El diario La Voz de Albacete comienza a editarse en mayo de 1953, como continuación del diario Albacete y se mantiene en la calle hasta 1984, cuando dificultades económicas llevan a su cierre. Parece que hasta el año siguiente no empieza a incluir referencias a las Brigadas Internacionales (BB II), generalmente para poner de manifiesto su dependencia de los comunistas.
Un ejemplo. Francisco del Campo Aguilar se ocupa en un artículo de la guerra (“Amores en la ciudad”, La Voz de Albacete, 3-9-1954): “Supimos de bacanales a lo grande y faltó el canto de un duro –de papel– para montar una fumería de opio a cargo de las Brigadas Internacionales. Esto no sé si lo recordará la protagonista de Lola, espejo oscuro, que, en efecto, estuvo en Albacete. Es dudoso porque la pobre tenía que beber mucho y recibir muchos golpes”. Lindezas que se escriben sin ton ni son, en el mejor de los casos, cuando no como mera propaganda anticomunista.
La novela citada se publica en 1950 y es autor Darío Fernández Flores (1909-1977), escritor efectista, artificioso, censor y falangista. Se trata de la historia de una prostituta contada por ella misma, que conoce una gran aceptación en aquellos años, pues se publica una docena de ediciones y se hace una adaptación cinematográfica en 1966. Es cierto que la protagonista pasa unos días en Albacete. Pero por ningún sitio aparece que tenga que “beber mucho y recibir muchos golpes”. Lola se va para Albacete, “ciudad entonces de muchas posibilidades, por los extranjeros que allí habían venido al calor de la guerra”. Eso sí, el escritor censor se despacha a gusto con el brigadista que le toca en suerte a la prostituta. Es polaco y vive en el Hotel Stalin: “Al tío daba miedo verlo. Era más feo que el culo de una mona y más asqueroso que un pequinés. Pero como a estas cualidades unía la de ser un cabroncete, tuve que vivir con él, porque creo que era casi un general, y me vi tendida una madrugada por las afueras de Albacete, que estaban muy sucias y embarradas, si contrariaba sus deseos”. La protagonista siente asco por “aquel tío” y, por otro parte, le joroban “todos sus amigos de las Brigadas, porque se pasaban el día echando pestes de los españoles, tanto de los enemigos como de los que andaban con ellos por allí”.
En 1959 hay una especie de salto para recordar la llegada a Albacete de otros voluntarios. Por supuesto, se sigue hablando de la “saña de André Marty” y los comunistas, pero se centra la atención en otros personajes que pasaron por Albacete. Como otro André, Malraux, “aviador comprometido por el comunismo de entonces es el ministro para la Cultura del general De Gaulle” (La Voz de Albacete, 18-6-1959). Georges-André Malraux (1901-1976), referente de la Cultura francesa, se une a partir de 1947 al general Charles de Gaulle, que lo nombra ministro del Interior y después de Cultura, desde 1958 a 1969.
Años más tarde, en el número de La Voz de Albacete (30-3-1964) dedicado a la conmemoración de los XXV años de la “liberación” de la ciudad, se incluye un artículo del director, Antonio Andújar Balsalobre, titulado ¡Aquí estamos! Y vuelve a la carga con el tema de la BB II: “las pisadas de los Nennis, de los Togliattis, de los Titos, de los Andrés Martí y demás hez de las ‘Brigadas Internacionales’ ensuciaron las calles de esta ciudad mártir”.
Cuatro años después, España obtiene el triunfo en el XIII Festival de Eurovisión, que tiene lugar el 6 de abril de 1968 en el Royal Albert Hall de Londres, gracias a la actuación de Massiel (María de los Ángeles Félix Santamaría Espinosa), con la canción La, la, la, enviada en sustitución de Joan Manuel Serrat, que quiere cantarla en catalán. Eso significa que en 1969 le corresponde la organización de la gala y la XIV edición se celebra el sábado 29 de marzo de 1969 en el Teatro Real de Madrid. España necesita lavar su imagen de cara al mundo y Eurovisión es una oportunidad de oro que el régimen no puede dejar escapar.
Pero miles de personas se manifiestan por toda Europa contra la dictadura y el estado de excepción existente en el país. Frente a la Embajada española en Estocolmo hay una gran manifestación antifranquista. Toman parte diversos grupos que Le Socialiste (París, 20-2-1969) describe así “jóvenes socialistas españoles, jóvenes socialdemócratas suecos, excombatientes de las Brigadas Internacionales, sindicalistas y elementos de izquierda”.
La Agencia Efe reparte una noticia en España, que La Voz de Albacete (3-2-1969), reproduce con este titular: “Intento de invasión en la Embajada Española en Estocolmo”. Y este subtítulo: “Fue dirigido por miembros de las antiguas Brigadas Internacionales”. Hay exiliados españoles “portando banderas negras anarquistas y rojas, con la hoz y el martillo, comunistas”. Los brigadistas son minoría, pero hay que resaltar la antiespaña y el anticomunismo del régimen. Así manipula la prensa franquista.
Meses después, Antonio Andújar Balsalobre, que dirige La Voz de Albacete hasta su muerte en 1973, escribe una expresión que se extiende también durante el franquismo, cuando se refiere a “las tristemente famosas Brigadas Internacionales” y a sus componentes como “foragidos” (La Voz de Albacete, 26-2-1970).
Y, por recordar una muestra más, el mismo día de la muerte de dictador el diario recuerda, en un amplio reportaje, la visita de Franco a Albacete en 1946. Entre otras, destaca con grandes caracteres la siguiente frase: “Aquellos hombres que desangraron vuestras calles por manos de las Brigadas Internacionales, van ahora por el mundo, del brazo de vuestros verdugos encumbrados, exponiendo sus vergüenzas y su baja calidad moral, insultado a España” (La Voz de Albacete, 20-11-1975, p. 3). Es entonces máxima autoridad Francisco Rodríguez Acosta, gobernador civil y jefe provincial de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista entre abril de 1943 y febrero de 1956. Manuel Lodares alfaro es presidente de la Diputación, puesto que ocupa entre 1943 y 1949. Y Eduardo Quijada Pérez preside el Ayuntamiento, desde 1943 a 1946.