida la IA, los observatorios del espacio o los tradicionales experimentos de laboratorio que han culminado con éxito a lo largo de todo este periodo.

En el campo de la medicina, destaca el descubrimiento del Lenacapavir contra el VIH, —contra el SIDA—; la utilización de células inmunitarias en enfermedades autoinmunes; el importante avance con IA para la detección del cáncer; o la detección del Alzhéimer en sangre.

En cuanto al universo, el potente observatorio espacial, JWST, estudia los primeros años del universo; o los cohetes espaciales se hacen parcialmente reutilizables, tras los experimentos con los Falcon de la empresa SpaceX; o el hallazgo de más agua en Marte.

La tecnología agrícola puede ver incrementada su potencialidad de desarrollo con la utilización de plaguicidas selectivos a base de ARN; o con el descubrimiento de orgánulos —los nitroplastos—, que permitirían la autofecundación de determinados cultivos a futuro.

El origen de la vida y la formación de la tierra, también han tenido su reflejo en los avances científicos de 2024. Se han descubierto fósiles de algas mucho más antiguos de lo que se creía; o que el manto de la tierra también da forma a la faz de los continentes.

Los descubrimientos arqueológicos han sido relevantes en el año que acaba. La teledetección en combinación con la IA, ha permitido descubrir ciudades ocultas en la vegetación en Brasil o asentamientos en Asia y América; así como las nuevas líneas de Nazca.

Hallazgos históricos importantes descubiertos en diversos yacimientos en el año que acaba. Como el descubrimiento de nuevos secretos en Pompeya, a través del ADN, o sobre las causas de la extinción de los Rapa Nui, en la enigmática Isla de Pascua.

También lo han sido los descubrimientos en el Antiguo Egipto, sobre la posible utilización de ascensores de agua en las grandes construcciones, como las pirámides, o sobre la procedencia de las piedras del Altar de Stonehenge en Escocia, entre otros muchos.

Si hay algún éxito esperanzador, aunque no sea definitivo, es que en 2024 el lince ibérico ha dejado de ser una especie en peligro de extinción, aunque seguirá siendo una especie amenazada. Ello se ha producido gracias al esfuerzo de las administraciones públicas y de las entidades privadas, lo que ha permitido recuperar el estímulo para quienes defienden los ecosistemas, en general y el hábitat de determinadas especies animales, como la de este felino, en particular.

Son las luces de este año 2024 que acaba de terminar y que no hacen sino ensombrecer todavía más las sombras de un año que seguramente tendrá continuidad en este que acaba de comenzar.

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