Iglesia por el Trabajo Decente reivindica que la dignidad de la persona esté en el centro de las decisiones políticas y sociales

Un año más, y van diez, las entidades de Iglesia que se aglutinan en la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) en la Diócesis de Ciudad Real (CONFER, JOC y HOAC) han realizado un gesto que ayude a reflejar la lucha comunitaria por un trabajo digno. En esta ocasión la lluvia ha deslucido la intención inicial de pasar cajas de una persona a otra repitiendo el lema “Por ti, por mí, trabajo decente”, como si de un tesoro que merece ser compartido se tratara, y terminar construyendo una estructura sobre la que superponer características del trabajo decente: seguro, liberador, creativo, solidario, igualitario, respetuoso, participativo, universal… Las personas reunidas en la Plaza de la Constitución han podido escuchar el manifiesto de este décimo aniversario de la Iniciativa y posteriormente participar de la Eucaristía celebrada en la cercana parroquia Nuestra Señora del Prado (La Merced), presidida por el Sr. Obispo de Ciudad Real D. Gerardo Melgar.

La realidad laboral en España y en Ciudad Real es preocupante. El desempleo estructural, la alta tasa de temporalidad, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, las dificultades de la conciliación laboral y familiar y el aumento de las enfermedades psicosociales compromete la estabilidad de los proyectos vitales de miles de personas en nuestro país. Frente a estas situaciones persistentes, la iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) denuncia que el trabajo indecente “no solo afecta la vida de las personas trabajadoras, sino que también socava su dignidad y debilita la justicia social debida”.

Según la Doctrina Social de la Iglesia, cada individuo tiene derecho a un trabajo digno que le permita desarrollarse plenamente como ser humano. Por ello, ITD reivindica que “la dignidad de la persona trabajadora es innegociable y debe estar en el centro de todas las decisiones políticas y económicas”. “Es fundamental que se generen oportunidades de trabajo decente y se protejan y promuevan los derechos laborales, sin excepción. La reducción de la jornada laboral puede ser una de ellas”, señalan en su manifiesto.

Bajo el lema «Por ti, por mí, trabajo decente», la red subraya que la búsqueda del bien común debe ser el objetivo principal del conjunto de la comunidad, pero particularmente de quienes tienen la responsabilidad de articular políticas que garanticen las condiciones esenciales, que permitan a las personas alcanzar una vida digna, una vida buena. Esto incluye garantizar un trabajo decente, acceso a la vivienda y servicios públicos de calidad. En este sentido, los movimientos promotores de ITD también piden al Congreso que haga posible la regularización extraordinaria de personas migrantes.

Siguiendo la encíclica Laudato si del papa Francisco, la red reconoce la importancia de la ecología integral en el ámbito laboral. “Se debe priorizar que las actividades laborales sean sostenibles y respetuosas con el medioambiente. Esto implica promover prácticas responsables que cuiden y preserven nuestra casa común, para las generaciones futuras”, apunta el manifiesto.

Francisco recordó en su discurso a la Cumbre Mundial del Trabajo de 2021 la importancia de la dimensión del cuidado en el trabajo, como una forma de cuidar y dignificar la vida humana. “Esto implica crear entornos laborales con derechos, participativos, seguros y respetuosos, donde se promueva el cuidado integral de todas las personas trabajadoras”, subraya la red en su manifiesto.

La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) nació en 2014. Tras diez años de andadura, la red tiene muchos motivos para agradecer. “Recordamos con gratitud a todas las personas e instituciones que han contribuido –y contribuyen– a esta causa y nos comprometemos a seguir luchando por la dignidad y el cuidado de las personas trabajadoras”

Con motivo de la celebración de su décimo aniversario, la red eclesial -integrada por Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC)- considera necesario hacer un balance sobre el camino realizado durante esta década y abordar los desafíos que siguen pendientes en la búsqueda de la justicia social.

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