Eduardo Muñoz Martínez.- Como informábamos hace unos días, este año la Organización no Gubernamental y para el Desarrollo a cuya cabeza, en nuestra diócesis, está Conchi Martínez García, no ha podido instalar su habitual y tradicional Mercadillo Solidario, aunque no por ello ha impedido que los ciudadrealeños, las ciudadrealeñas, pudiesen demostrar su generosidad para ayudar a sufragar, una vez más, los proyectos de desarrollo asumidos por Manos Unidas en comunidades de África, Asia y América Latina como hicieron el pasado domingo, día 15, en los «puestos» instalados, con el apoyo de los sacerdotes responsables de aquellas, en los porches, explanadas, según los casos, de las Parroquias de Santo Tomás de Villanueva, San Juan de Ávila, San Pedro y Santiago, Apóstol, coincidiendo con el horario de las Eucaristías matinales.
De este modo, los feligreses, especialmente los de dichas comunidades parroquiales, pudieron adquirir sencillos regalos con los que obsequiar a familiares, amigos…, y hasta autohacerlo ellos mismos. Obviamente, el mejor obsequio no era el artículo en sí, sino la solidaridad que se estaba haciendo patente, traducida en una generosa recaudación que ronda los 2400 euros, un nuevo «granito de arena» para contribuir a los casi quinientos, – 488 exactamente -, proyectos que se están gestionando actualmente y que cambian la vida de miles de personas; las impulsa a un desarrollo humano integral…, teniendo presente a todos los individuos, desde el respeto, la protección y la garantía de los derechos humanos.
Este evento propició alcanzar otro objetivo, interactuar con personas con las que habitualmente se comparte la Eucaristía, pero con las que en muchas ocasiones no nos solemos relacionar, lo que permitió una más cercana ocasión de conocimiento mutuo.
Nos piden desde Manos Unidas, y con esto concluimos, que agradezcamos públicamente la colaboración de todos, y todas, los y las que han colaborado, ya que con sus donativos favorecen los procesos de desarrollo de los pueblos…, educación, alimentación, atención sanitaria, derechos humanos…, y otras condiciones básicas que permiten la mejora sostenible de las condiciones de vida de mujeres, hombres, niños y niñas, que están en situaciones de vulnerabilidad.
