Samuel Moraleda. Presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana.- Falta de sensibilidad compromiso. Son las palabras que dirige la alcaldesa de Torralba de Calatrava a la Confederación Hidrográfica del Guadiana tras recibir un escrito de este organismo en el que, tras comprobar el estado del cauce del arroyo Pellejero, señala que no existen elementos artificiales depositados que alteren la dinámica fluvial. Antes de lanzar estas acusaciones debería haber comprobado que el referido escrito está firmado con anterioridad a la solicitud remitida por el ayuntamiento.
De esta manera se pone la venda antes de la herida. Y es que cuando se producen intensas precipitaciones y se desborda un cauce la escusa es perfecta: el arroyo no estaba limpio y se dirige la mirada a la CHG que no hace el trabajo que le corresponde.
Esta nueva solicitud se refiere a un tramo de arroyo aguas abajo de la población que efectivamente se ha comprobado que presenta acumulación de lodos a la altura del aliviadero del colector municipal, para lo cual esta CHG no tendrá inconveniente alguno en autorizar su retirada al ayuntamiento. También se observa vegetación de porte herbáceo y algún pie arbóreo que no dificulta en ningún caso el libre discurrir de las aguas.
La CHG administra decenas de miles de km de ríos y arroyos en una cuenca hidrográfica que supera los 55.000 km2 y prioriza, a través del programa de conservación y mantenimiento de cauces, aquellas actuaciones más urgentes para minimizar posibles daños sobre todo a poblaciones. Las “limpiezas” que se realizan se refieren exclusivamente a basuras u otros residuos artificiales, en ningún caso se retira la vegetación asociada, incluso la seca, ni se dragan los sedimentos ya que convertiríamos el cauce en un canal donde la velocidad del agua en caso de crecida aumentaría considerablemente y con ello la peligrosidad, creando una falsa seguridad de protección.
En visita reciente he comprobado que el tramo del arroyo Pellejero a que se refiere el escrito que remite la CHG, aguas arriba de la población, se encuentra en muy buen estado de conservación, sin elementos antrópicos ni vegetación alguna que pueda interferir en el libre discurrir de las aguas ante una crecida ordinaria; y también cómo el ayuntamiento, sin autorización de este Organismo, está ejecutando pasarelas sobre el citado arroyo que dificultarán los trabajos de retirada de los arrastres que, en épocas de lluvia, pueden taponar los puentes. A Dios rogando y con el mazo dando.