Hay temas y cuestiones que uno no escribe y apenas habla…

Jesús Millán Muñoz.- Es un misterio esto del articulismo de opinión, denominado personal y literario… Uno, sabe, que hay decenas de temas, que no trata, pero los tiene presentes y “representes”.

¿Por qué uno, uno no lo hace…? Incluso de temas que ha reflexionado mucho, que los tiene en la conciencia, que están en su vida, que ha pensado mucho, que le han hecho mucho sufrir, que le han condicionado la vida… Pero no lo hace.

He pensado muchas veces, esta cuestión. Quizás, me he dicho algunas veces, están tan cercanos, aunque parecen que están tan lejanos, que no lo escribes o redactas sobre ellos. Porque es un dolor muy grande, o porque no quieres recordar más claramente. La mente, ese ovoide que tenemos dentro de los huesos de la cabeza, el cerebro-encéfalo es un enorme misterio –y, eso, que no estamos hablando del alma-espíritu inmortal si es que tenemos esa realidad, o deseamos o queremos tener…-.

Pero no crean, que solo existe un tema que no se toca, sino existen muchos. Estos días, otro año y otro día, el día del cáncer de pecho. Nadie puede negar que no exista información sobre este tema, sobre el cáncer, y, sobre el del pecho. Y, te dices, bueno, un día tendrías que tocarlo y rozarlo, pero cómo lo haces… Hoy, en ese recorrido, que todos los articulistas hacemos –incluso, los que no cobramos estipendios, por diversos medios de comunicación, al menos, en mi caso, por varios, varios diferentes cada día, de un color o de otro, incluso aunque no estés suscrito, pero todavía te indican los títulos y las cuestiones que rozan-. Por tanto, en el caso de este modesto escribiente, no piense el estimado/a lector/a que si cito un medio y no otro, significa que está defendiendo un lado del barco sociopolítico. Es más, hay que visitar distintas islas, si deseas entender algo de este mundo… ¡Algo, siempre sabiendo que es algo, no mucho…!

Bueno, pues hoy, me he encontrado, lo que tantas veces he visto, el tema del cáncer, el tema del cáncer de pecho, el tema de la enfermedad y el tema del sufrimiento y el tema de… Y, hoy, me he dicho, bueno, digamos algo sin decir algo, de este tema. Este tema, que vas dejando año tras año, diciéndote, quizás el año que viene haga un artículo. Bueno, hoy, en La Razón, me he encontrado el artículo de Marta Robles, titulado: Sara y el cáncer, con fecha del 19 de octubre del 2024… ¡Qué vamos a decir! Apoyar a todas las personas que estén sufriendo o están sufriendo esta epidemia1 ¡Apoyar a aquellas, millones que han pasado por ello, en su proceso familiar, y, muchas pues han cerrado los ojos por esta realidad…!

Ya, sabemos que las famosas tres “C”, son las que causan más fallecimientos en el mundo: cáncer, carretera, corazón… -también existen otras patologías-. ¡Pero cuándo a alguien le toca, todo su mundo cambia, vas por la mañana a tu trabajo, a tus estudios, a tu situación, y, tu padre o madre camina hacia el hospital, llegas ese mediodía a la comida, y, han cambiado los rostros… el progenitor o la progenitora, o el abuelo o la abuela, o el hermano o la hermana, cuándo no el hijo o la hija, el nieto o la nieta ha caído en las cunetas del alquitrán, o ha caído fulminado por un golpe-seísmo en el pecho, o, la noticia que las células se han vueltos locas, y se reproducen, sin control o cáncer…! ¡Y, ese día, a esa hora ha cambiado toda la dinámica familiar, que puede durar meses o años en esa lucha o en esa pérdida…!

¡¿Qué puedo decir yo, modesto articulistas, a todas las Saras, Pedros, Ramones, Juanas, Cecilias, Victorinas, Marias, Juanes y, los mil nombres, que han pasado o que pasarán por este mar de dolor y tristeza y angustia e incertidumbre, qué les puedo decir…!?

Todos, todos sabemos que somos seres finitos y débiles y limitados, somos seres de carne y mente, que tanto la mente y la carne, nos producen realidades buenas y realidades menos buenas. Que tenemos que prepararnos, para los momentos de brisas suaves y dulces, pero también, a los vientos huracanados tristes y lacerantes. Que la vida, son ambas cosas a la vez. Y, que nos van tocando ambas realidades, los dulces de las tartas, y, los vinagres de los ácidos. Y, que en ambas realidades tenemos que ser y estar, es nuestra condición de mundo. Ciertamente, para unos, lo triste deviene demasiado pronto, a otros a mediana edad, a aquellos, ya en la tercera edad. Pero el mundo está formado por múltiples variables, es una sinfonía con cientos de piezas, a unos, en unos instrumentos le va mejor, y, en otros peor…

Hoy, además ocurre, que la creencia en el Buen Dios, se va debilitando y disminuyendo. Y, eso ha sido, durante siglos y milenios, un gran escudo. Hoy, los humanos se sienten más solos y debilitados y vulnerables porque están olvidando este concepto o idea o realidad, del Buen Dios –ya sé, que no le gustará que lo cite, pero esta es la realidad…-.

Bueno, hoy a todas las Saras y todos los Pedros que están pasando por este viaje, o que han pasado, también, a los que están al lado, si al lado, en el sufrimiento, o han estado. Esos que también, después de lustros y décadas, no se atreven a hablar o escribir de un tema, por ejemplo, de éste. Paz y bien.

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