Zambombas, panderetas, la botella de anís y los villancicos, piezas del mes del Museo Etnográfico de Puertollano

Asociación Cultural Portus Planus.- En la primera mitad del año, se impartieron en nuestro museo, con la colaboración económica de Repsol, cuatro cursos sobre oficios de siempre, algunos ya con muy poca presencia en la sociedad.

Los cursos fueron: fabricación de zambombas, trabajos con esparto, apicultura y costura, todos realizados con un enfoque tradicional.

En julio, agosto y septiembre trajimos a nuestra sección del “artículo del mes” los de costura, esparto y apicultura y dejamos para diciembre, por razones de oportunidad, el dedicado a las zambombas. La idea de la difusión de estos oficios es que nuestros mayores recuerden y nuestros jóvenes aprendan de nuestra historia.

El villancico es una canción popular con tema religioso que se canta en torno a la navidad, especialmente el día de nochebuena. Su nombre tiene, probablemente, su origen en composiciones de naturaleza popular, cantadas por los villanos o habitantes de las villas. El nombre de villancico aparece escrito por primera vez en el Cancionero de Estúñiga, en Nápoles.

A nivel mundial, el villancico más antiguo que registra la historia fue escrito hacia el siglo IV, se llama “Jesús, luz de todas las naciones” y su letra se atribuye al francés San Hilario de Poitiers.

En España y Portugal alcanzó popularidad en los siglos XVI-XVII, originariamente eran canciones profanas de origen popular. Posteriormente comenzaron a cantarse en las iglesias y a asociarse específicamente con la Navidad. Compositores notables de villancicos fueron, entre otros: Juan de la Encina, Pedro Escobar, Francisco Guerrero, Gaspar Fernández, Juan Gutiérrez y Roque Jacinto de Chavarría.

Aunque podamos pensar que solo existen unas docenas de villancicos, la realidad es que se calcula que superan los 200.000 en todo el mundo.

Hay cantidad de títulos muy populares: Navidad, Navidad; Arre borriquito; Rin Rin; Ya viene la vieja; Canta, ríe, bebe; El tamborilero; Campana sobre campana; Chiquirritín; Los peces en el río; Noche de Paz; Una pandereta suena; La marimorena; Zumba zun; etc., y entre los más famosos se encuentra NOCHE de PAZ, una de las canciones más populares del mundo que se ha traducido a más de 100 idiomas.

También hay muchos villancicos de ámbito más local que se cantan según en qué sitios, entre ellos tenemos: el de la bota, el de las 400 sillas, el de las migas, el de las gachas, el de la perdiz, etc., etc.

Para acompañar los villancicos se han utilizado cantidad de instrumentos musicales, por un lado, los instrumentos clásicos como la guitarra, acordeón, armónica y los más típicos que son las zambombas y panderetas y por otro cualquier artilugio o útil que el hombre ha sabido adaptar para la ocasión como: el almirez, campanillas, platos, cacerolas, cencerros y muchos otros, entre ellos la muy versátil botella de anís.

La ZAMBOMBA se considera un instrumento de fricción, tiene su origen en tribus antiguas de África. Consiste en un cilindro hueco más o menos grande, puede ser de barro, madera e incluso metálico, uno de sus extremos se tapa con una piel de animal (cordero-conejo), también vale una tela fuerte y hasta hechas con vejigas de cerdo las he visto aprovechando que las matanzas coincidían con las fechas de tocar la zambomba. A la piel se fija una varilla de cardo, gamusino o similar. Al frotar la varilla deslizando la mano arriba y abajo, se transmite al cuero la vibración producida por la varilla, generando un sonido grave y peculiar. Humedecer la mano ayuda a conseguir mejores sonidos.

Las pieles de animales han sido sustituidas en muchos casos por materiales sintéticos y lonas.

La PANDERETA es un instrumento musical con tono indeterminado perteneciente al grupo de los tambores de marco, está formada por uno o dos aros superpuestos en los que se colocan unas chapas de forma circular, llamadas ferreñas, las hay con el fondo cubierto con una piel.

Tiene sus orígenes en Oriente Medio, se toca haciendo resbalar uno o más dedos por ella, o bien golpeándola con ellos o con toda la mano.

La botella de ANIS, sin ser un instrumento musical, ha servido para amenizar muchas fiestas de todo tipo y también para cantar villancicos.

En diciembre de 2003 vino en la Tribuna una entrevista con Tirso Moreno, tenía 81 años y hacia zambombas desde que se casó en 1944, la familia de su mujer, afincada en Talavera de la Reina, llevaba 150 años haciendo zambombas él se enganchó al oficio. Se lamenta Tirso de que ni sus hijos ni sus nietos habían querido seguir con el negocio. Contaba que en los buenos tiempos llegaron a fabricar 6.000 zambombas al año, en 2003 estaban en 1.500 y bajando. Explicaba que lo fundamental para hacer una zambomba es tratar bien las pieles, ellos las trabajaban de cordero, hay que tenerlas un día en agua, 15 días en cal y después quitarles la lana con una concha, la piel tiene que quedar blanca como la leche.

El curso de fabricación de zambombas en el museo Etnológico se celebró en el mes de marzo y fue impartido por Laureano, un conocido fabricante de zambombas de Puertollano y posiblemente el único que queda.

La piel utilizada en el curso fue de cabrito, empezamos por quitarle el pelo, para ello se mete en cal apagada disuelta en agua. Al día siguiente le quitó el pelo rascando con una madera.

Se recorta un trozo de piel acorde con la boca del recipiente, se le ata en el centro el carrizo o gamonito y se estira la piel para quitarle las arrugas, se coloca con la parte donde estaba el pelo hacia arriba.

Colocado el carrizo en la piel, el conjunto se coloca sobre la boca de la vasija, se va adaptando a la vasija y se ata con hilo gramante del nº 5, una vez atada se va estirando para tensarla.

Las vasijas deben tener bastante hueco abierto por abajo para que cumplan su función.

Cuanto mas gordo sea el carrizo, mas ronco es el sonido al tocar.

Cada año resulta más difícil comprar una zambomba, los puestos que vendían zambombas, panderetas y otras muchas cosas como artículos de broma, sombreros, bigotes-nariz, etc., en el paseo de San Gregorio y en la plaza del Gongo, hace ya muchos años que desaparecieron, después se podía conseguir algunas, si bien de menos calidad, en la juguetería del Poblado y en algunos bazares chinos.

Hace bastantes años era costumbre en nochebuena visitar a los vecinos “armados” con zambombas y panderetas, se echaba un rato tocando y cantando villancicos y los mayores tomaban un trago, mi padre era muy dado a esta costumbre.

También nos íbamos los muchachos solos a pedir el aguinaldo el día de noche buena antes de cenar, lo que conseguíamos no era mucho porque las economías eran muy pobres, pero a nosotros nos hacía mucha ilusión.

En una de estas “correrías” recuerdo ver una zambomba muy grande, tanto que la llevaban sobre una carretilla y se paraban cuando querían tocar.

También gustaba mi padre de ir a la misa del gallo después de cenar el día de noche buena, íbamos a la iglesia de la Asunción, se hacia el camino cantando villancicos.

Este año 2024, el 23 de diciembre a las seis de la tarde, celebraremos una sesión de canto de villancicos en el museo Etnológico en torno a nuestro portal de Belén. Quedáis todos invitados al acto.

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