Francisco José Sarrión Torres.- Domingo 29 de septiembre. Cuando llegué a las 19 horas con la cara magullada por una caída, tres personas estaban ya esperando en la sala y una más en silla de ruedas en el pasillo, tres de ellas habían llegado a las 16:30 y otra a las 17:30. Al chaval del chandal azul y a la señora de Miguelturra, con la mano hinchada por una rotura de muñeca escayolada el día anterior, les llamaron sobre las 20:00, a unas tres horas y media de llegar.
Esta señora fue la única en ser atendida por el especialista en traumatología de guardia (de 8:00 del domingo a 8:00 del lunes). Estuvo con la mano en alto atada por un pañuelo en el pasillo hasta las 22:15 en que el antibiótico le rebajó la hinchazón, el especialista le dio el alta, y ya no se volvió a ver por allí.
Sobre las 20:15 nos llamaron para ir a rayos X a mi y a un nuevo paciente con ciática, también en silla de ruedas. Luego llegó un chaval con todo el cuerpo traumatizado por una pelea,con dolores al respirar y mareos, le hicieron la correspondiente radiografía y al rato entró en la sala la doctora de urgencias para hablar con él; lógicamente nos enteramos de todo.
Entre las nueve y las diez de la noche nos juntamos trece personas en esta sala, cuatro de ellas en sillas de ruedas en el pasillo. Otras zonas del pasillo correspondientes a otros boxes estaban también con gente en los asientos y en camillas, la mayoría esperando.
A todos nos hicieron las radiografías de forma rutinaria a una hora más o menos de llegar, pero ser atendidos por las dos médicas presentes que yo pude ver en esta parte de urgencias fue otro cantar.
Sobre las nueve y media de la noche comenzamos a quejarnos al personal más cercano, a auxiliares y enfermeras que pasaban por el pasillo y a las de la sala de personal al lado de la nuestra; pedíamos que avisaran a más médicos y reforzaran las urgencias pues ya considerábamos abusivo el tiempo de espera. Nos dijeron que los responsables del personal eran conocedores de la situación y nos animaron a poner reclamaciones; y eso hicimos. Preguntando sin éxito en varios lugares llegamos hasta el mostrador de la admisión: no había impresos disponibles en papel para dejar la queja en el momento, tenía que hacerse por la web del SESCAM utilizando el certificado digital o por escrito a partir del lunes en Atención al Paciente, claramente dificultando la labor.
Así que pedí un papel en blanco y un bolígrafo y fui apuntando los nombres y DNI y hora de llegada de los pacientes que me lo quisieron dar y anotaciones de las que procede esta crónica. Uno de ellos no me quiso dar sus datos porque no iba a servir de nada y los últimos en llegar tampoco porque todavía no llevaban muchas horas esperando, aunque, Ana María previendo la situación, dijo que en estas condiciones prefería pasarse a la sanidad privada.
Parece que el verme recogiendo firmas en el pasillo surtió el efecto deseado y comenzó el movimiento de personal en esta zona: a Manuela en silla de ruedas desde las 16:30 la llamaron a las 22:30 (a las seis horas), a las 22:48 llamaron al chico de la pelea, que quedó ingresado en observación a las 23:00. A mi me llamaron a las 23:07 (cuatro horas de espera) y cuando salí acababan de llamar a Gimena a las 23:28 (seis horas) pero el señor de la ciática continuaba en su sitio (4,5 horas esperando).
Mi diagnóstico: fracturas varias en los huesos nasales; tratamiento en urgencias, una férula pegada encima de una herida sin cicatrizar y cita al día siguiente en otorrinolaringología para comprobar que todo está bien.
Esta situación de falta de recursos y atención deficiente es indignante, sobre todo para las personas que elegimos la sanidad pública teniendo a mano las opciones privadas que brindan las mutualidades, pero queremos resistir en la pública porque creemos que es la única que garantiza el derecho a la salud. Lo decepcionante es comprobar cómo los gestores de lo público ni lo valoran ni lo cuidan, enviando con esto a más personas a la sanidad privada. ¿Están al servicio de la pública o de la privada?
Pues a qué van a estar .., están a caza y toros.
…lo peor, es que esta mala situación sanitaria la ha elegido la gente en las elecciones. Por lo visto en el voto dan preferencia a qué los cazadores sigan teniendo licencia gratis en lugar de hacerles pagar la licencia e incluso alguna tasa más y ese dinero se podría destinar perfectamente a una mejora de la sanidad pública…es lo que hay.
Mucho ánimo a los de urgencias, que son los primeros que sufren la falta de recursos. A ver si dice algo algún sindicato…
Lo mejor de todo es que si vas a la sanidad privada, el especialista que te reconoce es el mismo que te ha atendido después de 5 o 6 horas esperando sin mucha prisa. Ni se te ocurra ir de noche, pues el que te atenderá será el MIR de prácticas, chavales que, lógicamente, tienen conocimientos pero no la experiencia para tomar la decisión correcta en cada caso. Y si pides que llamen al médico adjunto (que es el responsable y el que cobra más por estar durmiendo) te dicen que no le pueden molestar, que está durmiendo y les va a regañar….
Todo esto lo digo por experiencia propia, espero que cambie la sanidad pública, pero creo que no va a ser así. Ni Isabel, ni Alberto, ni Fernando van a modificar el «derecho de pernada» en que se han convertido las guardias con derecho a dormir por parte de los «especialistos» que cobran por dormir.
Es muy lamentable, pero es así. La Sanidad Pública es la que cuenta con todos los medios, pero de qué sirve si es tan lenta….. semanas para que te vea el médico de Familia; meses para el especialista, y no digamos para intervenciones quirúrgicas.
No se las causas, dicen que faltan médicos, porque los sueldos son muy bajos.
Creo que es un poco de todo, falta de organización, y sobre todo, falta de interés por todos los políticos. Recuerdo que Page, en tiempo de elecciones, hasta hizo la promesa de cambiar los sillones tremendamente incómodos de los acompañantes de los enfermos ingresados. No lo sé, pero dudo que ésto se haya llevado a efecto.
Lo cierto es que se ha venido abajo. Hay demasiada gente que atender, o como digo al principio,, falta de organización y deseo de corregir esta situación.
Yo propondría salir a protestar cada uno en su coche y taponar calles y carreteras….a los de los tractores les funcionó…. aquí o se jode a los demás o no te hacen caso. Lo peor es que Page él solito está jodiendo toda la Sanidad y con ello a profesionales y lo peor…. pacientes.
Eso sí mientras tanto con ese dinero que hace falta para Sanidad se está pagando las licencias a los cazadores….genial.
El otro día salió una señora en Castilla la Mancha Tv. Intentando explicar que no había recortes y se renovaban contratos, menudo papelon hizo la pobre, me acordé de tiempos pasados cuando lo del finiquito en diferido.