La tragedia causada por la última Dana nos recuerda el mito de Casandra: anticipar el futuro y no ser creídos. Tal es la realidad de muchos científicos…desde hace tiempo.
La ciencia nos avisa desde, hace tiempo, de los efectos catastróficos del Cambio Climático en forma de eventos extremos cada vez más frecuentes, intensos y de mayor extensión. Un Mediterráneo cada vez más cálido y más energía en la atmósfera fruto del calentamiento global por la emisión de gases de efecto invernadero de la acción humana, presagiaban un episodio como el actual, que no será el último, y que irán a más.
Desde 2018, en un informe especial del Panel de expertos de Cambio Climático, sabemos que el Mediterráneo es una de las zonas más afectadas. También que, en pocos años, superaremos los 1,5º C de aumento de la temperatura media global, que es la zona de seguridad. O que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y, con ello, la energía de los eventos climatológicos.
El Cambio Climático mata, así como negarlo, retardar la acción climática o no actuar de forma urgente e importante. No escuchar a la ciencia nos lleva a un futuro distópico. Estamos hablando de vidas humanas, afectaciones a la economía, la salud, la biodiversidad o el medio ambiente. Se trata de inundaciones, olas de calor, temperaturas en ascenso, extensión de enfermedades, hambrunas, migraciones masivas, incrementos del nivel del mar, etc. a nivel global.
En ese contexto, la acción climática de muchos responsables políticos, empresas y entidades bancarias o sector de la energía es claramente insuficiente, incluso nula, lo cual tiene consecuencias. Además, la desinformación se extiende cada vez más creando dudas que solo entorpecen la acción climática.
A nivel provincial y local son muy preocupantes la pasividad de la Diputación Provincial o el silencio y la pasividad de Ayuntamientos como Damiel: tres años sin que se haya redactado una Ordenanza de Cambio Climático aprobada en 2021.
ES imprescindible, especialmente en los sectores con mas influencia y poder económico, financiero, legislativo y ejecutivo, tomar medidas de mitigación (reducción), actuaciones de adaptación, fortalecer la resiliencia de los sistemas vitales, ambientales y sociales ,crear una cultura de la prevención climática, entre otras. También a nivel provincial y local. Solamente sectores públicos bien dotados y financiados podrán dar amparo a la población y a esta amenaza.
La atmósfera envía sus mensajeros de forma diferida: aunque hoy cesaran las emisiones, los eventos extremos seguirán incrementándose durante un tiempo, es decir, este desafío es una carrera de fondo que sólo podemos empezar a frenar ahora, para, en unas décadas, retornar a zonas de seguridad.
Estamos a tiempo. Entretanto, sería ejemplar, para variar, que algunos responsables asumieran responsabilidades, como el presidente de la Comunidad Valencia y miembros de su equipo.
RedClima, Mesa del Cambio Climático y Consumo Respeto.