El voluntariado europeo y el porqué es algo que hacer antes de los 30 años

Por Mario Villamor Nodal, técnico de Eurodesk Ciudad Real y Europe Direct Ciudad Real

El voluntariado europeo, antiguo Servicio de Voluntariado Europeo (SVE), actualmente denominado Cuerpo Europeo de Solidaridad, es un programa financiado por la Unión Europea que permite que los jóvenes de 18 a 30 años podamos llevar a cabo actividades de voluntariado y gestionar nuestros propios proyectos en el ámbito de la solidaridad en comunidades locales a lo largo de toda Europa.

El proceso de inscripción es sencillo y se formaliza a través de la web https://youth.europa.eu/solidarity_es, pudiendo elegir nuestras áreas de interés, formación, idiomas que hablamos, países donde estaríamos dispuestos a realizar el voluntariado (incluyendo España) y disponibilidad. A partir de ahí, iremos recibiendo emails con información de forma periódica y también, dentro de un mapa desplegable, podremos seleccionar y solicitar oportunidades que se ajusten a nuestras áreas de interés (patrimonio, inclusión, deporte, medio ambiente, salud, etc.). El voluntariado durará un período de hasta 12 meses.

En mi caso, realicé mi voluntariado europeo en el campo de la inclusión y del trabajo con niños y jóvenes migrantes procedentes de la guerra de Ucrania, durante el mes de julio en Rumanía, concretamente, en las localidades de Craiova (a través de un curso de formación donde nos enseñaron diversas metodologías y herramientas para trabajar) y de Bucarest, donde mi equipo se encargó de dinamizar el centro joven de la capital rumana durante el mes que estuvimos.

En nuestro proyecto, convivimos diferentes jóvenes de Italia, Rumanía, Turquía, Jordania y España, preparando diferentes actividades orientadas a niños y jóvenes, de diferentes temáticas: juegos de agua y de mesa, sesiones de videojuegos, clases de yoga, caligrafía en árabe, sesiones de cocina de comida típica de nuestros países, clases básicas de español o de italiano, además de apoyar las actividades que ya se venían llevando a cabo por un grupo de voluntarios ucranianos y franceses que habían llegado meses antes que nosotros, y dentro de un voluntariado más amplio que el que estábamos realizando.

Al principio, parece que el proyecto es una eternidad, si bien luego te das cuenta de que el tiempo pasa volando y que muchísimas cosas te han quedado pendientes: el museo al que no fuiste, el lugar que no visitaste, la actividad que te quedaste con ganas de hacer… Entonces, es muy importante tomar conciencia desde el primer día que es una experiencia que tiene su fin y tratar de aprovechar al máximo y contribuir a las comunidades locales desde el primer día. Asimismo, estas experiencias constituyen un valor añadido en la búsqueda de empleo y una oportunidad que podemos hacer constar en nuestro Europass.

Entre algunos de los mejores recuerdos que me quedan, más allá de los propios desarrollados en el proyecto y de las actividades realizadas junto a los migrantes, estaría el conocer la cultura y la forma de vivir en diferentes países tan diferentes del nuestro como pueda ser Jordania, el cómo gestionar el compartir habitación y cocina en una ola de calor sin ventiladores, el cómo transcurre la vida en una ciudad grande (comparada con Toledo o Ciudad Real) o la gran cantidad de amigos de diferentes procedencias e intereses que me ha permitido adquirir el Cuerpo Europeo de Solidaridad. Experiencias y recuerdos es lo que nunca va a ser borrado, ahora que ya hace mes y medio que he concluido mi proyecto. Partir de cero en un sitio y encontrar a la que será tu familia durante un tiempo.

El Cuerpo Europeo de Solidaridad te permite salir de tu zona de confort, conocerte a ti mismo y tus límites y hasta dónde debes y puedes llegar, aprender de manera práctica y romper esquemas y estereotipos que puedas tener sobre otras culturas. Se trata de una oportunidad que te va a dar independencia y confianza en ti mismo, además de ver cómo distintas personas pueden tener diferentes proyectos de vida que te puedan inspirar a construir tu propio presente y futuro, y a relativizar la importancia que le damos a las cosas. Una oportunidad de aprendizaje vital, en definitiva, además de tener que expresar en tu lengua no nativa cómo te sientes, qué necesitas y darte a conocer de una manera diferente. Los viajes que realizas durante tu tiempo libre también te permiten explorar estos aspectos, descubriendo aspectos de la cultura local del país que difícilmente adquieres o percibes en un viaje de ocio con familia o amigos. Lo importante, por tanto, es el desarrollo personal, la capacidad de superación y el poder creer en ti mismo.

Gracias al Cuerpo Europeo de Solidaridad y a la Asociación Las Niñas del Tul por esta oportunidad.

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