Por José Belló Aliaga
Se ha presentado en el Salón de actos de la Galería de las Colecciones Reales, la exposición “Sorolla, cien años de modernidad”, en cuyo acto han participado, por orden de intervención, Ana de la Cueva, presidenta de Patrimonio Nacional; Enrique Varela Agüi, director del Museo Sorolla y comisario de la exposición; Consuelo Luca de Tena, comisaria de la exposición y Gonzalo Saavedra, director de Light Art Exhibition.
Presentación de la exposición Sorolla, cien años de modernidad, en Galería de las Colecciones Reales
La exposición recupera Boulevard de París (1890), la única obra de Sorolla en gran formato que retrata la «vida moderna» en las calles de París, solo expuesta en 1890 y desde entonces dada por desaparecida.
Aprovechando el cierre temporal del Museo Sorolla, para su ampliación y rehabilitación, se han incorporado a la exposición algunas obras que rara vez han salido del museo.
A cien años de su muerte, la figura de Sorolla sigue plenamente vigente, es cada vez más apreciada y más reconocida su permanente modernidad. Esta exposición, que cierra con broche de oro las celebraciones del Centenario Sorolla, se ha concebido como un homenaje a su pintura, a su calidad, a su belleza y a su intacta capacidad de seducción.
El comisariado de la exposición corresponde a Blanca Pons-Sorolla , bisnieta de Sorolla y máxima experta en su obra, junto a Consuelo Luca de Tena , exdirectora del Museo Sorolla, y a Enrique Varela Agüí , director actual del mismo.
La exposición, organizada por Patrimonio Nacional y Light Art Exhibitions en colaboración con el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla , reúne 77 obras significativas de todas sus etapas y de los principales temas que abarca su producción y presenta algunas obras pocas veces o nunca vistas en España.
En concreto, la muestra cuenta con Boulevard de París (1889) y La Giralda, Sevilla (1908), dos obras que no se exponían desde la muerte del pintor.
También se podrá ver por primera vez en España los cuadros : Retrato de la tiple mexicana Esperanza Iris (1920), Arco y puerta de Santa María, Burgos (1910), Niños bañándose o Sol de la tarde, Valencia (1909) y Barcas en Jávea (1905). Por último, destacar tres obras que nunca antes han sido expuestas en Madrid : Sierra Nevada desde el cementerio, Granada (1909), Antes del baño. Valencia (1909) y Lucrecia Arana (1920).
Las piezas proceden de las instituciones que atesoran las mejores colecciones sobre el pintor: el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla, la Hispanic Society of America, el Museo del Prado o el Museo de Bellas Artes de Asturias; de grandes museos como el Musée d’Orsay y de otros museos y colecciones públicos y privados, tanto de España como de Estados Unidos o México.
La exposición se organiza en los siguientes cinco apartados:
Recorrido por la exposición Sorolla, cien años de modernidad, en Galería de las Colecciones Reales
I.RUMBO AL ÉXITO
Desde sus inicios, Joaquín Sorolla entendió que el éxito en exposiciones y salones era la clave para vivir de su arte. Con una base académica sólida y una excepcional habilidad para la pintura, se propuso conquistar todos los premios posibles. Sus obras, tanto las que retrataban la vida cotidiana como las que denunciaban injusticias sociales, le brindaron un sólido prestigio en el mundo del arte, refrendado por numerosas medallas. Su mirada única sobre el costumbrismo también cautivó al público, catapultándolo a la fama.
Su camino hacia el éxito había comenzado en Madrid en 1884 y se fue consolidando con obras emblemáticas como ¡Aún dicen que el pescado es caro! o La vuelta de la pesca (1894), presentes en la exposición.
En 1900, alcanzó la cima de su carrera al obtener un Grand Prix en la Exposición Universal de París y en 1901 la medalla de honor en Madrid.
En esta sección, compuesta por 8 piezas , se puede ver Boulevard de París (1890), la única obra de Sorolla en gran formato que retrata la «vida moderna» en las calles de París.
La inició en esta ciudad en 1889 y la terminó en Madrid con los apuntes tomados ese año y en su estancia de 1885. Reproduce la concurrida terraza de un café, donde se reconoce al propio Sorolla que se autorretrata a la izquierda. Combina hábilmente la luz natural del atardecer con la artificial que surge a través de la gran cristalera. Un cuadro descrito por el artista como «ya francamente naturalista y al cual procuré llevar la sensación de vida que yo veía».
II. EL MAR, SIEMPRE NUEVO
Joaquín Sorolla es unánimemente reconocido como el pintor español del mar , medio que le inspiró para crear algunas de las imágenes más bellas e icónicas, todas ellas parte de nuestro imaginario colectivo.
En sus escenas de mar desarrolló una poética personal, valiéndose de todos los recursos de la modernidad puestos al servicio de su ideario plástico. El artista asignó un repertorio de códigos simbólicos a cada espacio geográfico del litoral español plasmado en sus lienzos. Mientras las playas de Valencia fueron escenario de la representación naturalista de un clasicismo ancestral, las transparentes aguas de Jávea fueron laboratorio de experimentaciones compositivas y de color. En el Cantábrico mostró la faceta más social con el despliegue de un repertorio de personajes vestidos a la moda que se exhiben para ser vistos y admirados.
En esta sección, formada por 26 obras , se pueden apreciar obras tan icónicas como La bata rosa , considerada por Sorolla como “De lo mejor que he hecho en mi vida”; Paseo a la orilla del mar o Chicos en la playa.
III. SENTIR EL RETRATO
El retrato esconde un diálogo mudo entre dos seres humanos. Tan relevante es el que pinta como el que se deja pintar. Descubre una necesidad de significarse individualmente por ambas partes. Sorolla maneja el artificio con naturalidad y en sus retratos contemplamos la verdad de un encuentro reservado.
En este recorrido, articulado por 20 obras , podemos ver un autorretrato de Sorolla de 1909; retratos de personajes y familias ilustres como La señora de Ira Nelson Morris y sus hijos ; el retrato realizado al fotógrafo Antonio García en su laboratorio ; La familia Benlliure Arana ; Santiago Ramón y Cajal o José Echegaray . Protagonista de esta sección es la familia de Sorolla , en especial su esposa y musa Clotilde, con cuadros tan relevantes como Madre , Clotilde con traje de noche y Joaquín Sorolla García sentado , entre otros.
IV. VISIÓN DE ESPAÑA
En 1910, cuando Sorolla se encontraba en la cima de su carrera, recibió de Archer M. Huntington el encargo más importante de su vida : una serie de catorce paneles para la decoración de la biblioteca de la Hispanic Society of America , que hoy se conoce como Visión de España.
Ajustándose a los intereses de Huntington y llevado por su impulso regeneracionista, Sorolla plasmó una representación de la vida y las costumbres de España, la esencia de cada una de sus regiones, en los 210 metros cuadrados de que dispuso, con el propósito de que el pueblo americano las comprendiera. Las dos regiones más ampliamente representadas fueron Castilla y Andalucía.
De 1912 a 1919 viajó por toda la Península pintando estudios de «tipos» de gran formato, 4 de estas obras se pueden ver en la exposición . En ellas mostraba sus indumentarias tradicionales y la luz de cada lugar, tal y como se refleja en Tipos de Lagartera y Tipos de Salamanca . En aquellas regiones cuyos trajes no ofrecían una riqueza tan acentuada, incluyó fondos en los que el paisaje cobra mayor importancia, como vemos en Tipos manchegos y Tipos del Roncal.
V. DEL PAISAJE AL JARDÍN
Junto a sus visiones del mar, Sorolla pintó numerosos paisajes. Primero, por su propio valor, y después, a partir del encargo de la Visión de España , como fondos de sus grandes panoramas humanos. Le atraen los escenarios grandiosos, como el de Guadarrama o la Sierra Nevada granadina, pero en espacios más recogidos busca el movimiento en los ríos, los reflejos del agua, las sombras movedizas y los encuadres audaces: la continua variación de la luz bajo el movimiento del sol era, para él, la clave de la vida del paisaje.
Desde 1906, Sorolla experimentó con las luces tamizadas entre el follaje de los jardines, donde empezaría a situar algunos retratos. La Alhambra de Granada y el Alcázar de Sevilla le sedujeron con su mezcla de arquitectura, vegetación y agua. A partir de 1911 empezó a diseñar y plantar su propio jardín, y a pintarlo desde 1916: aquel fue su pedazo íntimo de naturaleza y su edén en sus últimos años.
En esta sección que cierra la exposición, compuesta por 19 lienzos , encontramos obras tan representativas del pintor como La siesta ,Clotilde en el jardín , Jardín de la casa Sorolla , La catedral de Burgos y Jardines del Alcázar de Sevilla. Estudio de sombras , entre otras.
La exposición se acompaña de un importante catálogo editado por Ediciones El Viso y cuenta con la participación de especialistas en la obra de Sorolla como Consuelo Luca de Tena, Blanca Pons-Sorolla, Enrique Varela Agüí, Javier Barón, Carlos Reyero, Carlos G. Navarro, Blanca de la Válgoma y Cristina Doménech.
José Belló Aliaga
Pies de foto
Foto 1: La exposición Sorolla, cien años de modernidad en la Galería de Colecciones Reales podrá ser visitada hasta el 16 de febrero de 2025
Foto 2: Consuelo Luca de Tena; Ana de la Cueva; Enrique Varela Agüi y Gonzalo Saavedra
Foto 3: Boulevard de París, Madrid ,1890
Foto 4: El baño del caballo, Valencia, verano de 1909
Foto 5: Paseo a la orilla del mar Valencia, verano de 1909
Foto 6: ¡Aún dicen que el pescado es caro! Valencia, 1894
Foto 7: La vuelta de la pesca Valencia, verano 1894
Foto 8: Ana de la Cueva, presidenta de Patrimonio Nacional
Foto 9: Vista de la exposición
Foto 10: El bote blanco. Jávea, verano de 1905
Foto 11: La madre. Valencia-Madrid, 1895-1901
Foto 12: La familia, 1901
Foto 13: Autorretrato, Madrid, otoño de 1909
Foto 14: Enrique Varela Agüi, director del Museo Sorolla y comisario de la exposición
Foto 15: Clotilde sentada en un sofá, 1910
Foto 16: En primer término, La señora de Ira Nelson Morris y sus hijos Chicago, 1911
Foto 17: Tipos de Lagartera o Novia lagarterana Lagartera (Toledo), 22-29 de marzo de 1912
Foto 18: Tipos de Salamanca. Villar de los Álamos (Salamanca), 3-10 de junio de 1912
Foto 19: Baile en el café Novedades de Sevilla Madrid, 1914
Foto 20: Consuelo Luca de Tena, comisaria de la exposición
Foto 21: Arco y puerta de Santa María, Burgos , primeros de abril de 1910
Foto 22: La siesta San Sebastián, verano de 1911
Foto 23: Los pimientos .Valencia, 1903
Foto 24: Los contrabandistas. Ibiza, septiembre de 1919
Foto 25: Patio de la Casa Sorolla. Madrid, primavera de 1917
Foto 26: Gonzalo Saavedra, director de Light Art Exhibition
Foto 27: Fuente y rosal de la Casa Sorolla. Madrid, primavera de 1918 o 1919
Foto 28: Instantánea. Biarritz, verano de 1906
Foto 29: Otra vista de la exposición
Foto 30: Retrato de la tiple mexicana Esperanza Iris. Madrid, 1920
Foto 31: La Giralda, Sevilla, febrero de 1908