Paseando por la ribera de nuestro río, entre cañas y letras

Como un peregrino que camina junto a la orilla del Guadiana, me dejé llevar por su cauce antiguo, un río que parece surgir y desaparecer como lo hacen los recuerdos: profundo, esencial, y a veces, enigmático. En cada recodo, cada meandro, había un pedazo de historia, de tierra y agua que se nutren entre sí y que en su recorrido ha visto pasar los años y la vida. Hoy, el Guadiana, testigo de historias antiguas y nuevas, se convierte en símbolo de una celebración especial: 50 años del Grupo Literario Guadiana.

Este río que brota y se oculta, reflejando el paso del tiempo y la permanencia, bien puede compararse con el transitar de la poesía y la narrativa en nuestra sociedad, siempre allí, aunque a veces invisible e imperceptible, contando historias de nosotros mismos. Y como el agua, la palabra también resurge cuando parece apagarse, como lo hizo en la gala del aniversario del Grupo Literario Guadiana. En ese acto, cada palabra fue un torrente de sentimientos, una corriente viva, como las aguas del río, que avanzan incansables.

A lo largo de la tarde, fui testigo de la unión del verso y el relato, que resonaron con la fuerza de una vertiente que, aunque cambia con los años, siempre encuentra su sendero. Los poetas y narradores se reunieron para regalarnos sus obras y su amor por la palabra, y entre ellos, en cada verso recitado y cada historia compartida, vimos el alma de esta asociación, unida a la cultura y a los sueños, y enraizada para mostrar la riqueza de esta tierra, nuestra Castilla La-Mancha.

Agradezco a quienes han recorrido esta senda antes, a aquellos que ya no están pero dejaron sus huellas en las riberas de este sueño, tan bello y puro. Gracias también a los que hoy caminan juntos, construyendo una senda de poesía y amistad, y a quienes llegarán, los nuevos peregrinos que sumarán sus voces al río de la palabra. Porque, como el Guadiana, el Grupo Literario Guadiana es un flujo continuo que nutre la tierra de nuestra cultura, demostrando que la literatura es vital para avanzar y mostrar la paz.

Cincuenta años después, el Grupo Literario Guadiana ha llegado a una cifra que evoca respeto y orgullo. Cincuenta años de cambio, de adaptación a nuevas corrientes, de mantener viva la esencia literaria que ha nutrido nuestra historia y que, como el Guadiana, se renueva en cada recodo. Que estos años de poesía y narrativa sean el principio de un viaje aún más largo, en el que sigan avanzando con ilusión, en el que cada palabra continúe iluminando la oscuridad de la realidad, en el que, juntos, sigan siendo parte de este río tan peculiar, tan único, y tan diferente del resto de los ríos del mundo.

Desde el papel de espectador, fui testigo de la unión del verso y el relato, que resonaron con la fuerza de un cauce que, aunque cambia con los años, siempre encuentra su camino. Los poetas y narradores compartieron sus obras y su amor por la palabra, y entre ellos, en cada verso recitado y cada historia, se percibió el alma de esta asociación, unida a la cultura y a los sueños.

Hoy, les deseo un extenso y próspero futuro, en el que se construyan nuevos puentes y se refuercen los ya existentes, donde cada meandro del río literario sea apuntalado y sostenido para que sus aguas continúen fluyendo, sorteando obstáculos y renovándose con el tiempo. Que a ese cauce se siga aportando agua pura, con letras convertidas en poesía, relatos, novelas y demás géneros que den vida a su corriente y fortalezcan sus riberas. El Grupo Literario Guadiana tiene, sin duda, un camino aún por recorrer, y que ese camino sea nutrido con más voces y palabras.

Agradezco especialmente a todos los que intervinieron en esta entrañable celebración, poetas y narradores a los que admiro: Eugenio Arce, Pilar Arenas, Mar Arreaza, Viky Ciudad, Paco Doblas, Luis García y su esposa Beatriz Martín, Carmen Matute, Manuel Mejía Sánchez-Cambronero, Isidro Moreno, Lola Ortiz, Presen Pérez, Juana Pinés, Antonia Piqueras, Elisabeth Porrero, Mayu Redondo, Diana Rodrigo, Esteban Rodríguez, Alfredo Sánchez, José Manuel Serrano y Pilar Serrano. No sé si me olvido de alguien, si es así, que se apunte a mano, porque también es parte de este maravilloso horizonte.

Para tener un recuerdo imborrable de esta celebración, qué mejor que la presentación de un libro que selle para la posteridad dicho homenaje: Geografía Literaria (Editorial Mundos Flotantes).

Y no quiero despedirme sin mencionar la parte musical de este aniversario, que fluyó como un arroyo luminoso en el cauce del Guadiana literario. Alfredo Sánchez Rodríguez, junto a su hija Irene, llenaron el ambiente con melodías que acompañaron y realzaron cada palabra. Su música, como una cascada cristalina, se fundió con los versos y relatos, aportando al río de la palabra una corriente especial de armonía y emoción.

Gracias por vuestra entrega y por llenar de letras y emoción el sinuoso recorrido de este río literario.

Celebrado en la Residencia Universitaria santo Tomás de Villanueva, Plaza de san Francisco,1   25-10-2024

Julián García Gallego —Sin palabras mudas—

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