Manuel Mateo Carrere da nombre a la sala de ensayos de la Casa de Baños por su intensa trayectoria durante sesenta años en Puertollano, por su contribución a la creación del Conservatorio “Pablo Sorozábal”, su trabajo como subdirector de la banda municipal y su pasión por la música que compartió con varias generaciones de niños y jóvenes a través de la enseñanza.
El alcalde, Miguel Ángel Ruiz, junto a su familia han descubierto una placa a la entrada de la sala que vivió tantos momentos de felicidad con la música, en un sencillo acto en el que componentes de la asociación AMC han interpretado la sinfonía 6, la pastoral de Beethoven, la preferida de Manuel Mateo.
«Un lugar que se conoce como la Casa de Baños, como antiguo balneario, pero también como la Casa de la Música, porque aquí inició su andadura en la Academia y la Banda Municipal, que pasó a ser una agrupación amateur a convertirse en una potencia musical en toda la región y a sacar adelante a decena de titulados», como ha reconocido su hijo, Ricardo Mateo.
“Para mi padre este lugar siempre ha sido especial”, reconoce su emocionado hijo, “porque la mayor pasión de su vida fue la banda a la que se incorporó cuando tenía diez años y nunca ha dejado la actividad hasta unos días antes de su fallecimiento, que nos deleitó en casa con una sesión de saxofón”.
Un reconocimiento de justicia
El alcalde, Miguel Ángel Ruiz, afirmó que este es un paso más y un pequeño detalle para recuperar espacios con el nombre de sus hijos ilustres y que son un ejemplo para su ciudad.
“Es justo reconocer a personas que ha hecho tanto por tanta gente por la ciudad y en este caso al maestro Mateo que esta ha sido su casa, donde venía día tras día enseñando a tanta gente el amor por la música”, ha señalado. «La mayor satisfacción es imaginar que sentiría él si pudiera estar aquí y vivir este momento y comprobar que su lugar favorito de Puertollano va a llevar su nombre».
Ídolo de tantas generaciones
Para el concejal de cultura, Juan Sebastián López Berdonces, Manuel Mateo se convirtió en el ídolo de tantas personas que estudiaron música “por su culpa, porque era el que iba involucrándote, apúntate, vamos a crear un aula de música, una academia y al final un conservatorio”.
Mateo Carrere fue el colaborador esencial para Ángel Parla para la creación del conservatorio de música, y según López Berdonces fue el que contribuyó a un conseguir una alta matriculación del centro y que se diera el paso para convertirlo en un centro profesional.