«Albaladejo Siglo de Oro» cierra sus jornadas con récord de recreadores y público

Las IV jornadas organizadas por la Asociación Albaladejo Siglo de Oro, devolvieron a la vida a soldados de los tercios, mujeres campesinas, mayordomos de cofradías, responsables del pósito, frailes dominicos y franciscanos, costureras, moriscos, artistas y mucho más. Y es que si algo destacaron de estas jornadas fue el enorme elenco de actividades que la organización preparó con todo lujo de detalles, lo que facilitó que lo más de 250 recreadores llegados de toda España tuvieran un papel protagonista en el evento y divulgarán esa historia al gran público.

La jornada del viernes comenzó con un emotivo homenaje entre recreadores y vecinos,  que recordaron lo importante que es Albaladejo para la vida de todos ellos y sirvió de pistoletazo de salida para las jornadas

El sábado, arrancaron las principales actividades con la llegada de soldados de la compañía que anuncian que un vecino de Albaladejo había quedado cautivo en el norte de África, causando el estupor y la desafección de todo el pueblo. A lo que siguió inmediatamente, la inauguración institucional que demostró, no sólo el apoyo del Ayuntamiento de Albaladejo, Diputación de Ciudad Real y Junta de Comunidades para con el evento, sino también su compromiso férreo y absoluto de seguir apostando por estas jornadas que no paran de crecer.

A la par que ocurría todo esto, los más jóvenes del pueblo engalanaban la calle Mayor con una alfombra de serrín que recordaba el pasado santiaguista de este pequeño pueblo ciudadrealeño. Pero la cosa no acababa ahí, sino que la cultura, vida y costumbres del siglo XVI se enarbolaban en diferentes espacios con propuestas gastronómicas y culturales que agotaron sus entradas en escasos minutos. La bodega de Albaladejo Siglo de Oro es todo un referente  y en esta ocasión nos deleitó con catas comentadas y teatralizadas que acercaron el vino de la tierra a vecinos y visitantes. Tampoco faltó el corral de comedias en el que intervinieron cuatro grupos teatrales acercando los versos y obras del siglo XVI. A todo ello se sumó una taberna, donde no faltaba detalle con un atrezzo impresionante y que sirvió para difundir la comida típica del tiempo que se recreaba.

Las actividades no paraban y a continuación un desfile de gigantes y cabezudos recorrió las calles San Juan y la plaza de la Constitución. Liderados por tambores con marchas propias del siglo XVI. Una actividad que hizo las delicias de los más pequeños. Para los mayores quedó el enfrentamiento entre verduleras y campesinas que subían al pósito parte de su cosecha, lo que causó el entusiasmo del gran público. 

Mientras que ocurría la fiesta, la actividad propia de una villa de 1575 no cesaba y por la tarde pudimos presenciar un parto, con todo lujo de detalles y una explicación magistral de lo cómo se producían en este tiempo. Al niño se lo llevaron a la Casa Grande que hizo las veces de casa de las cofradías, con un atrezzo digno para la ocasión, y allí se inscribieron al niño y a tantos vecinos y visitantes que pasaron por allí. Posteriomente, la batalla, un enfrentamiento entre la compañia de soldados en el que las picas, arcabuces, rodelas y espadas se ponían a prueba, transmitiendo el valor de la infantería de la Monarquía Hispánica. Los bailes y las letras no faltaron tampoco con danzas populares desde por la mañana que tuvieron su explosión con el baile de la cara, tradición antiquísima del pueblo de Albaladejo. Esto se representó alrededor de una hoguera que, como en el siglo XVI, sirvió para unir a la población entre salvas, bailes y una justa literaria que sirvió para representar los versos más elevados de la literatura del Siglo de Oro.

Si por esto fuera poco, al anochecer dio único una gran procesión, con cabezudos, antorchas, corona de laurel y música interpretada por Ensamble la Danserye y el grupo Vocal Artefacto. Esta procesión fue uno de los platos fuertes, pues en ella nos trasladamos a los usos religiosos del siglo XVI. Para finalizar el sábado, el misterio de la madrugada puso en jaque la presencia de los moriscos.

Finalmente, la jornada del domingo acabo con muchas más actividades teatrales, catas de bodega, pases de teatro, a la par que la compañía salía del pueblo a la búsqueda del cautivo. Todo este océano de actividades finalizó con la representación de la fundación de la Cofradía de la Virgen del Rosario y un concierto musical que inundó los corazones de todos los presentes.

Así pues, finalizan las IV jornadas de Albaladejo Siglo de Oro, demostrando el trabajo de todo un pueblo para sacar adelante su historia. Las caras de alegría del público son, sin duda, el motivo de mayor gasolina para iniciar, desde ya, la preparación de las V jornadas, porque si algo queda para siempre son los recuerdos.

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