Juan Ángel García Muñoz, galardonado con el Premio al Esfuerzo Empresarial de AEDA

Con cerca de 40 años de experiencia en el sector eléctrico, Juan Ángel recordó en Radio Daimiel sus inicios junto a su hermano José Manuel, a quien atribuye gran parte de su éxito. Tras la pérdida de su hermano en 2020 debido a la pandemia, fundó su propia empresa, Montajes Eléctricos García, donde ahora trabaja con sus hijos. Durante la entrevista, destacó la importancia de la formación y actualización profesional en un sector en constante evolución.

Juan Ángel García Muñoz recibirá este año el Premio al Esfuerzo Empresarial que otorga la Asociación de Empresarios de Daimiel (AEDA). Un reconocimiento -como él prefiere llamarlo- que ha recibido “con enorme gratitud y con mucha felicidad y orgullo” porque se lo han concedido otros empresarios, “otros compañeros que saben de los días malos, y también buenos, que hay detrás”.

Así lo compartía este martes en Radio Daimiel donde recordaba sus inicios profesionales al lado de su hermano José Manuel, su jefe, su amigo y al que, reconocía, le debe mucho de lo que es hoy. Ese estreno, ese primer contrato profesional, se remonta a 1986 y a la mayor construcción realizada hasta la fecha en Daimiel: las 132 viviendas del barrio de El Lavadero.

A partir de ahí, y con el único paréntesis del servicio militar, trabaja codo a codo con él en una alianza de más de 30 años que acabó abruptamente por el fallecimiento de su hermano en abril de 2020 a causa del COVID.

Un durísimo golpe personal y profesional que, en plena pandemia, le llevó a tomar la decisión más importante de su vida: poner en marcha su propia empresa. Una nueva andadura ahora bajo el nombre de Montajes Eléctricos García a la que se han unido posteriormente y paulatinamente sus hijos Ángel, Jesús y Rubén.

Aunque “la madre es la electricidad”, García-Muñoz señala que dentro de su sector la electrónica y la domótica se han impuesto y en estos últimos años, sobre todo en la última década, se ha tenido que “poner las pilas porque hay que actualizarse constantemente” para ofrecer a los clientes esos servicios.

Una cartera siempre ligada a la vivienda, al mantenimiento de comunidades de vecinos, a reformas o a obra nueva, con la instalación de porteros, videoporteros o aire acondicionado. “Somos como el médico de cabecera, tocamos todos los palos”, apunta con una sonrisa.

Y es que ese trato cercano y personal es una de señas de identidad. Un legado que espera tenga relevo porque en estos momentos la falta de profesionales “es una realidad”. Algo que conoce de cerca por su larga trayectoria como empresa colaboradora con el IES Juan D´Opazo en las prácticas de muchos alumnos de su grado medio de Electricidad. 

Por ello, reclamaba a las administraciones que den “más facilidades para que estos chavales puedan dar sus primeros pasos en el mundo laboral” y que se apueste aún más por la Formación Profesional.

Un camino que el recorrió en los ochenta del siglo pasado, que tuvo en su hermano José Manuel al mejor maestro posible y que ahora, junto a sus hijos, quiere seguir ampliando con este premio de AEDA bajo el brazo.

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