Se nos ha marchado Lola Madrid, Dulcinea fuerte y brava de Campo de Criptana

Natividad Cepeda.– Se durmió   cuando el día clareaba por la sierra amada de la sierra y su alma se quedó detenida en las aspas de los viejos molinos criptanenses. 

Se durmió llevándose en sus ojos la mirada cálida de octubre con el sabor de uvas vendimiadas y el corazón anegado de mosto.

Voló hacia la altura como ave viajera rozando el infinito alero de la vida con su pasión intacta por su amado pueblo de Campo de Criptana.

Se nos marchó faltándole ser declarada Hija Predilecta de su tierra, Ella que la amó por encima de humillaciones y olvidos sorteando las dentelladas que le dio la vida.

Desde el cinco de octubre sobre los campos manchegos falta la voz de esta Dulcinea fuerte y brava que supo sobresalir como mujer emprendedora en tiempos donde las mujeres no eran admiradas por emprender empresas reservadas al hombre.

Anoche por las calles desiertas se enredaban voces entre las ramas de los árboles de las que se desprenden las primeras hojas del otoño y quedaba en silencio la reciedumbre de Lola Madrid por las paredes de su casa. Su piso de la calle Santa Ana tan lleno de recuerdos y cuadernos con direcciones de amigos repartidos por la geografía española e internacional.  Su estancia donde ella enseñaba las innumerables fotografías con artistas y políticos, periodistas y escritores, músicos y molineros y molineras de honor junto a hidalgos nombrados por la Presidenta y junta de la Asociación Hidalgos amigos de los molinos de Campo de Criptana, por esta Presidenta durante más de cuarenta años que nos ha dejado.  No dudo que por las estancias de su alma viajera hacia las estancias divinas se halla encontrado con el ilustre Miguel de Cervantes, fallecido también sin fama reconocida: aquél al que durante años ella depositó flores al pie de su escultura reconociéndole como ilustre escritor de la Semana Cervantina de cada año.

Anoche en el tanatorio, velando su frágil figura, Santiago Lázaro Alcalde Presidente de Campo de Criptana, le había dejado la bandera de su amado pueblo cubriéndola como reconocimiento a su valía humana. A su alrededor coronas y ramos de flores demostraban la admiración y cariño que esta noble mujer había conquistado.  Pero se nos ido sin ser reconocida como Hija Predilecta, Ella, que tanto amó cada piedra de sus molinos, cada sendero que lleva a su amada sierra y todos los entresijos de la infancia y la vejez que atesoraba su memoria. Y es que no siempre los pueblos reconocen los valores de los suyos precisamente porque andan por sus calles y luchan dejando trozos de vida por amarlos y darlos a conocer a gentes de otros lugares. 

Cuando pase el tiempo y otras generaciones hurguen entre legajos descubrirán como leyenda lejana que hubo una mujer valiente y decidida que por encima de ella misma y directrices políticas, creó un foro donde a su llamada acudieron gentes de todo género para dar a conocer a Campo de Criptana, y que esa mujer era un molino abierto al mundo por su pasión y coraje para dar a conocer su cuna y linaje.

Hoy el tañer de las campanas serán lágrimas mías porque has emprendido tu viaje y tu marcha me deja un vacío inmenso, querida Lola Madrid. Mirando tus molinos sé que tú quedas en ellos entre el azul del cielo y la paz de la sierra mientras por entre el blanco y azul de los zócalos criptanenses juegan al escondite ángeles custodios de la magia manchega de estos lares y tú, sé que estas con ellos.  No te digo adiós, señora de la altura, serrana molinera de vientos siderales mientras tenga memoria seguirás a mi lado, Dolores Martínez de Madrid, entrañable amiga por la que hoy mis palabras lloran.

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