Los tres sueños de los escritores ibéricos…

Jesús Millán Muñoz.- Dicen que todo escritor –en otros oficios ocurrirá algo semejante- de esta Celtiberia antigua, tiene tres sueños: entrar en La RAE, recibir El Cervantes y soñar con El Nobel de Literatura.

La realidad es que todo escritor, de aquí o de fuera, quieren los galardones más importantes de su territorio geográfico y cultural, y, aquí dicen, que no hay literato que alguna vez, aunque sea de adolescente que no haya soñado con esos tres premios, especialmente los dos primeros…

Es obvio y evidente, que todo tiene fases, supongo que lo primero es que te publiquen, la industria cultural privada o, y, pública. Cuánto más importante mejor. Segundo, quizás, es poder vivir de escritor, Tercero, si lo anterior no se consigue o solo a medias, vienen las autoediciones o las ediciones en entidades públicas o filantrópicas.

Al mismo tiempo, pasan los años, y las carnes y almas exigen vivir y sobrevivir, crear y criar familias, con lo cual, se empiezan a buscar otros oficios y profesiones y vocaciones, y, compatibilizándolos con la original de escribiente o polígrafo o poeta de los relatos o palabras. En fin, como en una sinfonía, los casos y cristalizaciones y materializaciones son ilimitados e infinitos. Cada autor o autora, escribe su novela particular de su trayectoria de su vocación literaria. Muchos llegan al final, con un montón de cajas y manuscritos, apenas que nadie ha mirado, y, algunos pocos, consiguen esas metas anteriores que hemos indicado, ser considerados polígrafos, ser o vivir de las palabras escritas y habladas, ser de La RAE y recibir los laureles del Cervantes… -ya, lo delNobel se reduce tanto, que se cuentan con las uñas de los dedos los que reciben ese palmarés y laurel sueco internacional-. Dicen, que Martín Gaite, le ofrecieron la RAE muchas veces, pero dijo que primero se lo tendrían que dar a su ex-marido Sánchez Ferlosio, cosa que es honorable y leal y notable y hay que mencionar…

Pero no son los escritores, especialmente soberbia y ambiciosos, sucede también en el resto de las Artes, también, en todos los saberes, también desean el Nobel de Física o de Economía, o los Nobeles alternativos, sean de las Artes o de las Matemáticas, pero también sucede con los médicos que quieren ser grandes cirujanos a nivel mundial, o, también los empresarios crear un emporio mercantil y marca que sea transnacional…

También hay que decir, que hay pocas personas o muchas, no lo sé, que desean tener lo suficiente, vivir con holgura, pero estar en un sencillo y sosegado y tranquilo anonimato, cuidando a su familia, y, viendo ver como la vida se pasa, y, como llega la muerte, tan tranquila y tan pausada y tan callando, recordando el verso cambiado hispánico…

Además los oficios de la cultura se complican aún más, debemos decirlo, quizás existan muchos los llamados y pocos los escogidos, al final solo existirá una docena de grandes Físicos o Matemáticos cada siglo. Dicen que en la literatura sucede lo mismo. Y, todos y todas saben, que a no ser se cambie la fórmula de conservar el producto cultural, pues la mayor parte de la producción se va perdiendo de un descendiente en otro. Hoy, se permitiría técnicamente que se conservase casi todo, al menos, en forma de textos o imágenes. Pero parece ser que no quieren… Miles, decenas de miles de obras se pierden o perderán cada década en cada territorio geográfico y estatal… Esta es la verdad…

Además, hay que indicar que existen muchas rencillas, rencores, competencias, maledicencias e inquinas en el mundo de la cultura, no solo entre los creadores o criadores de las artes o de las palabras, sino entre todos los oficios que están dentro y alrededor de esas realidades. Esta es la verdad. Algunos, deciden, marcharse a su rincón, y, no entrar en polémicas. A veces, a alguien le achacan que ha dicho algo de alguien, y, no ha dicho nada, y se abren ya rencillas que duran décadas. Y, así se cierran puertas a personas durante toda su vida, no solo para entrar o no entrar en la RAE, -hemos conocido polémicas agrias en estos lustros últimos, no vamos a citar, y, desde luego personas y nombres que creían se les abría esos doseles, y después, el silencio ha sido su respuestas, quedándoles esas heridas para siempre…-.

Pero también, se cierran puertas, como las muñecas rusas, en todos los ámbitos: locales, provinciales, regionales, y, nacionales… supongo que también internacionales. A esta cuestión, cada uno con su conciencia, tendrá que responder ante El Juez Supremo, claro está, si existe dirás y dirán, si existe, evidentemente, pero si no existe, ante la propia conciencia, en el último momento…

¿Ahora, tú-yo como escribiente mereces o merecemos que nos abran la RAE y nos otorguen el Cervantes…? ¿Hablaré por mí, y, espero no me crucifiquen… hagamos la pregunta de otra manera: Alguien que haya escrito una obra, un único libro-título, que contiene cincuenta y siete tomos, cincuenta y siete mil páginas, veintitrés millones de palabras, que trata de cientos de temas, cuestiones, lenguajes, géneros literarios y filosóficos y otros… merece ese autor y esa obra, merece, que ese escribiente esté y esa obra, en la RAE y en el Cervantes…?

¿O, merece como hasta ahora, esa obra y ese autor, no existir, ni en su propia lengua, ni provincia, ni región ni como escritor, ni escribiente, y, esa obra, está condenada a la desaparición, más pronto que tarde…? ¡Bueno, no sé como ha tenido ese polígrafo, el valor de escribir esto y de posiblemente, publicarlo…! ¡Quizás, por la tristeza acumulada de la producción de más de cincuenta años, detrás de esta obra…!

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