Eduardo Muñoz Martínez.- Ciertamente, no se puede hablar de cofradía, de hermandad…, si no hay ayuda, solidaridad, confraternización…, y un ejemplo muy claro lo hemos vivido el pasado domingo, día 15, entre la Cofradía de Nuestra Señora del Refugio, – de la ciudad granadina de Guadix -, y la de Nuestra Señora del Consuelo, de nuestra capital.
Y es que cien años, – hace apenas 48 horas -, se cumplían de la Coronación de la Patrona de aquella población andaluza, Nuestra Señora de Las Angustias. Y lo hizo el burgo, con raíces romanas, «Julia Gemella Acci», y moras, «Wadias», en su topónimo, con una Magna procesión Mariana en la que participó la «Muy Antigua Hermandad y Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Flagelación y María Santísima del Refugio, con sede en la iglesia»accitana» de Santa Ana.
Con tal motivo, el pasado mes de agosto, el Hermano Mayor de esta «penitencial» de la ciudad, – de acuerdo con los anales -, moldeada por el tiempo, el agua y el hombre, Manuel S. Sánchez Aparicio, solicitaba en tiempo y forma a Emilio Martín Aguirre, su homónimo de la «Ilustre, Humilde y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de La Bondad y María Santísima del Consuelo, de Ciudad Real, la Saya de Procesión de su titular, que le fue cedida en préstamo para que la vistiese la Virgen del Refugio, obra del imaginero cordobés, – La Victoria, 1956 -, escultor religioso desde 1990, Francisco Romero Zafra, luciéndola en el evento ya precitado, al que asistió invitado por los anfitriones, el referido Martín Aguirre.